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Un grupo de unos 30 estudiantes ha comenzado este jueves un encierro en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga cuya continuidad decidirán en función del contenido del comunicado de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) sobre el conflicto entre Israel y Palestina.
Fausto Solanas, del Frente de Estudiantes, ha explicado a los periodistas que con la concentración reclaman a la Universidad de Málaga que "se manifieste en contra del genocidio palestino a manos de Israel y rompa cualquier relación con el Estado y con empresas israelíes".
Ha añadido que representantes del Rectorado les han "intentado convencer" de que salieran de la Biblioteca, pero entienden que "es un sitio estratégico", en el que van a permanecer al menos "hasta que salga el comunicado de la CRUE".
Será esta tarde, a las 18:30, cuando se reúnan en una asamblea y decidan si prolongan la protesta hasta por la noche.
"Efectivamente, supone una cierta paralización del funcionamiento de la Universidad y es justamente lo que buscamos, pero hay otras muchas bibliotecas en el campus y no resultarán afectados los estudiantes", ha subrayado este portavoz.
Ha admitido que esperan "poco de la CRUE", porque "el conflicto palestino lleva meses candente y han comenzado a manifestarse en el momento en el que han visto que los estudiantes podían movilizarse", y ha exigido de esta institución "hechos y no solo palabras, bien intencionadas pero inútiles".
Por su parte, Sergio Cañete, delegado del rector para la Coordinación de los Servicios y la Inspección, ha señalado a los periodistas que, en su entrevista con los manifestantes, les ha indicado que "la Biblioteca General tiene en esta época del curso una actividad fundamental para preparar los exámenes".
Por ello, "los propios estudiantes transmitieron que no se hiciera aquí el encierro", según Cañete, que ha reconocido la "actitud totalmente colaborativa" de los manifestantes, que se han mantenido "en silencio" para no molestar a los usuarios de la Biblioteca.
Ha agregado que les han ofrecido "otras zonas de acampada exterior, donde tendría mucha más visibilidad, como en otras universidades", y espacios en el campus con aseos y cafetería para que "tengan el mayor confort posible dentro de lo que es un encierro", porque "el interior de un edificio público no es el sitio adecuado para ello".
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