Tradición culinaria con sabor a hogar

Conocido por ser uno de los primeros restaurantes de Málaga en introducir la tradicional cultura del tapeo, el mesón La Aldea ofrece a sus clientes la posibilidad de disfrutar de la comida tradicional a un precio económico y en un entorno tranquilo. Ubicado en la calle Esparteros, en los alrededores de Larios, se trata de uno de los rincones más típicos de la capital. La tradición familiar impera en este negocio, que abrió sus puertas por primera vez al público hace 50 años como una casa de comidas, aunque entonces se llamaba Restaurante Maite. Tras una serie de remodelaciones, fue en 1976 cuando finalmente se bautizó como La Aldea. "Al principio cuando mis suegros lo alquilaron era una pensión, pero montaron poco a poco la casa de comidas. Después hubo que adaptarse a los tiempos, hicimos reformas en el local y surgió el mesón", explica Pepe García Luque, quien, además, cuenta que procede de la familia de hosteleros de El Boquerón de Plata. Tras la jubilación de sus suegros, hace más de veinte años, se puso al frente del negocio, junto a su cuñado Sebastián Márquez.

Lo que no cambió en todo este proceso fue la línea de comida del restaurante, que se mantiene fiel a sus principios, aunque la oferta culinaria sí ha aumentado. Cada día se sirven alrededor de 80 menús, que incluyen un primer y segundo plato, más el postre y el pan, al precio de 7 euros, con la bebida aparte. Así de primero se puede degustar platos típicos como la paella, el callo, el gazpacho, la porra o la sopa de marisco; mientras que de segundo hay albóndigas en salsa de almendras, chuletas de cerdo, carne mechada, o pescaíto frito, entre otros. "Además hacemos siempre un plato fuerte del día, que pueden ser unas berzas, unas coles o una cazuela de fideos. Y todos los viernes hacemos gazpachuelo", comenta Pepe. De postre, los comensales pueden elegir entre flan, natillas, pudin o arroz con leche, todo casero, o fruta del día, como melón o sandía.

Asimismo, desde hace dos años, La Aldea sirve desayunos a sus clientes, que incluyen un café y un pitufo a 2,55 euros, para lo cual abre a las 8:00 de lunes a viernes. Aquí, el bar tiene una oferta especial que propone cuatro desayunos y el quinto gratis. A las 12:00 empieza el tapeo, con una variedad de 25 tapas para elegir. Entre ellas destaca la de carne de cerdo al curry con champiñones. "Es la tapa especial de la casa, y la más antigua de Málaga", asegura.

Entre los asiduos a este mesón se encuentran aquellos que acuden a consumir el menú del día. A pesar de que en sus comienzos era un local muy frecuentado por jóvenes aficionados al tapeo, por lo económico que les resultaba, tras la peatonalización de la calle Larios y la eliminación de los aparcamientos de la plaza Félix Sáenz, esto cambió. "Funcionamos a diario con trabajadores de los alrededores, que les gusta el cuchareo", señala Pepe, a la vez que comenta que muchos "son prácticamente como amigos". Eso sí, durante el verano o las fechas señaladas en rojo en el calendario, como la Semana Santa, el ambiente cambia con los turistas que se animan a probar la comida tradicional que propone.

Los propietarios de este establecimiento tratan de prestar especial atención al servicio, por ello, aseguran que los diez trabajadores que hay siempre son los mismos. "Tratamos de mantener al mismo personal para que el cliente cuando venga se sienta como en casa, para que pueda conversar y por la confianza que eso ofrece", asegura Pepe. En este sentido, añade: "Es un negocio familiar, donde los clientes se sienten muy cómodos, procuramos tener calidad y dar un buen servicio a un precio asequible".