¡Vaya 'pollo' que se ha liado!
Los escasos vecinos de Estepona que mostraron interés por hacer guardia a las puertas del Ayuntamiento reciben sin sorpresa la detención del alcalde
"No nos sorprende lo que ha pasado, porque durante mucho tiempo hemos visto aquí cosas que se parecían demasiado a lo que ocurría antes en Marbella". De esta forma se despachaba ayer Ana María, una vecina de Estepona que montó guardia en las puertas del Ayuntamiento durante buena parte de la jornada para ver cuanto acontecía tras la detención del alcalde, Antonio Barrientos. Sin embargo, el pueblo esteponero no actuó con la misma curiosidad que lo hizo el de Marbella cuando se destapó la operación Malaya, ya que no fueron demasiado los ciudadanos que se habían congregado hacia el mediodía en la plaza del Consistorio.
Algo más se animó la cosa durante la tarde, debido a que el dispositivo policial aumentó considerablemente, lo que terminó captando la atención de los paseantes. "¡Menuda la que se ha liado con la operación Pollo!", decía irónica otra mujer, que hacía así referencia al apodo con el que se conoce en Estepona a la familia del regidor.
En lo que coincidían la mayoría de los vecinos reunidos en torno al Ayuntamiento era en que el gobierno liderado por Barrientos se encontraba desde hacía bastante tiempo bajo sospecha. "Estamos cada vez más arruinados porque el alcalde siempre anda pidiendo préstamos para poder pagar los sueldazos que se han puesto", comentaba indignado Francisco, un jubilado que ha acudido a todas las manifestaciones que se han convocado en los últimos meses para protestar contra la subida de impuestos.
Esa rabia hacia las políticas llevadas a cabo por el alcalde estalló cuando éste fue conducido hasta el Consistorio por la Policía. ¡Ladrón!, ¡Sinvergüenza!, ¡Chorizo!, son sólo algunas de las lindezas que le dedicó el público a Barrientos al llegar, sobre las 15.20 horas, al edificio desde el que ha dirigido la ciudad en los últimos cinco años. Pero la voz del pueblo también se quiso hacer oír cuando pasadas las 18.15 horas de la tarde abandonaba el Ayuntamiento el Fiscal Anticorrupción, Juan Carlos Caballero, y una multitud le increpó el clásico "¡Qué se haga justicia!".
Pero una de las anécdotas de la jornada fue, sin duda, la que protagonizó el abogado Ignacio Pérez Vargas, que acudió hasta la plaza del Consistorio para demostrarle a los periodistas que no estaba detenido, tal y como se apuntó desde algún medio de comunicación.
Por otra parte, conforme fueron avanzando las horas, el público que asistía al espectáculo fue rejuveneciendo, ya que no fueron pocos los chavales que acudieron con cámaras digitales de fotografía para captar el momento en el que el alcalde socialista abandonase el inmueble. De hecho, más de uno estaba convencido de que podría sacarse algún dinerillo si lograba una buena instantánea de uno de los peores momentos que ha vivido este pueblo.
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