Vecinos de Mestanza creen que es la “peor ubicación” para la depuradora norte de Málaga

Los propietarios y defensores de la vega desmontan los argumentos de la Junta para construir en ella la EDAR norte

Propietarios de las parcelas afectadas por la futura EDAR lanzan un SOS con la vega de Mestanza a sus espaldas
Propietarios de las parcelas afectadas por la futura EDAR lanzan un SOS con la vega de Mestanza a sus espaldas / Javier Albiñana

Málaga/Desde la pequeña atalaya donde están situadas las casas de Mestanza y Loma de Cantarranas, la vega es un vergel, como la define Maruchi, un paraíso de un verde intenso en el que se descubren árboles cargados de naranjas, mandarinas y limones.

Habría una paz infinita si los vecinos no estuvieran en pie de guerra, si no tuvieran que desplegar sus pancartas de auxilio y sus mapas con los que reivindicar que la parcela elegida para la construcción de la depuradora norte “es la peor y la más cara”, como estima Carmen Mestanza. Pequeños propietarios, la mayoría descendientes de los abuelos que se instalaron allí en 1924, explican los motivos de su lucha.

La vega se dedica al cultivo de cítricos y produce un millón y medio de kilos al año con certificado ecológico que se exporta en su gran mayoría a Inglaterra, Alemania y Francia. “La vega es oxígeno, es alimento para Europa, ingreso para España y biodiversidad”, defiende Carmen. “Y representa miles de jornales”, como añade Maruchi.

Pero más allá del valor económico, agrícola o sentimental de la zona, los vecinos apuntan que la zona es una “vía de intenso desagüe” y que el encarecimiento fundamental de la depuradora es porque hay que elevarla unos cuatro metros de altura y construirle escolleras, además de una carretera de acceso, traer hasta ella la línea de alta tensión y realizar un importante desvío de los colectores, que pasarían por zonas inundables.

Otras alternativas más baratas y mejor ubicadas

Juan Santos Mestanza comenta que, además, habría que expropiar a múltiples pequeños agricultores “cuando hay otras opciones mucho mejores”. Sobre el mapa comentan la “alternativa A3” que la Junta de Andalucía pintó entre Mercamálaga, la hiperronda y el campo de Golf de Campanillas.

Carmen señala la cercanía de la futura EDAR a las casas.
Carmen señala la cercanía de la futura EDAR a las casas. / Javier Albiñana

“También es una parcela privada pero se trata de terreno no inundable, es de menos propietarios y son cultivos temporales, tampoco tiene casas cerca y tiene al lado la carretera de Cártama y los polígonos industriales”, comenta Juan.

En el caso de Mestanza, “el anteproyecto señala que va a producir olores y ruido, entre otros problemas, y aquí hay una barriada llena de vecinos y una residencia de ancianos”, destaca Carmen. Hay viviendas que quedarán a unos 150 de la EDAR y creen que “afectará a la salud de los vecinos”.

En el caso de la alternativa A3 el colector podría continuar por la antigua plataforma ferroviaria ahorrándose muchos kilómetros de trazado. Por eso, los vecinos no entienden por qué se descartó una alternativa que parece mucho más viable y económica.

“Acaban de inaugurar una depuradora en Pizarra y podían haber hecho otra para Alhaurín el Grande”, apunta José Mestanza y señala que “se va a ver afectado todo el ecosistema al desaparecer el flujo ecológico”. Juan subraya, además, que a los vecinos no se les informó de nada, que supieron en 2011 de la recalificación del terreno pero “no sabíamos para qué”.

Los vecinos explican el proyecto con las parcelas afectadas al frente.
Los vecinos explican el proyecto con las parcelas afectadas al frente. / Javier Albiñana

En 2017 tuvieron conocimiento del proyecto y presentaron un escrito ante la Junta de Andalucía para que se los tuviera en cuenta como parte afectada. “Se nos ha tenido desinformados en todo el proceso inclumpliendo la ley del derecho a la participación pública y a la información”, denuncia Juan.

Carmen señala que “con el sobre coste de esta ubicación se pagarían más de 20 años de multas por no depurar el agua”. Y Maruchi lamenta que a sus 75 la van a echar de su casa. “Esto nos va a costar la vida, más que medioambiental es un atropello humano”, dice. Juan, por su parte, también resalta que en el estudio de alternativas viables una de ellas era la de la ampliación de la depuradora del Guadalhorce y no entiende por qué la Junta dice ahora que eso nunca se había contemplado.

Algunas claves que esgrimen los afectados

En el margen derecho del río Guadalhorce hay 650 metros de desagüe natural en caso de inundaciones que la depuradora cortará en 450 metros, “lo que tendrá graves afecciones en el resto de parcelas y vecinos de la parte de arriba”, estiman los afectados.

Entre 12.000 y 15.000 cítricos tienen plantados en este terreno.
Entre 12.000 y 15.000 cítricos tienen plantados en este terreno. / Javier Albiñana

Los vecinos creen que a lo que beneficia la construcción de la EDAR en Mestanza es a la ciudad aeroportuaria, un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre. “Serviría de dique, creemos que la razón fundamental para construir aquí es bajar el índice de inundabilidad de la zona de abajo y poder construir la cuidad aeroportuaria”, comentan.

Los vecinos se preguntan por qué en este proyecto todos los escollos son subsanables y en otras alternativas resultan imposibles. “Todo son excusas porque no hay voluntad política”, dicen.

Cuatro generaciones de agricultores

En 1924, el matrimonio formado por José Mestanza Cruz y María Mestanza Luque llegaron desde Alhaurín de la Torre a las orillas del río Guadalhorce. Tenían 9 hijos y huían del hambre. Arrendaron cuatro o cinco hectáreas de sotobosque y cañaveral. No fue terreno cultivable hasta que hicieron el Pantano del Conde del Guadalhorce. Empezaron sembrando patatas, remolacha, alcachofa, maíz y todo lo que pudieran necesitar ellos y los arrieros que venían a comprarles. Antes de los años 60 sembraron los primeros cítricos y en pocos años aquello tomó un nuevo impulso. José Mestanza llegó a ser alcalde de Alhaurín de la Torre. Nació un décimo hijo y de ellos, 36 nietos. Ahora la vega la cultivan los nietos y bisnietos, la cuarta generación de Mestanza que tienen dividido su legado en parcelas equitativas.

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