Uso de las desaladoras en Málaga contra la sequía
Para hacer frente a la falta de agua se instalarán desaladoras portátiles en la provincia, una de ellas en la Axarquía
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Málaga es una de las provincias donde más está afectando la sequía. Se percibe en datos como en la pérdida de capacidad de los pantanos de la provincia, que están por debajo del umbral psicológico de los 100 hectómetros cúbicos, así como en los últimos anuncios de restricciones de agua que hay en algunos municipios de la provincia, como ha sido la bajada de presión de agua en Fuengirola en horario nocturno o también los cortes completos de agua que se producen desde hace meses en diferentes municipios de la Comarca de la Axarquía.
Otras medidas que se están tomando para paliar este problema son la creación de desalobradoras y desaladoras. En la capital hay una desalobradora, la de El Atabal, y recientemente Estepona ha solicitado los permisos para crear una para el municipio. Y respecto a desaladoras, en la provincia hay una en Marbella y también se anunció la creación de otro en la Axarquía, la cual está financiada por el Gobierno de España y costará alrededor de 100 millones de euros.
Las desaladoras de Málaga
La desaladora principal de la provincia se encuentra en Marbella. Actualmente tiene prevista una ampliación, que según la Junta de Andalucía podrían estar finalizadas antes de verano. La planta pasará de producir 8 hectómetros cúbicos de agua a 12 hectómetros, con un cambio de membranas en los bastidores. A largo plazo, podría llegar a pasar a producir más de 20 hectómetros, con la instalación de unos módulos dentro de la estrategia antisequía de la Junta de Andalucía.
Por otro lado, en la Axarquía están a la espera de la construcción de una desaladora. Actualmente, el proyecto está siendo desarrollado en las mesas de trabajo que creó la Junta de Andalucía y el Gobierno, después de que este último anunciara que iba a financiarla, invirtiendo 100 millones de euros. Cabe señalar que estos grupos están centrados en la integración y fusión de trabajos técnicos privados con la implementación de una desaladora pública. De igual forma, según informó Jesús Lupiáñez, alcalde de Vélez-Málaga, se había encontrado un terreno disponible cerca de la depuradora, al norte de la Nacional 340, que cumple con los requisitos técnicos y cuenta con la aprobación de los expertos municipales.
Además, para hacer frente a la sequía, a corto plazo, la Junta de Andalucía anunció la instalación de desaladoras portátiles en la provincia, una de ellas en la Axarquía. De de esta forma cumplir una de las demandas que llevan haciendo los agricultores de la comarca desde hace meses. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anunció dicho proyecto, y añadió que también se instalaría otra en Marbella , ya que ambas zonas se encuentran en una situación extrema de sequía. Asimismo, explicó que se trataría de una actuación de urgencia consistente en unos módulos prefabricados con una capacidad limitada de producción, que podría estar funcionando antes de un año para garantizar el consumo de agua en ambas las zonas.
Las desaladoras como alternativa en zonas de sequia
La desalación de agua de mar es una alternativa de abastecimiento de agua común en zonas del litoral, y que tiene como objetivo mejorar la disponibilidad de este recurso. En Andalucía, Almería y Málaga son las provincias con gran estrés híbrido, y donde las desaladoras son una gran opción.
El proceso más usado en las plantas de desalinización es la ósmosis inversa, aunque hay otras tecnologías: desalación solar, electrodiálisis, nanofiltración y formación de hidratos gaseosos.
En el proceso de ósmosis inversa, se recoge agua del mar y recibe un primer tratamiento en el que se eliminan impurezas, aceites, aguas o residuos. Tras quitar estas sustancias orgánicas, se filtra y se obtiene agua dulce y salmuera. El agua dulce pasa por un proceso de remineralización y cloración, se almacena y se envía a la red de suministro. La salmuera, por su parte, es diluida antes de ser devuelta al mar, y de esta forma evitar concentraciones de sal que podrían ser nocivas para el ecosistema.
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