Tomar el sol, sí, pero con protección
Investigadores de la UMA descubren la relación que existe entre los niveles de vitamina D y el cambio de las temperaturas e incide en que es muy positiva para la salud
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Málaga/Tomar el sol en verano es lo más habitual, ya sea en la playa, en la piscina o incluso caminando si alguien viste una camiseta de mangas cortas y un pantalón corto, pero ¿hasta qué punto es positivo para la salud esta exposición al sol? Un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga ha estado estudiando, durante cinco años, de qué forma afecta la radiación ultravioleta del sol a la producción de vitamina D dependiendo del tiempo que una persona se exponga a esta y la época del año en la que se encuentre. Entre sus conclusiones destaca que en verano es cuando mayor vitamina D produce el cuerpo, siempre y cuando se utilice crema solar y se eviten quemaduras. También inciden en que esta vitamina es muy beneficiosa para la salud.
El estudio elaborado por un equipo del Laboratorio de Fotobiología Dermatológica del CIMES de la UMA y capitaneado por los profesores de Dermatología de la Facultad de Medicina José Aguilera y Maria Victoria de Gálvez, ha correlacionado los índices de vitamina D con la evolución de la radiación ultravioleta diaria y la temperatura ambiental. Para poder elaborar esta investigación han analizado más de 300.000 muestras procedentes del Laboratorio de Análisis Clínico del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria para pruebas rutinarias, en las que también se incluían los niveles de vitamina D.
Dependiendo de la época del año una persona puede producir más o menos vitamina D. En invierno es cuando menos se crea, ya que la población se expone menos al sol y se protege más del frío, por lo que para producir unos niveles de vitamina D "adecuados habría que salir un poco más”, según José Aguilera. En cambio, en primavera con el cambio de hora y la llegada del buen tiempo, todo cambia. Durante esta época es cuando más quemaduras solares se producen, puesto que “todavía hace fresco y la población no es consciente de que el sol da fuerte y se expone sin protección”.
En este sentido, Aguilera asegura que conforme va aumentando la temperatura en la ciudad, los malagueños comienzan a exponerse cada vez más al sol. Tras observar los datos obtenidos, el equipo llegó a la conclusión de que las temperaturas máximas en Málaga se dan al mismo tiempo que los mejores niveles de vitamina D de la población.
La vitamina D es beneficiosa para el sistema inmune, muscular y neuronal
Además, han descubierto que conforme llega el verano, también aumenta la temperatura corporal por lo que “el cuerpo se va adaptando e incrementa la sensación térmica en la piel” e influye en la producción de vitamina D. Esto quiere decir que en la época estival, según Aguilera, “hay una mayor temperatura ambiental y corporal, mucha radiación ultravioleta y más vitamina D porque nos protegemos de los rayos”. Así, los investigadores indican que con el cambio climático al tener unas mayores temperaturas medias y más días al año de sol, la exposición solar será mayor y hará que la población tenga más niveles de vitamina D, siempre y cuando lleven a cabo buena fotoprotección y una buena hidratación puesto que deben evitar quemarse, ya que “la quemadura solar implica daños en el ADN celular que han de repararse” y en un futuro puede acabar desembocando en un cáncer de piel.
El investigador hace hincapié también en que los ciudadanos deben de tener cuidado a la hora de exponerse al sol para prevenir quemaduras y controlar los niveles de vitamina D porque esta “regula el sistema inmune, muscular y neuronal”. En este sentido, señala que para tener más vitamina D “es mejor exponerse al sol que no exponerse”. Esto quiere decir que estar al sol durante 10 minutos a primera hora de la mañana es “suficiente para producir unos niveles de vitamina D adecuados”, pero si una persona se expone a partir de las 12 debe empezar a tener cuidado y ser consciente de que necesita protección.
Los niveles de esta vitamina se miden en tres baremos diferentes. Si la vitamina D está en suero sanguíneo, según Aguilera, por debajo de 20 nanogramos mililitros está en deficiencia, si se encuentra entre los 20 y 30 nanogramos están en insuficiencia y por encima de 30 es lo que se considera normal. Este estudio ha reflejado que los niveles de los malagueños rondan entre los 28 y los 30 nanogramos en verano y que en invierno baja. Por tanto “la población malagueña tiene valores casi de insuficiencia en términos generales”. Eso sí, el investigador apunta que “puede que esos valores insuficientes pasen a ser normales porque la mayoría de la población los tiene. Además la atención primaria se preocupa cuando se encuentra por debajo de 20”.
Para lograr mejorar estas cifras se debe fomentar a la población que se exponga al sol “de forma inteligente y razonable” utilizando siempre protección solar. En este sentido, el profesor de Dermatología asegura que en un estudio que han realizado con niños han observado que los pequeños que juegan en el patio en el colegio usando crema solar tienen un mayor de vitamina D que los que no juegan y se quedan a la sombra para no quemarse. “Es mejor exponerte al sol con crema que no exponerte”, incide.
El siguiente paso en esta investigación consiste en comparar los datos que han obtenido en Málaga con los de Zaragoza y Tenerife. De este modo, conseguirían “un perfil de latitudes donde tengamos diferentes evoluciones de temperatura, de ultravioleta y relacionarla con los diferentes niveles de vitamina D de esas poblaciones”.
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