El aguardiente regresa a Jubrique
El Ayuntamiento convoca cada año un concurso para mantener la tradición de esta localidad que tuvo un pasado brillante vinculado a esta bebida
Ronda/El aguardiente es una de las bebidas espirituosas tradicionales de la Serranía de Ronda, que tiene en el municipio de Jubrique a uno de los buques insignia en el pasado de esta bebida, llegando a ser una de las grandes referencias a nivel nacional. Allí se sigue conservando la tradición y se mantienen alambiques tradicionales con los que cada año se vuelve a elaborar aguardiente para retomar el brillante pasado que las enfermedades de la vid y las grandes industrias hicieron eclipsar y desaparecer.
No obstante, algunas de las familias productoras se trasladaron a Ronda y todavía hoy se mantiene una conocida marca de anís en el mercado y que tiene orígenes jubriqueños. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Jubrique, con el objetivo de mantener vivo aquel pasado vinculado al arguardiente realiza cada año un concurso en el que los vecinos elaboran su propio aguardiente.
Precisamente, esta semana se ha presentado la VI edición de su Concurso de Aguardiente, fiesta declarada de Singularidad Turística Provincial que tendrá lugar el próximo sábado 29 de diciembre. El alcalde de Jubrique, David Sánchez, explicó que mediante la celebración del Concurso de Aguardiente se pretende poner en valor y también icono de la rica gastronomía de la localidad.
Pasado el mediodía del 29 de diciembre los aspirantes, acompañados de sus alambiques, mostrarán a todos los presentes el proceso de elaboración tradicional de la bebida alcohólica tal y como se hacía antaño, por lo que para aquellas personas que disfruten de este espectáculo por primera vez los participantes bien podrían parecerles auténticos alquimistas.
El proceso de elaboración del aguardiente consiste en introducir mosto en el alambique para proceder a su destilación, consiguiendo así alcohol de alta graduación. A continuación se le añade matalahúva u otra hierba aromática al alcohol resultante y se vuelve a meter en el alambique para realizar una segunda destilación. Por último, es necesario añadir la cantidad exacta de agua al licor para rebajar la graduación alcohólica y situarla en unos 40 grados. Para obtener un litro de aguardiente son necesarios unos siete litros de mosto. Una vez elaborados todos los licores, un jurado experto analizará cada uno de ellos para determinar cuál de ellos resulta ganador de esta edición, tras lo que se otorgarán diferentes premios a los aguardientes que obtengan mayor puntuación.
Jubrique cuenta con una larga tradición en la elaboración de aguardiente. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando alrededor de las tres cuartas partes de los campos de la localidad eran viñedos. Se conoce que durante aquella época llegó a haber unos 70 alambiques repartidos entre el pueblo y sus alrededores.
Desde aquel entonces el licor es reconocido por su calidad en muchos puntos de la geografía, hasta el punto de que para referirse al pueblo, los foráneos lo hacían como Jubrique el del aguardiente. Con el paso de las décadas, la llegada de la filoxera y con el trabajo de elaboración y comercialización de este licor en manos de destilerías profesionales, la actividad se vio gravemente mermada.
En este punto cabe destacar que en los últimos años, posiblemente debido a la puesta en marcha del concurso de aguardiente, varios vecinos se han animado a comenzar a destilar lo que, sin duda, contribuirá a perpetuar en el tiempo el proceso de elaboración tradicional de este licor. Además, durante el concurso también se tiene previsto que se celebre una chocolatada y además se ofrezcan buñuelos, otro producto tradicional de la zona en la época de Navidad que también sigue estando presente en muchos hogares y que algunos solían tomar con el aguardiente, que también vuelve en estas fechas.
Municipio geolocalizado para el turismo
Mediante el proyecto de geolocalización se ha procedido a inventariar, haciendo uso de las nuevas tecnologías, los distintos espacios de interés turístico, histórico y cultural con los que cuenta el municipio. Esta iniciativa ha tenido dos fases diferenciadas: la primera de ellas fue dedicada a espacios públicos como monumentos, fuentes, miradores, edificios públicos o senderos. La segunda fase ha consistido en trabajar con los empresarios locales y los propietarios de alojamientos rurales para que estos tengan la oportunidad de dar a conocer sus establecimientos a los visitantes potenciales. El objetivo principal del proyecto de geolocalización era mostrar los puntos de interés.
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