Echeverría de Huelin, dividida: vecinos aplauden las medidas contra el ruido y hosteleros temen pérdidas

La aprobación para prohibir nuevos locales y limitar la hora de cierre genera satisfacción entre los residentes y desaprobación entre empresarios que temen la caída ingresos

Esta calle de Huelin entra en la Zona ZAS de Málaga: no habrá locales de ocio y hostelería nuevos y las terrazas cerrarán antes

Nacho Romera vecino de Huelin / Manuel Montes

División en Huelin. Vecinos y hosteleros de la calle Tomás Echevarría, la principal del barrio, tienen opiniones encontradas a la hora de valorar las medidas del Ayuntamiento de Málaga para paliar el alto nivel de ruido en la zona. El Consistorio aprobó en Pleno de mediados de julio establecer como zona acústicamente saturada (ZAS) un tramo de esa vía. El acuerdo debe publicarse en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y pasar por exposición pública. Una vez que se supere esta fase, se aprobará definitivamente y entrará en vigor con la nueva publicación en BOP.

Las medidas suponen, grosso modo que ese tramo en concreto no habrá nuevos locales de ocio y restauración y que los ya existentes tendrán un horario más reducido. En locales de interior de ocio se impondrá el cierre puertas y ventanas a partir de las 23:00 horas. En relación con las terrazas, la declaración obligará a adelantar el horario de cierre respecto al actual (02:00 horas).

Por los trámites que deben cumplirse, aún queda tiempo para que se aplique. Pero la división es clara entre vecinos y comerciantes. Los primeros quieren vivir con menos ruido. Los segundos temen que los cambios hagan mella en sus ingresos.

La mayoría de los residentes llevan luchando por esta medida desde hace cuatro años, desde diferentes asociaciones vecinales y la plataforma Stop Ruidos Huelin.

"Estoy a favor, tendrían que cerrar antes todavía, es horrible"

Yolanda Vecina de Tomás Echevarría Huelin / Manuel Montes

Yolanda es una de las residentes de esa zona de Huellin y vive día tras día una realidad distinta a la de los locales de la calle. Tanto ella como otros vecinos culpan a los establecimientos de hostelería de alterar sus horarios de sueño. Yolanda sostiene que esta medida no es aceptada por los locales, pero la asociación de vecinos asegura que es la única forma que hay de paliar el ruido.

Un vecino que prefiere no dar su nombre cree que la medida "es un engaño" y que se trata de una estrategia del gobierno municipal para sofocar a los residentes. Añade que estas son calles vecinales y que el Ayuntamiento ha acabado con todo ello incorporando bares y locales de ocio. Por ello insiste en la necesidad de una mayor contundencia para controlar el ruido.

"En el Romeral y el Centro no han hecho nada, aquí tampoco creo que lo hagan"

Nacho Romera vecino de Huelin / Manuel Montes

Nacho Romera es residente de Huelin, conocido por formar parte de diversas asociaciones vecinales como la de Parque del Mar o Torrijos y de la plataforma Stop Ruidos Huelin. Romera afirma que la propuesta de esta nueva medida lleva en conocimiento del Ayuntamiento desde hace cuatro años.

La asociación de vecinos lucha por conseguir que la calle Río Rocío se convierta también en una zona acústicamente saturada. Romera sostiene que las mediciones de ruido que se solicitaron al Ayuntamiento se hicieron en octubre, cuando es la época más baja de la hostelería y que por ese motivo no se consigue.

Según explica, en Tomás Echevarría el principal problema es la aglomeración de locales. Recuerda que esta situación ya se ha repetido en barriadas como el Romeral en Teatinos y en el Centro de la capital. Por eso es escéptico y no cree que se vaya a hacer ninguna mejora.

Romera también apunta que la tardanza en la adopción de medidas contra el ruido ha llevado a la mayoría de los vecinos de la zona a afrontar el cierre y acristalamiento de sus domicilios. Dice que las ayudas del Ayuntamiento "llegan tarde" porque los residentes han tenido que solventar el problema haciendo una inversión de su propio bolsillo.

"Hay quién vive aquí y no tiene por qué soportarlo" 

Leo Ariza vecina de la barriada de Tomás Echeverría en Huellin / Manuel Montes

Leo Ariza residente en la barriada, aprueba la restricción, aunque acota que hay que llegar a un equilibrio entre vecinos y hosteleros. Sostiene que los bares y negocios están rodeando la zona y que "poco a poco se van comiendo la vida de la gente y de los barrios". Recalca que la zona se ha convertido en epicentro de la hostelería y el turismo y que es urgente encontrar "un punto intermedio para que convivan todas las realidades".

Otra vecina, Rocío López, entiende ambas partes. Comprende a los residentes y ve "normal" que se quejen, pero pone el acento en que los bares son negocios de los que dependen muchas familias. Opina que las limitaciones a partir de las 11 de la noche "es una medida super exagerada". Señala que está en contra de que cierren tan temprano. Ella vivía en un primero y conoce de primera mano las molestias del ruido. Sin embargo, alega que siempre se pueden adaptar las casas para paliar el problema.

”Hay que vivir y convivir”

José vecino de la barriada de Tomás Echeverría en Huelin / Manuel Montes

José lleva 43 años viviendo en Echeverría de Huelin. Aunque asegura que en estos últimos cinco años ha sido "malvivir". El residente no señala a la música como la única causa del ruido. Explica que también lo genera la aglomeración personas, ya sea disfrutando de una comida, una bebida o simplemente hablando. "Aquí parece que todos los días son festivos", dice. A sus 62 años se plantea el irse del barrio, como han hecho otros vecinos que han vendido sus casas si les ha salido la oportunidad. Él no descarta hacer lo mismo si la situación sigue así.

“El Ayuntamiento tiene que escuchar a los hosteleros” 

Isabel Acebedo comerciante en la barriada de Tomás Echeverría / Manuel Montes

Elisabet Acebedo Álvarez es hostelera de uno de los comercios de la barriada. Manifiesta su descontento con la implantación de esta nueva restricción. "Los bares de copas ¿Qué van a hacer? ¿Cómo se van a mantener?", reflexiona. Opina que este recorte afectará realmente a sus compañeros de otros negocios, aunque no al suyo que tiene servicio de cocina.

La comerciante cree que esta situación se lleva agravando desde que hace dos años. La hostelera recuerda que Málaga vive del turismo y defiende la necesidad de tener negocios de hostelería para este público. Acebedo afirma que los hosteleros “no tenemos asociaciones que nos amparen, el Ayuntamiento tiene que escuchar a la otra parte” 

Otro de los comerciantes de la zona, Dani García, opina que esta situación sucede por el descontrol de la gente. Cree que la hostelería no es la culpable de generar ese ruido, pero sí la que ha sido castigada. Esta situación, según manifiesta, no se puede dominar.

La zona residencial de Tomás Echevarría enfrenta esta nueva medida con un descontento generalizado en los negocios y como una forma de alivio entre las asociaciones vecinales.

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