Signos de un crecimiento real

20 AÑOS DE 'MÁLAGA HOY'

De los museos a la Ronda Oeste, de los nuevos hoteles a la Autopista de las Pedrizas, Málaga ha visto multiplicados sus equipamientos, eso sí, con algunas cuentas pendientes

La llegada el AVE y la Terminal 3 del Aeropuerto multiplicaron la capacidad receptiva

Pérez Palmis, un futuro para todos

Vista de la hiperronda.
Vista de la hiperronda. / Javier Albiñana

Cuando Málaga Hoy llegó por primera vez a los quiosco, el 16 de mayo de 2004, hacía poco más de un año que había abierto sus puertas el Palacio de Ferias y Congresos (Fycma). El nuevo equipamiento venía a solucionar una carestía notoria que venía sufriendo la capital desde hacía décadas y, de paso, terminaría aliándose con la identidad turística de Málaga para impulsar una variante distinta, el turismo de congresos, que reclamaría a su vez nuevos hoteles en la ciudad. De la oportunidad de aquella actuación hablan las cifras: en 2023, veinte años después de su apertura, y con una apuesta decidida por grandes eventos (con menos actividades pero de más calado), el Fycma batió su propio récord con una facturación de 220 millones de euros, un 20% más que en el año anterior. Quedaba también reciente la inauguración del CAC Málaga y el Museo Picasso Málaga (ambos abrieron sus puertas en 2003), avanzadilla fundamental de la Málaga de los Museos, a la que se incorporarían el Museo Carmen Thyssen Málaga en 2011 y el Centro Pompidou Málaga, así como la Colección del Museo Ruso en Tabacalera, en 2016.

El impulso museístico iba en serio y Málaga recuperó así buena parte de su patrimonio histórico y arquitectónico a mayor gloria de las futuras exposiciones, pero, además, tales centros habrían de convertirse en verdaderos emblemas de una ciudad que encontró en estos equipamientos su mejor carta de presentación (el icónico cubo del Centro Pompidou en el Puerto es de hecho el signo malagueño más reproducido en reclamos y portadas de todo el mundo, quizá sólo por detrás de la imagen de Pablo Picasso). También el antiguo Centro Cívico fue devuelto a los malagueños mediante el uso cultural con La Térmica. Málaga Hoy vio así la luz en un momento de verdadera transformación de Málaga, tal vez la más radical de su historia, en una gran metrópoli, lo que pasaba por una ampliación exponencial en su dotación de infraestructuras.

Los nuevos hoteles fueron ciertamente necesarios en virtud de una apuesta decidida por el turismo como primer motor financiero, con lo que, en una ciudad marítima de (sin embargo) escasa tradición al respecto, Málaga comenzó a llenarse de hoteles, no sin polémicas como la que originó el derrumbe de La Mundial para la construcción del Hotel de Moneo en el Hoyo de Esparteros. Pero el turismo necesitaba algo más que hoteles: la llegada del AVE a la renovada Estación María Zambrano y la inauguración de la Terminal 3 en el Aeropuerto ampliaron la capacidad receptiva de la ciudad a niveles insospechados pocos años antes.

Seguramente, sin embargo, ha sido la transformación del Puerto de Málaga, ya sin la verja y sin el silo, con el Palmeral de las Sorpresas junto al Muelle 2 ganado al paseo más luminoso y la definición comercial del Muelle 1, la más revolucionaria y la de que manera más profunda ha servido en bandeja una nueva identidad a Málaga. A finales de los años 90 la separación que acusaban Málaga y el mar era tajante, lo que venía lastrando su desarrollo y cerraba las puertas al tirón turístico de la ciudad. Lo que parecía imposible, sin embargo, sucedió: Málaga recuperó su identidad marítima y un futuro decididamente más próspero.

Pero la nueva gran metrópoli requería conexiones más eficaces. La Ronda Oeste, que poco después de su inauguración soportaba ya el paso de 90.000 vehículos diarios, y la autovía de las Pedrizas contribuyeron a acortar distancias y aliviar la densidad del tráfico (que, sin embargo, volvió a reforzarse no mucho después). No menos definitiva resultó en este sentido la dotación del Metro, que precisamente en estas dos décadas ha puesto a prueba la paciencia de la ciudad pero que, tras su llegada el año pasado a Atarazanas, sigue ganando viajeros en cada balance (en 2023 contabilizó 13,6 millones, el doble que el año anterior).

Proyectos sobre la mesa como el del Eje Litoral prometen seguir ampliando las hechuras metropolitanas de la milenaria Málaga. Otras infraestructuras anunciadas como el tercer hospital, la Biblioteca Provincial en el antiguo Colegio de San Agustín, el CaixaFórum, la línea del Metro al Hospital Civil, el Auditorio y el equipamiento cultural de la manzana del Astoria junto a la Plaza de la Merced (pendientes algunas de ellas desde hace décadas pero, en todo caso, vigentes en la agenda para las siguientes) apuntan a una urbe aún más dinámica. Y Málaga Hoy estará ahí para contarlo.

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