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Hace más de dos décadas un equipo científico de la Universidad de Málaga decidió viajar al Ártico por primera vez para estudiar el comportamiento de los bosques de algas bajo los hielos polares. Ahora, 14 expediciones después profesores, investigadores y estudiantes de la UMA han regresado al archipiélago de Svalbard, en el paralelo 79 Norte, en una nueva expedición en la base científica de Ny-Ålesund, el enclave humano más al norte del planeta.
En total son seis personas las que pasarán por esta campaña. Los participantes son dos profesores, Raquel Carmona y Carlos Smerdou, una investigadora, María López Parages, y tres estudiantes, Pablo Cobos, Librada Ramírez y José Luis Díaz. La expedición comenzó el 12 de marzo y finalizará el 30 de junio. Las primeras tres semanas estuvieron en el Ártico solo dos personas del equipo y desde el día 31 de marzo son cuatro. Cada miembro del equipo estará uno, dos, tres o incluso cuatro meses, pero permanentemente siempre estarán cuatro personas hasta finales de junio.
Esta expedición según Carlos Smerdou, miembro del equipo de investigación, se enmarca en un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España llamado ‘Dinámica de nutrientes en productores primarios marinos del Ártico en deshielo’. Durante esta primavera y la del año que viene, estudiarán “la dinámica de las comunidades de fitoplancton y de las macroalgas”. Han elegido esta época porque como las aguas del Ártico son pobres en nutrientes -nitrógeno y fósforo- gran parte del año y en primavera no, estos meses son “cruciales para el crecimiento de las algas” y también para als comunidades de fitoplancton.
Hasta ahora los trabajos que han realizado consisten en diferentes experimentos que determinen el consumo de nutrientes -nitrógeno y fósforo- por parte de las macroalgas de esta zona. Además, están evaluando su crecimiento y composición de forma semanal para determinar los cambios que se puedan producir durante la primavera. “Ya sabemos que el crecimiento de las especies de macroalgas más representativas de este ecosistema crecen entre un 10 y un 20% semanal durante el mes de marzo, a temperaturas del mar aún a entre -1 y -1,5º C”, según Smerdou.
En cuanto a la investigación del fitoplancton, han comenzado a caracterizar sus comunidades gracias a un equipo denominado Citómetro de Flujo que es la primera vez que se está usando en estas aguas. Con respecto a su crecimiento, el investigador de la UMA indica que “aún está en muy bajas concentraciones”. Además, añade que “su crecimiento masivo, lo que se denomina el 'Bloom fitoplanctónico', ocurrirá más tarde, probablemente no antes de finales de abril”, por lo que hasta entonces controlarán los cambios en las comunidades, tomarán muestras y las analizarán tres veces a la semana.
Con respecto al deshielo que se está viviendo en el Ártico, Carlos Smerdou asegura que esta zona del planeta se ha denominado “el centinela del cambio climático”, pues es donde los cambios están siendo más patentes y más rápidos. Ejemplo de ello es la temperatura media del aire que en esta zona ha subido más de 6 grados en los últimos 20 años y unos 10 grados en los últimos 30. “La subida de la temperatura tanto del aire como del océano tiene, entre otras consecuencias, la reducción de la cobertura de hielo, tanto en extensión, como en grosor como en duración”, sostiene el investigador.
En este sentido, la temperatura del mar ha subido unos 3,5 grados en las dos últimas décadas y durante este mes de marzo ha oscilado entre los -0,5 y los -1,7 grados. Algo en lo que incide Smerdou es que el océano, debido a su salinidad, se congela a unos dos grados bajo cero y aunque algunas partes han estado congeladas durante marzo, pero “15-17 años se congelaba completamente el océano en la zona en la que trabajamos”. Asimismo, incide en que ”hace 20 años era muy raro que la temperatura del agua pasara de los 2-3 grados y en el verano de 2021 medimos hasta 8 grados”. Esta subida de las temperaturas compromete la supervivencia de muchas especies endémicas del Ártico.
El cambio climático está afectando a todo el planeta y dependiendo de la zona lo hace de una forma u otra. Por ejemplo, en los países del norte de Europa lloverá más y nevará menos, en los del sur lloverá menos, habrá más sequías y las olas de calor serán cada vez más largas. De lo que este equipo no tiene ninguna duda es que “el aumento global de la temperatura afecta directamente a las poblaciones animales y vegetales, tanto en el medio terrestre como en el acuático, conllevando cambios pueden ser determinantes para la calidad de vida de la población mundial”.
En total, en los últimos 21 años, la UMA ha realizado 14 expediciones en el Ártico. De 2002 a 2016 se centraron en como se comportaban las algas al final de la primavera y en la época estival. En septiembre de ese año trajeron a Málaga algas vivas del Ártico por primera vez. Durante más de un año y medio las mantuvieron en sus instalaciones y realizaron “experimentos durante el invierno, simulando las condiciones de la llamada noche polar, de muy bajas temperaturas y ausencia de luz durante 4 meses”. Su objetivo consistía en conocer “conocer la fisiología de las macroalgas durante ese prolongado periodo de oscuridad”.
Durante esos meses trabajaron con cuatro especies de algas diferentes y observaron, por primera vez, la producción de tejido nuevo por parte de algunas especies de algas durante este periodo de oscuridad. Esto quiere decir que “esas especies se anticipan a la llegada de la luz y generan nuevos tejidos, por lo que cuando vuelven la luz y los nutrientes al agua se dispara su crecimiento”. Los resultados que obtuvieron fueron que hay diferentes tipos de algas capaces de crecer hasta un 3% diario a 1,5 grados bajo cero y también que existen algunas especies que tienen grandes dificultades para sobrevivir a la noche polar.
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