El Taller, el lugar propio del breaking en Málaga

El Círculo Breaking ha creado la Escuela Malagueña de Breaking, el primer club deportivo y una liga

A su local de la calle Parauta, en el polígono La Estrella, acuden casi una treintena de niños

Camino, con la camiseta del grupo Mekanickidz, baila en El Taller.
Camino, con la camiseta del grupo Mekanickidz, baila en El Taller. / Javier Albiñana

Málaga/De las calles pasaron a espacios cedidos, a salas en juntas de distrito, academias y escuelas de baile. Pero vivir siempre de prestado restaba fuerza y visibilidad a un proyecto que crecía cada año. Merecían un territorio propio para reivindicar su identidad. Así que El Círculo Breaking decidió hacerse con una nave en el polígono La Estrella, muy cerca de la sala La Trinchera, en la calle Parauta, 28.

En febrero de 2019 abrieron El Taller, al que acude más de una veintena de niños, desde los 3 años, para aprender a bailar. También es punto de encuentro de breakers veteranos y profesionales que entrenan en estas instalaciones, además de organizar exposiciones y otros eventos. Han fundado el primer club deportivo de breaking de Andalucía y han comenzado una liga malagueña.

“Necesitábamos un espacio propio para poder generar contenido cultural, teníamos alumnos pero dispersos, aquí los concentramos a todos y aprenden unos de otros, también se pueden quedar a ver a los mayores, aquí nos sentimos con la seguridad de programar nuestras propias actividades”, comenta Alejandro Morales, vicepresidente de la asociación socio cultural El Círculo Breaking.

Desde iniciación al movimiento, juegos y dinámicas para los más pequeños hasta bailarines profesionales que quieren mejorar su rendimiento tienen cabida en El Taller. Se imparten clases de lunes a viernes de 17:00 a 22:00 y divididos por grupos. Desde que pudieron reabrir tras el confinamiento siguen un protocolo Covid con mayor control de la asistencia para respetar al máximo las distancias de seguridad, además de recomendar el uso de mascarillas, usar gel en manos y zapatos y tener el espacio abierto y ventilado.

“Puedes llegar, quedarte entrenando y competir con los mayores, están bebiendo de la experiencia de los demás, así aseguramos la continuidad del breaking, las generaciones jóvenes también lo están viviendo”, agrega Morales. Los niños tienen un grupo, Mekanickidz, formado por una decena de bailarines comprometidos con este arte.

Ventura con Mario, Hugo y algunos de los niños en clase.
Ventura con Mario, Hugo y algunos de los niños en clase. / Javier Albiñana

Mario tiene 11 años y lleva año y medio bailando. “Lo vi en la calle y me gustó mucho”, confiesa. A Malumi, de 8 años, las volteretas, el ‘americano’ y el molino es lo que más le gusta, hacer piruetas es lo suyo. Y cuando Camino sale a la pista es fácil quedarse con la boca abierta, porque esta joven promesa hace con su cuerpo lo que quiere.

También hay clases de iniciación al hip hop para adultos y pilates, así las madres aprovechan el tiempo de espera para hacer ejercicio. El Taller está lleno de posibilidades. “Estamos muy influenciados por el ambiente de lo que fue Artsenal en Muelle Uno”, reconoce Morales. Los alumnos más aventajados acuden casi todos los días a practicar y reciben pautas de trabajo de sus monitores para que ellos mismos se marquen sus entrenamientos.

El primer club deportivo de breaking

Ventura Díaz, Alejandro Morales y Nerea Valdubieco de El Círculo Breaking.
Ventura Díaz, Alejandro Morales y Nerea Valdubieco de El Círculo Breaking. / Javier Albiñana

A raíz de que el breaking entrara como disciplina olímpica el año pasado decidieron fundar el primer club deportivo de break de Andalucía, El Taller Breaking Club. “La diferencia es que ahora tenemos una estructura deportiva y los bailarines se pueden federar”, explica Ventura Díaz, presidente de El Círculo Breaking. Aunque Ventura se considera más artista que deportista, reconoce que la parte deportiva se ha visto reforzada y más aún lo hará cuando se compita en los Juegos Olímpicos de París 2024.

“Ya no se nos verá como los chicos de la calle que bailan por pasión, vamos a tener más salidas profesionales”, estima Ventura y apunta que el suyo es también el primer club en España “que tenga sus instalaciones propias y esté al 100% especializado en el breaking, con una metodología de enseñanza y un proyecto específico”. De la Escuela Malagueña de Breaking ha surgido la Liga Malagueña de Breaking, que tiene categoría kids y profesional.

El pasado 18 de septiembre comenzó el certamen que reunirá a bailarines de dentro y fuera del Círculo y que enseñará a los niños a competir, “a ganar y a perder”. El 11 de diciembre terminará la fase regular y luego se celebrará una fase final con los ocho primeros. Esta iniciativa pionera se ha llevado también a Murcia y esperan que se prodigue por el resto del territorio nacional para que adquiera una mayor relevancia y siga creciendo la cantera.

Mario, en una de sus piruetas, observado por Hugo y Malumi.
Mario, en una de sus piruetas, observado por Hugo y Malumi. / Javier Albiñana

Mientras, con las restricciones obligadas por la pandemia, el talento local pretende observarse, medirse, batallar y aprender unos de otros para salir reforzados. “Si salimos más fuertes de esto habremos hecho algo bueno”, dice el presidente del Circulo Breaking y señala que se trata de “una cultura en expansión”. De hecho, han pasado de cuatro alumnos a casi una treintena con una pandemia de por medio. “Haber creado un sitio exclusivo nos ha dado mucha visibilidad”, añade.

Un espacio para convivir principiantes y veteranos

Ventura comenzó a bailar en 2002, cuando tenía 15 años. “En Málaga no ha habido una generación anterior en la que fijarnos, los primeros empezaron en el 98, la mayoría somos autodidactas”, confiesa. Viajar, ver vídeos, escuchar a sus propios cuerpos, aprender de los errores y vivir el baile como experiencia colectiva. Así fue creciendo este arte del que aspiran a vivir profesionalmente los cuatro miembros de la asociación. Además de Morales y Ventura, Nerea Valdubieco es la tesorera y Alejando Parra el secretario.

Ventura Ruiz, presidente de El Círculo Breaking, en el centro de la pista.
Ventura Ruiz, presidente de El Círculo Breaking, en el centro de la pista. / Javier Albiñana

“La verdad es que no nos esperábamos que la escuela tuviese tan buena acogida por parte de las familias, que incluso siguieron pagando la cuota de socios durante el confinamiento, dábamos clase on line y los niños entrenaron en casa”, afirma Ventura. También les ha apoyado gente de fuera. “Nuestra forma de expresión le parece interesante a mucha gente y esto nos ha reafirmado lo potente que es el producto”, sostiene Ventura.

Para que siga siendo así ahora están en la búsqueda de patrocinadores, tanto para El Taller como para la Liga Malagueña de Breaking. El reto consiste en no quedarse quieto y ya hay en Málaga un espacio abierto a todo el que quiera empezar.

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