Voces valientes que gritan basta
Nueve mujeres claman contra la desigualdad
La primera cirujana de Málaga, "un bicho raro en un mundo de hombres" y una rapera, que critica la "masculinización" de la música, entre otras
Málaga/Cuando escuchó, con apenas 25 años, que triunfaría como mujer pero no como cirujana entendió que el camino no sería fácil, pero con tenacidad y contundencia, esas cualidades de las que presume todavía a sus 66 años, aprendió "a ser respetada". "Tenía que acostumbrarme a vivir en un mundo de hombres. Me sentía como un bicho raro", relata Concha Soler, la primera cirujana general que hubo en Málaga. Su testimonio es un ejemplo de cómo sobrevivir a la desigualdad entre hombres y mujeres. "Nunca me sentí vejada, aunque sí ignorada durante mucho tiempo. Todo lo que soy lo hice yo sola. Si se quiere, se puede", dice optimista.
Jubilada desde hace un año y medio del Hospital Clínico, donde era responsable de la Unidad de Mama, Concha recuerda aún el día en que un paciente le preguntó: "Señorita, ¿cuándo va a venir el cirujano?", sin plantearse, quizá, que una mujer fuera capaz de asumir tal responsabilidad. Las tornas han cambiado. "Desde hace unos años hay algunas guardias solo con mujeres. Ellas estudian más y, ahora, son ellos los que se sienten mal, como yo en mis tiempos", bromea.
Dolores Vargas es historiadora del Arte. Leyó la primera tesis de Picasso en la Universidad -que le valió alzarse con el Premio Málaga de Investigación en 2013- y critica que, pese a sus amplios conocimientos no se le dé "voz en la ciudad". Asimismo, lamenta que la mujer deba verse obligada a demostrar "lo que vale" y a reivindicar su papel. Desde hace más de 20 años forma parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Salud, en la que siempre intenta otorgarle protagonismo "a la voz femenina". Solo tres mujeres ostentan el cargo de hermana mayor en las 41 cofradías.
En el caso de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), hay 59 conductoras de una plantilla que forman más de 800 empleados, además de una inspectora, una limpiadora, 20 que se ocupan de las tareas de administración y cuatro que trabajan en los talleres. Pero, ¿existe un trato desigual? Maite Pérez sacó su plaza hace unos dos años y asegura estar contenta. "Muchas veces -los viajeros- prefieren que conduzcamos nosotras. Una vez se echaron encima de un hombre que me hizo un comentario", narra.
Meli Galarza, que preside la asociación feminista más antigua de Málaga, recuerda que con la creación de una empresa de comunicación e igualdad tuvo que padecer la falta de confianza en un proyecto en el que puso todo su empeño. "Me decían que no tenía salida, que solo serviría para cuatro feministas como yo a las que le interesaba eso del os/as. Pues no doy a basto, la televisión de Coín nos ha contratado para formar a su periodistas para que tengan un lenguaje más inclusivo", cuenta a modo de ejemplo.
También Mari Paz Hurtado, que regenta una empresa puntera en la exportación de aceituna de mesa, sobrevive "con dos tacones". El 85% de su plantilla está formada por mujeres que trabajan "en un entorno rural, tradicionalmente masculino". "Que en el siglo XXI siga siendo necesario que se nos oiga es lamentable", apostilla.
El deporte, en palabras de Pepa Moreno, es otro de los ámbitos en que más se visibiliza la desigualdad. Su labor como presidenta del Rincón Fertilidad Málaga de Balonmano y, hasta el año pasado, como jugadora profesional le ha llevado a liderar una "continua lucha". "Jugamos en la máxima categoría a nivel nacional y, este año, en Europa, hasta cuartos de final. Nos esforzamos, conseguimos objetivos, pero nunca es suficiente", señala la portavoz, que lanza una llamada de auxilio. "Necesitamos que las instituciones nos ayuden. Nuestras condiciones económicas son precarias", reconoce Pepa, que agradece el apoyo del presidente de Clínicas Rincón, Manuel Rincón.
La misma discriminación, sostiene Lola Calvillo, se palpa en el Periodismo, un sector con "brechas salariales, precariedad" y que imposibilita "conciliar la vida laboral y familiar". "Hay compañeros que, haciendo nuestro mismo trabajo, tienen más complementos y oportunidades para promocionar. Las redacciones están llenas de mujeres, pero no hay ninguna en los despachos", denuncia la periodista.
El mundo de la política, que sigue teniendo pendiente incrementar los puestos de mando entre las féminas, constituye también un ejemplo. Ruth Sarabia, directora general de Derechos Sociales, Igualdad y Participación Ciudadana, aboga por que las mujeres "estén unidas", dado que hay, "mucho que conseguir", sobre todo en cuanto a cargos directivos. "Hay una diferencia brutal", remacha.
Esa denuncia por razón de género es la que Eskarnia (Elena Casanueva) plasma en las letras de sus canciones de rap. "La música está muy masculinizada", destaca la joven, que rindió homenaje en un disco a la poesía de Gloria Fuertes y que ahora está organizando un concierto bajo el título Hip hop por mujeres, en el que participarán unas 30. "Las chicas están empezando a ser independientes", recalca la artista, que como técnica de sonido sufrió los sinsabores de una profesión mayoritariamente de hombres. "Me hacían el vacío, pero no podía llorar para no darles la razón", sentencia.
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