Opinión
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José Luis Rodríguez Zapatero instó ayer al Partido Popular a "ayudar al país", que "no al Gobierno", "presentando propuestas" y sumándose a un pacto que permita junto a sindicatos y patronal afrontar la delicada situación económica. El presidente del Ejecutivo y secretario del PSOE, durante un mitin conmemorativo de los 30 años de autonomía andaluza celebrado en Málaga, afirmó que su propuesta de pacto político contra la crisis carece de condiciones. No obstante, también se comprometió a no incluir una reforma laboral que implique la pérdida de derechos laborales: "Aunque me lo pidan, y mira que me lo piden con insistencia, con este Gobierno los trabajadores no van a perder derechos en ninguna reforma laboral, conmigo no".
En el primer acto de partido que celebra después de tres meses y ante las 16.000 personas congregadas en el Palacio de Ferias de Málaga, según cálculos socialistas, el presidente del Gobierno y secretario del PSOE urgió a los populares a "arrinconar las diferencias" para "construir juntos pensando en los que no tienen trabajo y en sus familias". Salir de la crisis supone "un sacrificio grande y por eso exige mayor unión y cooperación de todos, porque diciendo no a todo no se ayuda a España". La oferta de acuerdo político que ayer esbozó ante sus seguidores pasa por la mejora de la competitividad económica a través de la innovación, el impulso a la sociedad del conocimiento y la recualificación profesional de miles de jóvenes que abandonaron los estudios para dedicarse a la construcción. "Eso no tiene color político. Sólo ganas de trabajar por España", dijo ante un auditorio entregado.
Las causas de la crisis y el sistema financiero centraron gran parte de la intervención de José Luis Rodríguez Zapatero, quien criticó el interés de la derecha por evitar hablar de los motivos que han originado el actual estado de la economía. En este sentido, afirmó en primer lugar que la crisis no es intrínseca de la economía española ni la ha originado el euro "sino los que pusieron en circulación préstamos que no se sostenían para especular y obtener grandes beneficios a corto plazo", "los que inventaron productos financieros que llevaron el sistema al crack más importante que se ha sufrido desde los años 30 del siglo pasado", o sea "la avaricia, el dejar hacer y la falta de regulación".
En segundo lugar recordó que la caída del sector inmobiliario ha venido dada porque "en 10 años se han hecho las casas de 20 años y se ha empleado al doble de la gente que podía estar en la construcción", algo que sucedió entre 1996 y 2006 "porque el PP dijo que se podía construir en todo el suelo" sin limitaciones. El secretario general del PSOE afirmó que el Gobierno socialista será "firme para cambiar la regulación del sistema financiero" y evitar los paraísos fiscales.
Admitió que la crisis ha implicado un "gasto extraordinario" para sostener el subsidio del desempleo y las medidas dirigidas a minimizar el impacto del deterioro económico, como el fondo estatal de inversión local. Pero también subrayó la necesidad de reducir el déficit público, aunque matizó que "a su tiempo y garantizando el gasto social" y las inversiones en I+D+I.
Siguiendo la línea argumental que expuso el pasado viernes en Londres durante una reunión con el primer ministro británico, Gordon Brown, y el griego, Giorgios Papandreu, cuando se quejó de un sistema financiero que primero urgió medidas de salvación para después advertir a los estados de los riesgos que entraña el déficit público, Zapatero llevó a un mitin de partido sus quejas sobre la actitud de los mercados que comparan a España con Grecia. "Como presidente del Gobierno", dijo que nadie "tiene derecho a que se ponga en duda la solvencia de las cuentas públicas. El reino de España es solvente. La deuda es 20 puntos más baja que en el resto de la Unión Europea y lo que hay que pagar es una cantidad razonable".
Llegado este punto criticó la postura del líder de la oposición, Mariano Rajoy, por señalar que la "mayor parte del gasto se destina a pagar deuda. ¿Qué gana con engañar y meter miedo? Se preguntaba para a renglón seguido explicar que el año pasado el coste de la deuda representó el 4% del gasto público, mientras que en 2000, "el año del milagro económico de Aznar", "era el doble" al suponer el 8% del gasto público. Zapatero expresó su "agradecimiento" y "cariño" al presidente del PSOE y vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, "un gran socialista a quien la derecha no le perdona que haya ganado tantas veces".
También tuvo palabras de reconocimiento para la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez y sacó pecho frente a las últimas encuestas que señalan una virtual pérdida de los socialistas en las próximas elecciones autonómicas o al menos una victoria muy estrecha. Dijo estar seguro de que el PSOE volverá a ganar en Andalucía en 2012 por "la confianza en los andaluces y en el PSOE-A, pero, ante todo en el presidente Griñán", un candidato que en medio ya de una ovación cerrada definió como un hombre "cabal y brillante".
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