Tapas de 'pringá' con champán
¿Quién sigue teniendo miedo a mezclar sabores que hasta ahora permanecían en compartimentos estancos? El chef marbellí Dani García, que cuenta con dos estrellas Michelin en su haber, desde luego que no. En su restaurante Calima, situado en el hotel Gran Meliá Don Pepe de Marbella, dio anoche una nueva vuelta de tuerca con la presentación del Taller Krug, un espacio habilitado para que los clientes puedan disfrutar de una veintena de tapas creadas por García.
Pero lo realmente novedoso es que en este punto del establecimiento se podrá tapear mientras se toma una copa de champán Krug, uno de los más exclusivos del mundo. Para ello, se ha diseñado una barra, de la misma madera de las barricas donde madura el oro líquido de la familia Krug, con la forma de una ola, que convierte la instalación en una escultura.
La idea última es que los entusiastas de la alta cocina tengan la posibilidad de fusionar en sus paladares una tapa de croqueta de pringá con uno de los champanes más caros del mercado, ya que una sola copa alcanza los 28 euros.
En cuanto a la carta de tapas que ofrecerá la champanería destaca la ensalada rusa de bogavante, un puré de patatas con caviar o platos de cocina japoandaluza, donde se aúna lo mejor de la gastronomía mediterránea con la oriental. De esta forma, García profundiza en su estilo denominado cocinacontradición, que fusiona los sabores más tradicionales con las técnicas más modernas, y que no dejará indiferente a aquellos que lo degusten.
Pero el taller Krug, que recrea un espacio propio de capitales tan cosmopolitas como Nueva York o Shangai, ha nacido, además, con otras intenciones. "Con frecuencia tenemos clientes a los que no podemos atender por falta de espacio en el restaurante gastronómico, así que ahora tendrán la oportunidad de tapear", comentaba Dani García. Además, los responsables de Calima han querido cuidar mucho este nuevo entorno, que contará con música chill out en todo momento, y que dispone de una iluminación fría a base de lámparas de vidrio de Murano.
Al tratarse de una apuesta que podría resultar demasiado novedosa para algunos, el chef cree que el público de Marbella será receptivo a la idea de tomar tapas con algo tan glamuoroso como es el champán.
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