Visto para sentencia el juicio contra El Melillero, que reitera que no lanzó ácido a su exnovia
El principal acusado, para el que la Fiscalía continúa pidiendo 51 años de prisión, ha dicho que lo siente por las víctimas pero sostiene que el agresor fue el joven que el día de los hechos lo acompañaba en el coche
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El juicio celebrado en la Sección Octava de la Audiencia de Málaga contra el hombre conocido como 'El melillero' por su presunta relación con la agresión con ácido en enero de 2021 a su exnovia y una amiga en la localidad malagueña de Cártama ha quedado este viernes visto para sentencia. "En ningún momento yo he agredido", ha afirmado Jose Arcadio ante de terminar la vista oral.
En su derecho a la última palabra, este acusado ha dicho que lo siente por las víctimas, pero ha asegurado que el agresor fue el hombre que le acompañaba en el coche ese día, también procesado. "Todo es José Arcadio, José Arcadio, José Arcadio, pero el autor material es 'el Poti'" -apodo de ese acusado-".
La Fiscalía de Málaga ha mantenido su petición de 51 años y medio de prisión para 'El melillero', al considerar que fue el que supuestamente ideó este intento de asesinato de su expareja y una amiga, en el que habrían colaborado otros cinco acusados, uno de ellos ese acompañante en el coche que, según esta acusación, habría lanzado la sustancia.
Se le acusa de dos delitos de asesinato en grado de tentativa -solicita 17 años de cárcel por cada uno-, uno de pertenencia a organización criminal -petición de siete años-, dos de amenazas graves -dos años por cada delito-, otros dos de acoso -24 meses de prisión por cada uno- y un delito de maltrato habitual -30 meses de cárcel-.
Al resto de procesados se les acusa de los dos delitos de asesinato en tentativa y de pertenencia a organización criminal; añadiendo en el caso del que le acompañaba en el coche la acusación por un delito de amenazas graves, por lo que solicita para éste más de 38 años de cárcel.
En su derecho a la última palabra, todos han hablado y se han vuelto a declarar inocentes; asegurando que jamás habrían participado en hacer daño a alguien y que no sabían lo que iba a ocurrir. Así, han negado una planificación de los hechos y que sigan las órdenes de 'El melillero'. "No he tirado nada ni planeado", ha dicho el acompañante en el coche.
La fiscal ha mantenido que se arrojó sobre las víctimas ácido de alta concentración en un habitáculo relativamente pequeño y casi cerrado, como es un coche; con las emanaciones y los peligros que eso conlleva; apuntando a que los forenses señalaron que si las víctimas no hubieran tenido una atención urgente podrían haber tenido consecuencias aún más graves.
Sandra, la exnovia, resultó con un 45% de superficie total corporal quemada y presenta secuelas psíquicas y perjuicio estético y pérdida de calidad de vida, así como incapacidad para desempeñar su profesión. Fue operada 12 veces y tiene un leucoma corneal izquierdo "que deja una agudeza visual de 0,1" y limitaciones de movilidad. Su amiga Cristina resultó con un 20% de superficie total corporal quemada.
La acusación pública sostiene que los testigos declararon que vieron una mano del lado del conductor tirar el ácido, aunque entiende que fue el otro acusado que iba con 'El melillero' en el coche el que "se colocó en esa zona y el que arrojo el ácido por orden del anterior". Esto lo justifica, entre otros aspectos, en que el acompañante sí tuvo quemaduras y José Arcadio no.
Para el ministerio fiscal, está acreditada la circunstancia agravante de parentesco porque él y la víctima habían sido pareja y también la de genero porque se actuó "con desprecio a la circunstancia de que era mujer". Asimismo, señala que está clara la existencia de la alevosía y que solo la utilización del ácido ya justifica el ensañamiento. También ha mantenido la acusación por acoso y amenazas por parte de 'El melillero' a su expareja.
En este punto, ha considerado que esto ha quedado acreditado por los mensajes "desde el inicio de la relación, después de que rompieran y hasta el día de su detención"; lo que se suma a lo declarado por las víctimas sobre el día antes, cuando le dijo que iba "a destrozar la cara tan bonita que tenía". La Fiscalía siempre ha sostenido que el hombre no aceptó la ruptura de la pareja y estaba "obsesionado con ella".
Respecto a los demás procesados, el ministerio público considera que "cada uno con su función fueron cumpliendo las órdenes de José Arcadio", apuntando que tuvieron "disponibilidad" y hubo "sincronización" para ejecutar dichas órdenes; todo esto "con conocimiento de lo que iba a hacer".
Por su parte, el letrado de la acusación particular, en representación de las víctimas, difiere de la fiscal en cuanto a quién arrojó el ácido, sosteniendo que fue 'El melillero' el que lanza el producto "tremendamente peligroso"; aunque el acompañante es el que abre el bote, ya que el otro está conduciendo; lo que justificaría que tenga lesiones por salpicaduras de la sustancia.
También ha mantenido que todos los demás procesados tenían conocimiento de los hechos; se conocían y tenían materia para sospechar lo que está ocurriendo, aunque no quisieran saberlo, lo que no les exime.
El abogado de 'El melillero', Marcos García Montes, ha considerado que con su cliente no ha existido presunción de inocencia "sino de culpabilidad", apuntando que no hay partes médicos de lesiones ni de agresiones ni testimonios de amenazas; además de que las tarjetas de teléfonos analizadas no eran del acusado.
Sobre el intento de asesinato, el letrado se ha preguntado si "ha aparecido algún medico forense que diga que por echarle ácido en la cara a una persona puede fallecer", respondiendo que: "Ninguno"; además de que ha lamentado que se no se hayan precisado las acusaciones.
También ha incidido en diferenciar entre el ánimo de matar y el de lesionar por echar un ácido, "que no lleva a peligrar la vida", y ha indicado que es un procedimiento en que "por desgracia seguimos sin enterarnos de cuales son las acusaciones" y en el que tampoco se ha precisado nada en cuanto a la responsabilidad civil.
El resto de defensas han hablado, igualmente, de "acusaciones desproporcionada", de "falta de sustento" para las mismas y de "ausencia evidente de dolo". La letrada del acompañante de 'El melillero' en el coche, ha incidido en que "no hay pruebas que le atribuyan participación alguna en el hecho".
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