El abuso de las pantallas en niños, un factor de riesgo de sufrir obesidad
Desde la pandemia, las horas que se dedican a los dispositivos digitales ha aumentado, lo que supone un peligro para los más pequeños porque puede derivar en problemas de salud, emocionales y académicos
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Málaga/La revolución digital ha hecho que la sociedad incremente su tiempo frente a una pantalla, ya sea un ordenador, un teléfono o una tablet. Los problemas de este aumento del uso de los dispositivos digitales se agravan cuando se incluyen a los más pequeños de la casa. Cada vez son más los niños que recurren a las pantallas durante su tiempo libre y, en los últimos años, este hecho se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo de sufrir enfermedades como la obesidad o la adicción a los juegos, problemas de comportamiento o rendimiento escolar, o de sufrir acoso. Por ello, José Manuel Riquelme, psicólogo del Deporte y la Actividad Física y miembro del Consejo General de la Psicología de España, sostiene que el ejercicio es una gran alternativa para disminuir este riesgo. A esta afirmación también se ha sumado la Copa COVAP que asegura que la vuelta al cole es “el momento idóneo para la inmersión deportiva de los niños y niñas”.
En el ámbito educativo, el uso de las pantallas ha aumentado en gran medida en los últimos años, sobre todo desde la pandemia. Riquelme sostiene que “existen datos que afirman que, durante 2020, los niños y niñas de entre 4 y 15 años aumentaron el uso de redes sociales y apps de educación un 76% y un 54%, respectivamente”. Debido a esto, cada vez es más frecuente que los más pequeños tengan acceso a las pantallas más jóvenes y cuenten con un teléfono móvil antes.
En este sentido, el psicólogo del Deporte señala que esto no es lo recomendado, ya que en la infancia temprana lo mejor es que los niños no tengan acceso a estos dispositivos. Al igual que en la infancia media (hasta los 10-12 años) lo recomendable es que solo utilicen las pantallas una hora al día “siempre con supervisión de los padres”.
Un uso excesivo de las pantallas en los menores puede derivar en problemas de salud, de comportamiento, dificultades de regulación emocional e incluso académicos. El que un niño se mantenga delante de una pantalla durante horas es un factor de riesgo de sufrir obesidad al acabar llevando un estilo de vida muy sedentario, según Riquelme. Asimismo, esto también aumenta el riesgo de que sean víctimas del ciberacoso. Además, también elevan las posibilidades de que “accedan a contenidos que no sean apropiados para edad” y se conviertan en adictos a los videojuegos.
Para evitar estos riesgos desde COP encuentran en el deporte un contexto que favorece la “prevención” de estos problemas y también “la promoción de un hábito de vida saludable”. En este punto, Riquelme incide en que es cierto que las redes sociales “son un punto de socialización que los niños necesitan aprender a usar porque lo van a necesitar en el colegio”, pero también considera que el deporte es otro lugar en el que los más pequeños pueden socializar. Esto se debe a que “ los niños necesitan adherirse a las normas de comportamientos, las que prevalezcan en el deporte y del grupo de iguales”.
Por otro lado, el deporte, a nivel emocional, también puede ayudar a los padres a ver cómo ayudar a sus hijos a gestionar sus emociones, ya que experimentarán lo que es la alegría, la tristeza, los nervios, el enfado e incluso la frustración. También, favorecerá el nivel de concentración, memorización y atención de los niños. Por ello, Riquelme anima a las familias a alentar a sus hijos a hacer deporte, siempre y cuando sea un disfrute para ellos y aprendan mientras juegan.
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