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Rondaba a mujeres en la calle a horas intempestivas. Su requisito, que estuvieran solas o se encontraran en una situación vulnerable. Con carisma, se acercaba a ellas para entablar una conversación agradable que, sin embargo, tan solo era un número de ilusionismo como parte de su plan. De apariencia, “un hombre normal y corriente”. Esperaba a que accedieran a los portales de sus viviendas o lugares de trabajo para entrar con ellas y, en ese momento, agredirlas sexualmente sujetándolas con fuerza si oponían resistencia. Así actuaba el individuo detenido hace tres días por su presunta responsabilidad en hasta cuatro casos.
“Oye, ¿cómo te llamas?” “¿Vives por aquí?” Eran algunas de las preguntas que el presunto agresor lanzaba a las mujeres que escogía como objetivo de sus fechorías. “No se presentaba de forma sorpresiva; más bien, era cariñoso y las cortejaba”, explican a este periódico las responsables de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Málaga que se han hecho cargo de la investigación.
Tras esta primera toma de contacto, el sospechoso las acompañaba hasta su destino ganándose su confianza -a algunas les llegó a decir cómo se llamaba o a qué se dedicaba-. Aprovechaba las horas que los rayos de sol azotaban con fuerza -nunca antes de las 16:00 ni después de las 19:00- y las calles estaban prácticamente desiertas para actuar con total impunidad. Esperaba paciente que abrieran la puerta del edificio al que se dirigían y se colaba con ellas. Una vez en el portal, les practicaba tocamientos de tipo lascivo, en pechos, nalgas y zona genital sin su consentimiento.
En uno de los casos se percató de que la mujer se encontraba adormilada -como consecuencia de una medicación que tomaba- y no solo se coló en su bloque, sino que llegó a subirse con ella en el ascensor, donde supuestamente la habría agredido sexualmente con penetración. Otras de las víctimas, una persona con movilidad reducida y una madre sola con su hijo menor en el parque. “Se fijaba en aquellas que creía más indefensas y procedía en los momentos en los que no podían pedir auxilio a nadie”, señalan las investigadoras.
La primera denuncia relacionada con estos hechos fue interpuesta el 4 de mayo; la segunda, a finales del mismo mes. La UFAM de la Comisaría Provincial de Málaga entonces ya tenía sospechas de que detrás de ambos casos podría estar la misma persona. La tercera víctima llegó a dependencias policiales a principios de julio; la cuarta, pocos días después. “Cada vez había menos dudas”, apostillan desde la unidad.
Las labores se basaron fundamentalmente en la recopilación de imágenes de las cámaras de seguridad de los portales de los inmuebles donde ocurrieron los hechos. Estas informaciones, unidas a las descripciones que aportaron las víctimas, permitieron determinar el perfil del autor: edad, color de pelo, vestimenta y tatuajes muy característicos, sobre todo en las piernas, que no pasaban desapercibidos para las mujeres a las que agredió.
Con estas características, los agentes establecieron dispositivos de vigilancia por la zona oeste de la ciudad, concretamente en los barrios de La Unión-Cruz del Humilladero, Huelin y Carranque-Haza de Cuevas, donde se desarrollaron los hechos, hasta dar con un individuo que presentaba rasgos similares. Tras ser identificado, se volvió a llamar a las víctimas -con edades comprendidas entre los 40 y los 65 años- para realizar un reconocimiento fotográfico. “Las cuatro lo reconocieron sin ningún tipo de duda e inmediatamente se procedió a su detención”, detallan las investigadoras.
“Aparentemente es un hombre normal y corriente, de 41 años, casado, con hijos, trabajo y sin antecedentes”, lo que hacía que las víctimas no sospecharan de sus intenciones ocultas. Tampoco ocultaba su rostro cuando se presentaba, más allá de unas gafas de sol habituales a plena luz del día. Aunque no era especialmente alto ni corpulento, cuando las agarraba y estas oponían resistencia, las sujetaba de los brazos con fuerza para intimidarlas.
Es por ello que este viernes, tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 7 de Málaga, en funciones de guardia , se decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por su presunta responsabilidad en un delito de agresión sexual. Por el momento, aclaran las responsables de la UFAM, no hay sospechas de que pueda haber más víctimas.
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