Los acusados de matar a Marcos, el empresario marbellí, niegan su responsabilidad: "Yo no hago esas cosas de locos"
El Ministerio Fiscal solicita que se le imponga a cada uno de ellos la prisión permanente revisable
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Málaga/Marcos (49), un empresario marbellí de origen marroquí, fue tiroteado en la puerta de su casa, donde llegaba en su vehículo. Ocultando sus cabezas con gorros, tras él, le dispararon reiteradamente. Este lunes, los dos acusados del crimen, que supuestamente pertenecían a un grupo radicado esencialmente en Países Bajos dedicado a diversas actividades ilícitas contra las personas y sus bienes, han negado su responsabilidad en los hechos. "Esas son cosas de locos, yo no hago esas cosas", ha manifestado uno de los procesados ante los miembros del tribunal del jurado, que serán los encargados de dictar un veredicto de culpabilidad o no.
Omar C., originario de Países Bajos, ha explicado que en su país se dedicaba a la fontanería. La primera vez que le detuvieron fue en abril de 2019 -tres meses después del asesinato de la víctima-."La Policía (holandesa) pensaba que formaba parte de un grupo de delincuentes que se dedicaba a matar personas. Quince días después me dijeron que no tenía nada que ver con esas cosas". El motivo de su arresto, siempre según su relato, se debía a la relación de amistad que había entablado unos seis meses atrás con un grupo de jóvenes investigado por ejecutar muertes que les encargaban. Los conoció a través del fútbol y de su hermano mayor. Pero, cuando el día de su arresto supo que tenían problemas con la justicia holandesa, ha asegurado que se asustó y dejó de tener contacto "radicalmente" con ellos. "Siempre me han tratado bien, pero yo no hago estas cosas y no quería problemas", ha manifestado.
Tras el crimen de Marcos, los Cuerpos de Seguridad pusieron en marcha las gestiones para esclarecer lo sucedido. Tras una meticulosa investigación, que duró más de un año, los agentes lograron identificar a los supuestos miembros del grupo delictivo. Las pesquisas también les permitieron conocer que cuatro miembros de la red de sicarios estaban planificando un nuevo "encargo", cuyo objetivo se encontraba en España. Por ello se puso en marcha un amplio dispositivo para frustrar esa nueva acción criminal. Pocos días después, cuatro de ellos fueron localizados y detenidos cuando entraban en territorio español a bordo de un vehículo, entre los que se encuentran los dos acusados.
Si bien, Omar C. -que tenía 19 años cuando sucedieron los hechos- ha insistido en su inocencia. Días antes de que el empresario fuese abatido a tiros, ha relatado -con ayuda de una intérprete- que se desplazó a Marbella con dos amigos con los que más tarde le vincularían como banda criminal. Hizo el trayecto con ellos en coche para "ahorrar el dinero del vuelo". Además, ha garantizado que pasó dos o tres días con ellos , antes de que partieran rumbo a Barcelona, mientras que el resto de sus vacaciones las habría pasado con su madre. Durante la estancia, no ha negado que pudiera estar en alguno de los cinco locales de ocio nocturno que regentaba el empresario asesinado en la zona de Puerto Banús. "Yo no miro quién es el dueño del local, solo voy a tomar unas copas", ha apuntado.
Pidió un coche "por si ligaba"
Así, ha relatado que la noche que el empresario marbellí fue tiroteado estuvo de fiesta en esta lujosa y exclusiva zona de Marbella. Aunque normalmente se desplazaba en taxi o en Uber, esa noche ha reconocido que pidió prestado un coche "por si ligaba" con una joven francesa con la que había quedado. Finalmente, después de que el establecimiento cerrara, fue a recoger el vehículo, pero se dio cuenta de que había perdido las llaves del vehículo, lo que explicaría que llamase en numerosas ocasiones al segundo acusado, que era quién tenía el contacto del propietario de la vivienda en la que Omar C. se estaba alojando, ha declarado.
Por su parte, Badr K. -el otro procesado-, que se ha limitado a contestar las preguntas de su defensa, ha declarado que se encontraba en Marbella porque su exmujer y su hijo viven en la provincia. Aprovechó, según su versión, que recientemente había sido Navidad para hacer una visita con una amiga. En cualquier caso, ha negado tener conocimiento o responsabilidad en el asesinato, así como con el coche quemado que apareció días después del crimen, pues cabe destacar que ambos están acusados también de calcinar un automóvil robado con el que supuestamente ejecutaron el crimen y del posterior incendio que esto provocó en el monte.
Las defensas han coincidido en que ambos son inocentes y en pedir a los jurados que emitan un veredicto de no culpabilidad. Así, los letrados han señalado que en este procedimiento "hay mucha literatura" y la Policía "ha vertido muchas hipótesis", pero han insistido en que "no hay pruebas" que los sitúen en el lugar de los hechos cuando se produjeron.
El fiscal lo considera "un crimen cometido por profesionales"
Por contra, la fiscal del caso considera que fue "un crimen cometido por profesionales", al igual que el abogado de la acusación particular, quien ha dicho que los autores "no fueron nada descuidados" y que el empresario "fue asesinado salvajemente por la espalda".
Las acusaciones han indicado que aunque no haya pruebas directas, como huellas; sí "un cúmulo de indicios" contra los procesados, fruto de la especialización de la Policía en la resolución de este tipo de casos y de la eficacia de la cooperación internacional policial dentro de la Unión Europea.
Según las conclusiones iniciales del fiscal, los acusados aceptaron el encargo de acabar con la vida" de la víctima, para lo que se desplazaron a España, realizando los días previos vigilancias de las inmediaciones del domicilio y locales de ocio de Puerto Banús regentados por el hombre.
La intención era, junto con al menos otro individuo del grupo, "darle muerte" a la víctima cuando cerrara sus negocios y regresara a su domicilio en el núcleo de población de San Pedro de Alcántara. Para llevar a cabo su plan, dice la acusación pública, los acusados tenían preparado un vehículo robado en Conil de la Frontera (Cádiz).
También consiguieron dos armas de fuego cortas aptas para el disparo. El día 21 de enero de 2019, sobre las 03.09 horas, los acusados, junto al menos otro miembro del grupo, fueron con gorros para ocultar el rostro hasta las inmediaciones del domicilio de la víctima, a la que abordaron cuando estaba aún en el vehículo.
Así, el Ministerio Fiscal sostiene que supuestamente dispararon al hombre, al que causaron una hemorragia interna que afectó a estructuras vitales y sistema nervioso central, provocando su inmediato fallecimiento. Tras esto, los acusados abandonaron inmediatamente el lugar.
El hombre "no tuvo posibilidad alguna de defenderse frente al ataque con armas de fuego, que se produjo de forma repentina e inesperada cuando aun estaba dentro de su vehículo sin posibilidad de escapatoria", dice esta acusación pública en su escrito provisional de calificación.
Según la Fiscalía, dos días más tarde, los procesados cogieron el vehículo de un garaje donde lo habían guardado y lo llevaron a una zona deshabitada conocida como Hacienda Los Canasteros en la carretera de Marbella a Ojén y le prendieron fuego, provocando un incendio que tuvo que ser extinguido.
El fiscal acusa a los dos hombres de los delitos de pertenencia a grupo criminal, asesinato, tenencia ilícita de armas y daños mediante incendio; solicitando que se le imponga prisión permanente revisable a cada uno, además de otros cinco años de cárcel. Como indemnización, insta a que paguen a la familia del fallecido la cantidad de 245.000 euros.
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