Urbanismo rechaza que la noria de 70 metros se levante en la entrada del puerto
Los técnicos advierten de su "impacto" visual y de los problemas de "permeabilidad" que generaría, al ser el acceso desde el centro El ente analiza otras posibles localizaciones
La noria-mirador del puerto de Málaga, promovida por la empresa Mederyt, encalla definitivamente. El impacto visual que supondría su instalación en la entrada principal del recinto y su afección sobre la "permeabilidad" en el acceso desde el centro histórico hacen que la posición actual de la Gerencia de Urbanismo sea negativa respecto a la localización elegida. Así lo confirmaron a este periódico diversas fuentes del organismo municipal, que fueron claras al señalar la posibilidad de analizar otros posibles espacios físicos para esta iniciativa, caso del aparcamiento situado junto al edificio de la Autoridad Portuaria o los suelos de Muelle Heredia, entre otros.
De hecho, en los estudios técnicos que están siendo elaborados en este momento se analizan alternativas de emplazamiento, algo que corroboró ayer el propio alcalde en funciones, Francisco de la Torre. Incluso, según las fuentes, el asunto ya ha sido puesto en conocimiento de la empresa impulsora de la iniciativa, que no vería con malos ojos un posible traslado. El problema puede venir de la mano de la Autoridad Portuaria, cuyos actuales responsables mantenían hasta hace algunas semanas que la de la entrada del recinto era la última de las ubicaciones posibles para esta estructura.
La reacción de Urbanismo se produce más de un mes después de que Meredyt, con el visto bueno de la Autoridad Portuaria, solicitase la licencia de actividad para impulsar el montaje de esta estructura, de 70 metros de altura. La respuesta inicial de Urbanismo tras desvelarse la existencia de la iniciativa, tal y como publicó Málaga Hoy el pasado 21 de abril, fue la de abrirse a estudiarla, advirtiendo de la necesidad de profundizar en los posibles impactos.
Los análisis en los que están trabajando los técnicos de Arquitectura apuntan la existencia de un "impacto" visual considerable, así como de una incidencia sobre la "permeabilidad" del recinto. Se da la circunstancia de que la parcela elegida, de unos 2.000 metros cuadrados de superficie, es la puerta de acceso desde la Plaza de la Marina.
Pero Arquitectura no es el único departamento que profundiza en la iniciativa. Las fuentes consultadas admiten, como ya expuso este periódico semanas atrás, la existencia de dudas sobre si la instalación de una noria en ese punto requiere o no de una modificación del Plan Especial del Puerto para adecuar el uso del terreno. De confirmarse ese extremo, el trámite puede requerir de varios meses.
"Estamos dispuestos a sentarnos a dialogar; no se trata de decir sí o no a la noria, pero la localización genera impacto", comentaron las fuentes consultadas. El frenazo puesto ahora sobre la mesa por el Ayuntamiento altera los planes iniciales de la promotora, que pretendía ponerla en funcionamiento el 1 de julio próximo, algo inviable en el actual escenario. La concesión administrativa que solicitó formalmente Mederyt al Puerto es por un periodo de seis meses, desde julio hasta finales de año, con la posibilidad de prolongar la vigencia de la misma. Ello en función del buen funcionamiento de una atracción que ya ha pasado por ciudades como Zaragoza y Valencia y cuya entrada podría costar unos 8 euros. El Puerto, por la cesión del espacio, iba a ingresar unos 14.000 euros mensuales.
La negativa municipal le fue expuesta el pasado martes por Urbanismo al Puerto. La reacción del presidente del organismo portuario, Paulino Plata, es de incomprensión ante lo ocurrido. "No entiendo estas dificultades cuando norias hay en muchas ciudades de Europa y el mundo", dijo a Málaga Hoy, al tiempo que subrayó que se trata de una estructura desmontable por un periodo inicial de seis meses. "Estamos un poco cansados de que nos digan que no; sería necesario que tuviesen una actitud más proactiva; suena un poco al no a lo que se diga", sentenció Plata.
Respecto a la ubicación elegida dentro del puerto, señaló el interés de la empresa por disponer del mayor flujo de personas posible cerca de la atracción, algo que interesa también al Puerto, por cuanto a los ingresos propios de la tasa de ocupación hay que añadir los de la tasa de actividad, mayor en función del éxito de la iniciativa.
A la negativa de Urbanismo se añade la necesidad de que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) emita un informe vinculante sobre las posibles afecciones de la altura de la noria. Los promotores asumen que el mismo será favorable. El filtro que, al menos verbalmente, sí habría superado es el de la Consejería de Cultura, a la que Urbanismo pidió que se pronunciase sobre si debía o no informar sobre el impacto de la noria sobre la Catedral y el propio Centro histórico, ambos catalogados como bienes de interés cultural. Cultura, verbalmente, ha comunicado a Urbanismo la innecesariedad del mismo, si bien el ente municipal espera la respuesta por escrito.
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