De la Torre se asoma a los 80 años con la mirada puesta en las próximas elecciones
El alcalde cumple este miércoles ocho décadas y renueva como candidato del PP a la Alcaldía de Málaga después de 22 años en el cargo
Es el regidor más veterano de las grandes ciudades
De la Torre, una caja de sorpresas
Las mil caras de De la Torre en sus 22 años como alcalde de Málaga
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Málaga/Pasan dos horas de la medianoche y suena el teléfono de un concejal del Ayuntamiento de Málaga. Al otro lado, el alcalde, Francisco de la Torre, pregunta por los horarios de apertura especiales de una biblioteca en época de exámenes: está respondiendo a preguntas de ciudadanos por Twitter. Al día siguiente, bordeando las siete de la mañana, no es raro verle caminando o nadando. Este miércoles 21 de diciembre cumple 80 años, 22 de ellos como primer edil del Ayuntamiento de Málaga y, lejos de pensar en dejar la Alcaldía, celebra sus ocho décadas con la vista puesta en las próximas elecciones.
Pese a que en 2019 pocos pudieran plantearse que se presentase un vez más a la reelección, el pasado mes de septiembre confirmó que su nombre iría el número 1 en las listas populares, “para cumplir toda la legislatura”. El tiempo lo ha situado como el primer edil más veterano de las grandes ciudades del PP, tanto por edad como por años en el cargo. Pese a que muchas veces ha sido tachado de verso suelto, a sus ochenta años sigue siendo una de las grandes figuras populares.
No fue siempre así, De la Torre comenzó su mandato descrito por todos los cronistas como un hombre gris. Una figura antagonista a la Celia Villalobos que sustituyó en la Alcaldía cuando esta fue llamada por José María Aznar para llevar la cartera de Sanidad en su gobierno. Antes, la regidora tuvo claro que el número dos sería su concejal de Urbanismo y fichaje para las listas en las elecciones de 1995. A estas primeros comicios concurrió como independiente, lo que favoreció su imagen de tecnócrata.
No fue hasta que en los primeros meses de su mandato se diese cuenta de la capacidad de movilización que tenían sus discursos cuando cambió su estilo por uno mucho más cercano al pueblo, a semejanza de su predecesora, a la que le encantaban los baños de masas. Una transformación que le permitió pasar de ser un gestor a un político popular capaz de mantener su impacto.
Fue entonces cuando comenzó la figura del alcalde de Málaga que un alto dirigente del socialismo malagueño le describió a Susana Díaz cuando esta le preguntó el motivo de su éxito en las urnas: “De la Torre es como un alcalde de pueblo en la sexta ciudad de España, se para con la gente por la calle, llama a las familias para presentar sus condolencias cuando fallece uno de sus seres queridos”. A esto suma que tiene la capacidad de estar en todos sitios: a veces, está en una cena, se toma el aperitivo y se levanta. Vuelve para la clausura de la gala, porque en medio ha estado en otro evento.
Esa imagen de trabajador incansable es la que ha devenido en un modo de gobernar la ciudad puramente personalista. En las dos últimas campañas, incluso eliminó de la cartelería todo símbolo del Partido Popular, que no le ha visto sustituto posible. Tanto fue así, que cuando aún deshojaba la margarita -o decía hacerlo– figuras de la entidad autonómica y nacional de Elías Bendodo se deshacía en alabanzas, “Málaga tendrá un gran candidato a la Alcaldía, Paco de la Torre”.
Se ha deshecho de todos los número 2 que podían hacerle sombra
Él fue el último en disputarle la posición más alta en las listas de cara a 2015. El que era entonces presidente de la Diputación de Málaga y concejal del Ayuntamiento, salió escaldado. Si en algo se ha convertido experto De la Torre es en eliminar a todos los delfines que, nadando a su lado, pudieran hacerle sombra y disputarle la cabeza de listas del PP en la ciudad.
Primero fue Joaquín Ramírez, que dejó su asiento en el consistorio hasta en dos ocasiones distintas ante los encontronazos con un alcalde que no iba a permitir que le cuestionasen el mando. Más tarde, fue Damián Caneda el que intentó brillar con su misma potencia y acabó apagado. Tras Bendodo, es el actual concejal de Hacienda, Carlos Conde, el que fue llamado al orden y tuvo que bajar el perfil, a la espera de que alguien pueda tomar un relevo a De la Torre, que todo hace indicar que se desvelará con el número 2 de su próxima lista electoral.
Su imagen en el PP tiene tanto calado que referentes actuales como Juan Bravo –consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía la última legislatura y ahora en la cúpula de Génova– recuerda cómo en su etapa de diputado raso por Ceuta buscaba hacerse fotos constantemente con De la Torre, hasta que este le paró los pies en la quinta ocasión. Pensaba Bravo que una imagen junto al alcalde de Málaga le aportaba visibilidad dentro del partido dada su figura como referente de la España municipalista del PP.
Al otro lado, ha sido capaz de tumbar hasta a cuatro candidatos a la alcaldía del PSOE, principal partido del PSOE: Francisco Oliva, Marisa Bustinduy, María Gámez –actual directora general de la Guardia Civil– y Dani Pérez, que repetirá este 2023.
El último alcalde socialista, Pedro Aparicio, dijo de él en una conferencia en el Ateneo de Málaga en 2007 que durante “16 años la Providencia no me ha ahorrado ningún martirio, pero me ha hecho el regalo de tener a Francisco de la Torre como sucesor”, obviando a la que fue su predecesora, Celia Villalobos.
Fue por ese personalismo por el que Ysabel Torralbo, portavoz durante la anterior legislatura de Málaga Ahora, dejó su puesto en el Ayuntamiento asegurando que “ninguno de sus concejales le llega a la suela de los zapatos”. Expresión tiene dos lecturas, matiza: “De la Torre es un animal político, un adicto al trabajo capaz de dedicar innumerables horas a la ciudad; pero por su afán personalista tampoco deja que ninguno de sus concejales destaque; es un equipo a sus órdenes”. Cuatro años antes, en su llegada a la Casona del Parque, aludió a su pasado político durante el franquismo para criticar su forma de hacer en la ciudad. “Es a esa manera de que todo pase por él a la que me refería cuando hacía referencia a su pasado, es un hombre que no toma ideas de otros, las adapta a su visión de ciudad”.
La vida política de Francisco de la Torre no empezó cuando a los 57 años se internó en las listas municipales de Celia Villalobos. Este Doctor ingeniero agrónomo y sociólogo de formación fue el presidente de Diputación más joven de España cuando a los 28 años ocupó esa responsabilidad en 1971, antes de que fuera expulsado en 1975 por su corte liberal. Antes, a principios de los 70, ya era una parte importante de la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga, que acabó fundándose en 1972.
Seguirá ligado a la política, primero en el Partido Andaluz Socialdemócrata y más tarde en UCD. En Andalucía será consejero de Economía, Hacienda y Turismo en la Junta Preautonómica durante un año. En ese período compartía su tiempo con un escaño de diputado en las Cortes Generales bajo el paraguas de UCD. Compañeros de hemiciclo recuerdan que en su partido sacaban a De la Torre al estrado cuando les faltaban votos para sacar adelante una votación, con sus largos discursos hacia tiempo hasta que conseguían reunir a los diputados suficientes.
En la Cámara vivió el intento de golpe de Estado de Tejero, en el que siempre recuerda que se hizo con la radio de bolsillo de uno de los compañeros de escaño y, haciéndose el dormido, consiguió escuchar la locución de la Cadena SER esa noche y trasladar información hasta la bancada del Gobierno.
Un año más tarde, disuelto UCD, volvió a la ciudadanía con la economía ciertamente lastrada al tener que asumir créditos bancarios del partido de Adolfo Suárez en Málaga. Durante 13 años se dedica a ser funcionario público en la Delegación de Agricultura de Málaga. Es en esa etapa en la que se sucede una de las anécdotas que le gusta recordar a un amigo personal de De la Torre, que fue a visitarlo a su despacho y le costó encontrarlo envuelto en montañas de papeles. Cuando le preguntó la razón por la que no archivaba y ordenaba todos esos montones de papeles, el ahora alcalde le aseguró conocer el lugar de todos y cada uno de los documentos allí apilados y le retó a pedirle alguno. Todos los que le fueron requeridos los fue encontrando sin mucho problema.
Pero, no sólo se ocupó de un trabajo gris como ingeniero agrónomo. En esa década fue una parte importante de la Asociación para el Estudio del Desarrollo Integral de Málaga (Aesdima), una entidad muy ligada a las grandes familias de Málaga y desde la que ya exigía las infraestructuras que la ciudad venía demandando en sus tribunas en los distintos diarios de la provincia.
Desde ese espacio de influencia dio el salto como número dos a las listas de Celia Villalobos en 1995, aún como independiente. No será hasta las siguientes elecciones, en 1999, cuando vuelva a las listas ya como miembro de la formación de centro derecha. Villalobos cuenta que fue Aznar quien le avisó de la importancia de tener un número 2 fuerte, en un momento en que ETA estaba muy presente en la sociedad española.
En 2000, 28 años después de ser el presidente de la Diputación más joven de España, se hace con el bastón de mando de la ciudad a pesar de la insistencia de su esposa, Rosa Francia, para que no lo hiciera: ya en su etapa como concejal le veía poco. Veinte años después, la disputa con su mujer, que ya ha dado por perdida, sigue sonando cada vez que se acercan las elecciones.
Ese 4 de mayo de 2000 cambiaron muchas cosas para De la Torre. El alcalde, que gustaba de pasar desapercibido, ya empezaba a ser conocido y saludado en la ciudad. Le comenzaron a acompañar escoltas y tuvo que dejar su Reanult 9 blanco sin aire acondicionado por un Volvo S80 azul que le cedería su predecesora.
En los 2000, ETA le golpeó dos veces, primero con la muerte del concejal José María Martín Carpena, asesinato tras el que el alcalde gritó desde el balcón del Ayuntamiento un “¡no nos robaréis la libertad!” que ha quedado para el recuerdo. No pasaron muchos meses cuando la banda terrorista asesinase a su cuñado, el fiscal Luis Portero García.
Libró una batalla contra su propio partido por traer el AVE a la ciudad, una de las infraestructuras que más requirió durante su etapa en Aesdima, y se centró en reconvertir la ciudad con mirada a largo plazo.
Incluso sus críticos le conceden que ha sabido aprovechar incluso sus tropiezos en pos de la ciudad. Tras no conseguir ser Capital Europea de la Cultura 2016 se volcó en traer museos internacionales, y consiguió que el Centro Pompidou saliese por primera vez de Francia para instalarse en un colorido cubo del Muelle Uno. Del fallido Museo de las Gemas –que supuso un agujero de más de 20 millones de euros en las arcas de la ciudad y sólo estuvo abierto dos horas– le hizo sitio en el edificio de la Antigua Tabacalera al Museo Ruso de San Petersburgo.
Ahora, se encuentra con la vista puesta en dos grandes proyectos para 2027: la organización de la Exposición Internacional de 2027 –una de sus obsesiones es conseguir un gran evento internacional para la ciudad, tras varios fracasos– y el Plan Málaga Litoral, con el que pretende cambiar la movilidad de la ciudad y ampliar la peatonalización hasta que el centro histórico se toque con el Puerto de Málaga como un balcón al mar paseable.
“El alcalde es capaz de ver los cambios muchos años antes que el resto de personas, es increíble la capacidad que tiene para visualizar la ciudad”, aseguran varias personas que han trabajado con él durante estos veinte años.
Su última apuesta: La Málaga Tecnológica
Si bien la Cultura es uno de sus pilares fundamentales, la última revolución que ha conseguido traer a la ciudad es la tecnología. Si Málaga está posicionada en el mapa como un hub en este sector es, en parte por el empeño del alcalde, que apostó por el Parque Tecnológico de Andalucía y continúa, insistentemente, ofreciendo la ciudad a las grandes empresas del sector.
Tres ejemplos del último año nos sirvan. Sólo en la primera parte de este 2022 se instalaron en la ciudad el centro europeo de I+D de Vodafone, una sede de Telefónica 42, la escuela de programación gratuita de la compañía de telecomunicaciones española, e ISDI, una escuela digital fundada por Javier Rodríguez Zapatero, exdirector general de Google en España y Portugal.
Durante la presentación del hub de Vodafone su CEO en España, Colman Deegan, aseguró que gran parte de la responsabilidad de que el centro recalase en la ciudad era de la insistencia del alcalde y las facilidades que había presentado, “es el Rafa Nadal de los alcaldes”, dijo. José María Álvarez-Pallete, CEO de Telefónica, vino a decir algo parecido durante la presentación de Telefónica 42 en la ciudad, “cuando planteamos la posibilidad de abrir otra sede en una ciudad de España, la primera carta que recibí fue del alcalde de Málaga, que no ha dejado de insistir hasta que hemos desembarcado”. Rodríguez Zapatero, entre risas, aseguraba que el alcalde le llamaba un domingo al mes al mediodía, “para preguntarme cuándo íbamos a desembarcar en Málaga”.
Con la agenda completa de lunes a domingo, los empresarios de la ciudad valoran su capacidad de trabajo, “en lo peor de la pandemia, cuando todos los funcionarios estaban en casa, el alcalde era el único trabajando en el Ayuntamiento cuando teníamos que ir a gestionar papeleo”, asegura el presidente de la Asociación de Parques y Polígonos Empresariales de Málaga, Antonio López.
Es tan notoria su capacidad de entrega a la ciudad que en las elecciones de 2015 su lema fue “Alcalde 25 horas”, sin que nadie pudiera rebatirle la cantidad de horas que dedica. Sólo toma vacaciones las dos últimas semanas de agosto, que se retira a su casa en Chilches, aunque sigue trabajando desde allí.
Hace dos años, en abril de 2020 tuvo un gran susto que le obligó a descansar. Una caída fortuita entrando al Ayuntamiento le provocó un hematoma subdural crónico por el que tuvo que ser operado e ingresado, dejando a Susana Carillo –primera teniente alcalde e independiente que ya ha hecho público que no volverá a presentarse en las listas– como alcaldesa temporalmente. Salvo ese lapso de tiempo, ha ejercido ininterrumpidamente durante 22 años al frente de la Casona del Parque. Hay quien duda que pueda cerrar el círculo de 27 años con el bastón de mando. De momento, a horas de cumplir 80 años, sigue con la mirada puesta en las próximas elecciones.
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