Vinos hechos en Ronda, exclusivos para Australia
Manuel Carrizosa y Yale Norris decidieron crear un tinto y un blanco con uvas tempranillo y verdejo
Vino bajo velo de flor con sello rondeño
Málaga/El enólogo Manuel Carrizosa, copropietario de la bodega Badman Wines de Ronda, y el bodeguero australiano, Yale Norris, han puesto en marcha en Ronda, su proyecto más personal para crear un vino español que solo se venderá en Australia.
Para ello han optado por crear un blanco y un tinto utilizando uvas de Rueda y de Toro de las variedades tempranillo y verdejo que han sido especialmente seleccionadas en viñedos que Carrizosa ya conocía porque había trabajado con las bodegas que se encargan de su gestión.
Tras la vendimia de la uva, se procedió a su traslado hasta Ronda para ya en la ciudad del Tajo comenzar el complejo proceso de crear unos vinos únicos que tienen que conseguir seducir a un cliente que es un gran desconocedor de estas uvas. Precisamente, ese era uno de los objetivos marcados: hacer unos vinos con variedades que no se trabajan en Australia. “Allí no se mueven por denominaciones, hablan de tipos de uva, por eso hemos elegido estas que son como emblemáticas de España y que tienen un cierto reconocimiento internacional, hacerlo con variedades que ellos trabajan y conocen bien no tenía sentido”, explica Carrizosa.
Una idea que surgió en la propia Australia, país en el que Carrizosa lleva trabajando desde el año 2012 asesorando a la bodega Islander Estate Vineyards y en la que conoció al propio Norris, que había comenzado a trabajar con la misma un año antes y de la que en la actualidad es socio y director general.
Ahora, aquella idea comienza a tomar forma y el propio Norris se desplazó hasta Ronda para colaborar en la elaboración de los vinos que contarán con fermentación en barrica, por lo que espera conseguir una gran extracción en los mismos. Especialmente particular es el sistema que se está empleando en el caso del tinto, ya que han decidido introducir la uva dentro de la barrica y realizar el proceso de maceración en su interior durante cinco semanas.
Para ello también han tenido que taladrar las barricas de 500 litros y abrir un agujero que permitiera introducir la uva y cerrarlo mediante unos tapones especiales. También han ideado un sistema para realizar los giros de las barricas de forma manual dos veces al día, un movimiento que es necesario para facilitar el contacto entre las pieles y pepitas con el mosto para favorecer la extracción de aromas y del color. Un trabajo que están realizando en las instalaciones de la bodega Huerto de la Condesa con la que Carrizosa también realiza un asesoramiento y que dispone de sistemas para poder controlar la temperatura durante todo el proceso.
Tras ello, está previsto que estos vinos tengan un año de crianza en barricas antes de que lleguen a un mercado de alta gama en el que se espera que puedan venderse a unos 70 dólares la botella de vino blanco y unos 100 dólares la botella de vino tinto.
En cuanto a la producción, al tratarse de un vino de autor, estará limitada a unas 1.000 botellas de cada uno de ellos, estando destinadas exclusivamente al mercado australiano, donde las bodegas suelen poseer su propio bar o restaurante y donde se degustan sus vinos mientras se come. No obstante, no descartan dejar una pequeña partida para algún restaurante que pueda tenerlo en exclusiva.
Una idea que ya es una realidad y que comienza a dar forma a otra... Y es que ya están pensando en la posibilidad de elaborar un vino de similares características, pero con una uva representativa de Argentina.
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