La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
Tras siete años de trámites, el Ayuntamiento de Málaga aprobó este pasado lunes la modificación del planeamiento necesaria para construir en el dique de Levante del puerto el rascacielos de 116 metros que tanta contestación política y ciudadana ha generado. Con este trámite, a pesar de contar al día siguiente con el cuarto informe negativo del Comité Nacional Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), se daba un paso adelante para la construcción definitiva de la Torre del Puerto, un hotel de 27 plantas y 378 habitaciones de gran lujo que, según dijo el alcalde, "tendrá más ventajas que inconvenientes". A valoración de sus promotores, la primera de esas bondades será la atracción de más de 300 cruceros al año y la generación de 600 empleos directos e indirectos durante la construcción y la concesión, que será por 50 años.
"El edificio, diseñado por Estudio Seguí, será un hito arquitectónico y motor de desarrollo sostenible y cultural, con tecnologías ecoeficientes que cumplen con normativas europeas", explican los promotores. El proyecto presentado por las empresas Andalusian Hospitality II y Al Alfia en colaboración con el grupo hotelero Hesperia y respaldado por el fondo vinculado a la familia real de Qatar, "ha superado un proceso de más de siete años ante las cuatro administraciones del Estado", añaden los promotores y subrayan que fue "inicialmente promovido por el PSOE" y que en este camino "ha contado con el respaldo continuo y consensuado del Partido Popular, demostrando coherencia y respaldo político a lo largo de su desarrollo".
Una vez superado este trámite en el Ayuntamiento de Málaga, será Puertos del Estado el que remitirá el proyecto al Consejo de Ministros, que será el órgano encargado de tomar la última decisión sobre la construcción del complejo hotelero.
El Hotel Torre del Puerto, estratégicamente ubicado en el dique de Levante, "no solo busca ser un referente arquitectónico, sino que también proyecta atraer más de 300 cruceros anuales, generando un flujo estimado de 500.000 turistas por año", reiteran sus promotores. Añaden que "este plan también anticipa la creación de más de 600 empleos directos e indirectos durante la construcción y los 50 años de concesión. Además, destaca por su contribución clave al desarrollo turístico y cultural de Málaga y la Costa del Sol, promoviendo la sostenibilidad con tecnologías ecoeficientes y una planta fotovoltaica en cumplimiento de las normativas europeas".
En relación con la dedicación del espacio público, sus creadores apuntan a que el Hotel Torre del Puerto presenta una "propuesta integral que abarca ajardinamiento, transformando áreas intersticiales en espacios públicos que mejorarán la calidad urbana. Detalles sobre el diseño paisajístico, la extensión de áreas verdes, y los beneficios ambientales y sociales se incorporan como elementos fundamentales de esta iniciativa".
La firma responsable asegura que el proceso de aprobación del Plan Especial del Puerto ha sido exhaustivo, abarcando desde el concurso público de la Autoridad Portuaria hasta numerosas consultas y debates públicos. "Este proceso garantiza reglados contenidos urbanísticos y brinda la certeza de que el suelo portuario conservará su condición de propiedad pública, evitando cualquier acto especulativo en el futuro. La transparencia y la participación han sido pilares fundamentales", aseguran.
José Seguí, Premio Nacional de Urbanismo, Premio Europa Nostra de la UNESCO y director y fundador de Estudio Seguí, aseguró que "La Torre del Puerto es la consolidación de la nueva remodelación Puerto-Ciudad; es la materialización del objetivo de fusionar la innovación arquitectónica con la identidad del potente desarrollo actual del Puerto y su ciudad de Málaga. Su diseño no solo busca su referencia al nuevo perfil de la ciudad, sino también enriquecer su tejido social y cultural".
Sin embargo, hay muchas voces que no coinciden con esta visión y destacan los aspectos negativos de este rascacielos. Icomos subraya en su cuarto informe en contra que "el hotel-rascacielos invalidaría la función de La Farola, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), dado que el haz de luz se encuentra con él en el recorrido de su trayectoria". "En otras palabras -añade- un uso hotelero, en principio ajeno a las funciones portuarias, desactivaría uno de los elementos portuarios por excelencia y plenamente vigente: un faro".
Además, el organismo internacional precisa que la Autoridad Portuaria tiene prevista la construcción, "con el visto bueno del Estado", de un nuevo faro que permitiría la inhabilitación de la Farola, lo que también iría en contra del BIC y, además de ser considerado un expolio, requeriría un gasto público "muy alejado de las políticas que actualmente exige la sostenibilidad sobre el uso y reúso de los recursos".
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
4 Comentarios