La Sierra de las Nieves, la gran esperanza verde para el interior
Naturaleza
14 municipios forman parte de la zona de influencia y que se espera que mejoren su desarrollo económico
La declaración de la Sierra de las Nieves como Parque Nacional es la gran esperanza verde para una parte muy importante del interior de Málaga y que, casualmente, es de las más afectadas por la despoblación. Los 14 municipios que forman su área de influencia tienen depositadas en esta figura grandes esperanzas para conseguir revertir la tendencia actual, frenar la pérdida de habitantes y lograr un desarrollo económico que permita a sus actuales 63.000 habitantes poder seguir viviendo en la zona y contar con oportunidades que no les obliguen a emigrar a otras regiones para encontrar un modo de vida.
Un objetivo que se deberá vincular al desarrollo sostenible y en el que su riqueza natural y la conservación de la misma están llamadas a tener un papel principal en el futuro, tanto en el sector turístico como en aquellas actividades que se pueden desarrollar bajo el paraguas de una marca verde de protección y respeto al medio natural.
Entre los representantes políticos, la satisfacción es generalizada. Lo demuestra el desembarco realizado en Madrid esta semana para asistir en el Senado a la aprobación definitiva de la nueva figura de protección. Una imagen en la que se olvidaron los colores políticos y prevaleció el interés común de la zona. Precisamente, las fuentes consultadas insisten en la necesidad de mantener esta unidad de acción y no caer ahora en los intereses particulares de cada municipio a la hora de planificar la gestión del espacio y distribuir las diferentes infraestructuras con las que deberá contar.
Mientras tanto, en algunos casos, los máximos responsables de los municipios comienzan a recibir llamadas de inversores interesados en desarrollar proyectos vinculados al Parque Nacional. Así lo reconocía la alcaldesa de Parauta, Katia Ortega, que asegura que ya son varios los contactos que tuvo para mantener un primer encuentro con personas interesadas en invertir en su localidad una vez que se ha hecho oficial el reconocimiento. “Estamos muy satisfechos, creo que para todos los municipios que integramos el parque supondrá un revulsivo económico impactante, ya que se prevé que se multipliquen las visitas”, dijo Ortega. Además, añadió que “para nosotros puede ser un cambio radical y ahora es cuando tenemos que trabajar más para sacarle el máximo partido”, tras lo que recordó que son el municipio con menos habitantes de todos los integrantes del espacio.
En un sentido parecido se pronunciaba el alcalde de Istán, otra de las pequeñas localidades del parque aunque aporta casi un 30% de su extensión al mismo. “Lo que supone un Parque Nacional es un desarrollo sostenible de los municipios que dan vida a ese parque”, dijo José Miguel Marín. Además, se mostró esperanzado en que las diferentes administraciones realicen inversiones en los municipios que forman parte del mismo para aprovechar todo el potencial que supone ese renococimiento. “La declaración no es una finalidad en sí, es un punto de partida y ahora es cuando hay que trabajar para conseguir los objetivos, que son el cuidado del medio ambiente y también el desarrollo sostenible”, aseguró Marín.
Por su parte, el alcalde de El Burgo, Joaquín García, señaló que “la provincia de Málaga ya puede sumar el turismo de medio ambiente que hasta ahora no había tenido cabida”. Además, sostuvo que “nosotros confiamos en que suponga un incentivo para luchar contra la despoblación, por lo menos mantener la población de los municipios que estamos más en el interior del parque que somos los que más lo padecemos”.
Aves, la otra joya del nuevo parque
Aunque las especies vegetales están teniendo un gran protagonismo tras al declaración del Parque Nacional, en especial, el pinsapo, las aves también suponen otra de las joyas del espacio. Así lo explica Juan Luis Muñoz, un gran conocedor de la zona. En concreto, destaca la presencia de especies como el chotocabes europeo, alondra común, collalba gris o el colirrojo real, que son habituales en el norte de Europa, pero que en la cuenta mediterránea solo habitan en Sierra Nevada y de las Nieves. A ellos se unen otros muchos como el águila real, la perdicera, el halcón peregrino, el búho real o el carbonero garrapinos
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