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Senda de Nerja a Frigiliana: de la costa al interior como si escapáramos de la pandemia

Redescubriendo Málaga tras el coronavirus

Este ruta corresponde a la etapa 5 de la Gran Senda de Málaga

Caminar es lo que nos queda

El camino de Nerja a Frigiliana está repleto de vida. / Malaga.es
Francisco M. Romero

29 de agosto 2020 - 08:07

Como si saliéramos huyendo de una pandemia, así es como imaginamos que se afrontan las rutas que semana tras semana reseñamos por estos lares. Sendas que nos pueden devolver un ápice de la vieja y querida normalidad.

De este modo, el camino que conecta a Nerja y Frigiliana por la Gran Senda de Málaga, que corresponde a la etapa número 5 de este enorme entramado de trazados, es un espacio fantástico para montarnos nuestra propia película y meternos en el rol de cualquier personaje que gustemos.

Ficha

Ruta: lineal.

Distancia: 15 kilómetros aprox.

Dificultad: media.

Inicio: Nerja.

Meta: Frigiliana.

Tiempo: 5-6 horas aprox.

Si ya hemos visto todo lo que hay que ver en Nerja, esta ruta es una buena opción para decir adiós al municipio costero y enfilar al interior de la provincia.

Aviso antes de arrancar: la situación con la covid ha podido variar la posibilidad de hacer una ruta en cualquier momento, así que antes de salir al monte, debemos comprobar cuál es el estado de la cuestión: como hemos aprendido ya, las cosas cambian de un día para otro.

Una vez comprobado que todo está en orden, adelante, echemos imaginación y ganas al asunto para olvidar un poco lo que estamos viviendo. Una nueva aventura en la que, antes que nada, debemos recordar que a lo largo de la ruta que conecta a Nerja con Frigiliana no nos toparemos con ningún núcleo habitado, por lo que tendremos que llevar una mochila bien pertrechada de comida y agua. De hecho, el único punto donde abastecerse de agua es el área recreativa del Pinarillo, que se sitúa a unos cinco kilómetros del arranque.

Esta senda se extiende a lo largo de cerca de 15 kilómetros, y se tarda unas cinco horas en recorrerla. Es una senda de montaña de dificultad media, pero no hay que menospreciar lo agreste del terreno y la posibilidad de toparnos con una climatología cambiante.

Antes de comenzar a caminar debemos decidir de dónde partimos, si de Nerja o de Frigiliana, para avisar a algún familiar o amigo para que nos espere en la meta (donde le invitaremos a comer para agradecerle el servicio prestado y que nos deje entrar en su coche oliendo a choto). Lo haremos así, a menos que seamos tan duros que queramos hacer una ruta circular de 30 kilómetros, ida y vuelta.

Cuando ya lo tengamos todo acordado, ya sólo nos restará echar a andar desde el entorno de las Cuevas de Nerja, que es donde comienza esta ruta. Desde este punto partiremos hacia el área recreativa de El Pinarillo que, como hemos dicho, alcanzaremos a los cinco kilómetros del inicio.

Estos primeros kilómetros se desarrollan por una pista forestal en buenas condiciones y siempre ascendente que casi desde el principio se introduce en el Parque Natural de la Sierras Tejeda, Almijara y Alhama. Tan sólo hay un cruce señalizado en este tramo que conduce al barranco Romero y la famosa cuesta del Cielo.

El barranco de la Coladilla, hacia donde nos dirigimos, estará siempre a la izquierda del camino. Por esta zona nos cruzaremos con algunos estrechos senderos que se dirigen a este encajonado cauce que pareciera que está especialmente diseñado para la práctica de la escalada en roca.

Con suerte molestaremos a algún bicho durante el paseo. / malaga.es

Hacia el este se aprecian las arboladas laderas del cerro Mangüeno. La flora de este tramo es muy interesante y singular y bajo los pinos carrascos crecen poblaciones de espino cambrón y de boj andaluz, arbustos con una distribución tan restringida como la olivilla, un raro endemismo costero testigo de climas tropicales y de hábitat muy reducido. Los acompañan palmitos, matagallos, esparteras, lentiscos, enebros, esparragueras, aulagas y algunos algarrobos y coscojas.

Tras arañarnos las pantorrillas con tan insignes matojos, llegaremos al consabido área del Pinarillo. El sendero lo cruza dejando el carril principal y continúa por el lado de una era hasta cruzar el barranco de la Coladilla. Seguimos por este carril que sube por una vereda empinada hasta enlazar con uno principal que viene de la fuente del Esparto, topónimo testimonial de la importancia de esta planta en la economía local de antaño.

Desde aquí enfilaremos hacia el colado de los Apretaderos (nombrado también como de las Apretaderas, no sabemos si por respeto al lenguaje inclusivo) por un carril poco frecuentado y durante el cual el terreno se compone de unas características arenas dolomíticas.

En el río Higuerón se dan numerosas cuevas. / malaga.es

Una vez en el colado de los Apretaderos enfilaremos hacia el cauce del río Chíllar siguiendo una senda de bajada que se conoce como la cuesta de los Galgos.

En este punto debemos recordar que hay que tener siempre cuidado cuando caminamos cerca o traspasamos ríos y arroyos: pasaremos por el río Higuerón. Es obligado seguirlo un buen tramo, descendiendo.

El río Chíllar es la linde entre los términos municipales de Nerja y Frigiliana, y se cruza aproximadamente en el kilómetro octavo del recorrido. Debemos recordar que el trazado fluvial del Chíllar está cerrado por la pandemia por eso no es posible cambiar la ruta y bajar hacia el Chíllar y seguir su trazado. Algo que sí se podía hacer antes de la llegada de la covid.

Las vistas desde la sierra de Enmedio. / malaga.es

Desde el colado de los Apretaderos se avanza algo más teniendo ya a la vista el valle de este río y la larga cicatriz del canal del Chíllar, que recorre su margen izquierda, cada vez a mayor altitud sobre el fondo del barranco.

Dicho canal se cruza cuando se baja por la ya mencionada cuesta de los Galgos hacia el cauce y ahí se pueden apreciar sus verdaderas dimensiones y el importante caudal que transporta. Ya en el término municipal de Frigiliana, la cuesta Jiménez es la que se ve enfrente, bajo del tajo de las Chorrerillas, que es hacia donde se encamina nuestro camino.

El paisaje en esta senda es la mayor recompensa. / malaga.es

Ascendiendo, por tanto, el trazado corta sucesivos arroyos secos, que forman el barranco del Espejo y su gemelo el barranco Ancho. Entre ambos se encuentra un pequeño puerto conocido como Pinillo del Aire, arista divisoria entre el Chíllar y el Higuerón y cerca del cual, a unos diez kilómetros del punto donde comenzamos a darle a la suela de goma, se localiza una antigua calera, conocida como Pozo de Cal, vestigio del nacimiento de los pueblos blancos malagueños.

El ascenso nos conducirá hacia la loma de las Garzas que es un buen punto donde parar a descansar mientras disfrutamos del paisaje y nos comemos unas pasas o un plátano maduro. Esta loma es, de hecho, el último bastión rocoso del trayecto y nos permite contemplar tanto el camino que ya hemos recorrido, como el que nos queda por recorrer.

El agua será una constante en la senda. / malaga.es

Un enclave ideal para replantearnos lo de quedarnos los domingos tranquilitos en casa jugando con la consola (a cualquier videojuego menos al Death Stranding: para recorrer montes de manera virtual siempre hay tiempo).

Armados de renovadas energías (las pasas y los frutos secos son mano de santo), nos lanzamos al descenso hacia el río Higuerón por la cuesta del Sordo, un lugar bastante más arbolado que los ya pasados, por lo que la bajada se combinará con un mayor porcentaje de sombra.

Hay un buen trecho de cauce del Higuerón que hay que recorrer, por su margen izquierda, buscando las zonas libres de agua, hasta encontrarnos, a los doce kilómetros de nuestro arranque, con el conocido pozo de Batán. Nos ayudaremos para ello por una acequia acondicionada y hormigonada que genera un ancho trazado.

Está prohibido bañarse en el pozo del Batán, pero si no hay un policía cerca... / malaga.es

El paso por el pozo de Batán no deja indiferente a nadie porque es bastante impresionante. Desde hace unos años está vallado para evitar que la gente se bañe, dado que la prohibición de mojarse no era lo suficientemente efectiva.

A partir de este punto y después de no darnos un baño, lo que resta es continuar serpenteando entre formaciones calizas cada vez más elevadas -donde comienzan a aparecer cuevas-, hasta la cuesta Apero, que nos conducirá hasta la plaza del Ingenio de Frigiliana.

En esta plaza se ubica el palacio de los Condes de Frigiliana, también conocido como El Ingenio, y que es la meta en la que se da por finalizada la etapa y desde donde iremos cojeando hasta la barra de bar más cercana a tomarnos una cañita fresquita.

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