Las aguas regeneradas, claves para la supervivencia del campo
Expertos reivindican la necesidad de hacer más infraestructuras hídricas para hacer frente a la sequía en un desayuno de redacción organizado por 'Málaga Hoy' en colaboración con Dcoop
Asaja advierte de "graves daños" en el campo en la Axarquía, con más de 1.000 hectáreas afectadas por la DANA
El aporte hídrico que han proporcionado los dos últimos episodios de lluvias a los sectores productivos que dependen del agua en la provincia no son para nada desdeñables. Solamente los siete embalses de la red han ganado 75 hectómetros cúbicos (75.000 millones de litros) en menos de tres semanas. Una cantidad suficiente para alejar el fantasma de la extrema sequía unos meses más a la espera de que se produzcan más precipitaciones, pero que, sin embargo, necesitan de más medidas complementarias, además de un cambio de paradigma en el ahorro, para que el territorio no vuelva a verse asfixiado ante un periodo de carestía, con altibajos, como el que lleva experimentando estos dos últimos años. Estas soluciones, según han acordado una serie de expertos reunidos en un desayuno de redacción organizado por Málaga Hoy en colaboración con Dcoop este martes, pasarían, por ejemplo, por aumentar la inversión en infraestructuras hídricas, sobre todo, de aquellas destinadas a generar aguas regeneradas. Pero no sólo.
Alrededor de este tema, justamente, ha basculado la charla-coloquio titulada Andalucía y el desafío de las aguas residuales, que ha sido moderada por el subdirector de Málaga Hoy, Javier Cintora; y contado con la participación del presidente de Dcoop, Antonio Luque; el secretario general de Agua de la Junta de Andalucía, Ramiro Angulo; el presidente de la Asociación de Abastecimientos de Agua y Saneamientos de Andalucía (ASA) y gerente de Emasa, Juan José Denis; el doctor Ingeniero Agrónomo y Máster en Agricultural Economis Julio Berbel; y el director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Costa del Sol de la UMA, Francisco Franco. Todos ellos, cada cual desde su campo de acción, han convergido a lo largo del debate en la necesidad de poner en marcha medidas de gestión del agua de largo alcance para paliar, y solucionar, no ya la sequía en la que nos instalamos, sino las venideras, con la mayor eficacia posible.
Así lo ha formulado Luque en primera instancia, quien ha conminado a las administraciones públicas a redoblar los trabajos a la hora de hacer nuevas infraestructuras que aumenten el suministro hídrico, su almacenamiento y una "mejor gestión" para mantener a flote la agricultura, más cuando estos procedimientos conllevan una gran espera. "Sin agua la actividad va a abandonarse en muchos pueblos y vamos a tener problemas para producir alimentos de calidad a precios asequibles", ha asegurado el presidente de la empresa agroalimentaria con sede en Antequera, que opina que ahora están sufriendo las consecuencias "de todo lo que no se ha hecho en años", en referencia a haber fiado buena parte del abastecimiento al agua caída del cielo. "Si ya estamos usando agua regenerada en jardines, campos de golf o cultivos en la Axarquía también podemos hacerlo en la zona norte de Málaga. Desde la capital no se piensa en que la sequía también afecta a esta parte", ha criticado Luque.
En este sentido, destaca el proyecto abanderado por la propia Dcoop, que cuenta con el consenso "unánime" de los grupos políticos, para crear una gran autopista del agua que conecte el litoral con la comarca. En total, serían más de 100 kilómetros de tuberías para trasvasar las aguas depuradas que se vierten al mar hasta el interior. "Es verdad que para los cultivos extensivos es muy difícil usarla, pero para los leñosos es una posibilidad enorme. Contamos con los equipos humanos y técnicos, con la opción de las energías renovables, para hacer subir el agua 500 o 600 metros. Nadie se puede oponer a eso porque es el futuro. El Gobierno tiene que ejecutar lo que tiene sobre la mesa y hacer la conexión, y los técnicos pensar la mejor forma para sacarle el mayor partido", ha dicho Luque antes de abundar en la idea de que "el agua más cara es la que no existe".
Angulo, por su parte, ha defendido la acción llevada a cabo por la Junta, que ha aprobado en Consejo de Gobierno este mismo martes la primera Estrategia de Recursos Hídricos no Convencionales de Andalucía, es decir, aquellos que no proceden de manera directa del ciclo hidrológico natural, como son las aguas regeneradas y desaladas, con la vista puesta en "disminuir el déficit hídrico". Para ello, ha afirmado, se hará uso de todos los recursos del sistema, aunque no siempre en sentido ascendente. Las aguas subterráneas, "que están siendo sobreexplotadas", tienen como horizonte "la limitación y sustitución por otros recursos superficiales"; en paralelo, la estrategia pasa por aumentar la capacidad de desalación "teniendo en cuenta que tenemos 980 kilómetros de costa y una agricultura muy productiva". A ello se suman las siete grandes presas planeadas por el Ejecutivo andaluz.
"A día de hoy, hablar de Cerro Blanco es hacerlo de algo que hubiera sido muy útil para mitigar el riesgo de inundación del Guadalhorce y además nos hubiera permitido almacenar unos hectómetros cúbicos que hubieran servido para mejorar la garantía de abastecimiento en toda Málaga", ha comentado Angulo, poniendo el acento en otro de los grandes baluartes de las últimas legislaturas: la puesta a punto de una red de estaciones para bombear agua de un extremo a otro de la provincia si esto es necesario. Entretanto, ha recordado el secretario, la Ley de Economía Circular de Andalucía ya obliga a estudiar cuando se vierte más de un hectómetro cúbico depurado al mar con el objetivo optimizar de su uso. Una medida a través de la cual se están inventariando todas las infraestructuras de las que podrían beneficiarse potenciales usuarios, en gran medida agricultores. "La aportación de aguas regeneradas irá subiendo paulatinamente. La primera marca la pusimos en 100 hectómetros cúbicos para 2027; a consecuencia de la sequía, hemos recalculado ese cumplimiento a 140". Toda una serie de obras que, ha avisado, están instaladas en un largo plazo, por lo que "es complicado que se ajusten a los marcos de financiación europeos".
Un ejemplo de éxito de este modelo es, precisamente, la tubería que lleva agua regenerada desde la depuradora del Peñón del Cuervo, en la capital, hasta la Axarquía para salvar subtropicales y leñosos desde poco antes del arranque de este pasado verano, tal y como ha apostillado el presidente de ASA y gerente de Emasa. "Al día siguiente de poner en marcha esta conexión con la Axarquía, mandábamos el equivalente a mil camiones cisternas a la comarca. Y eso lo hemos mantenido todos los días salvo cuando se nos ha indicado lo contrario por tener las balsas llenas o por lluvia", ha indicado Denis a la par que ha insistido en la necesidad de seguir explotando este recurso para reducir la huella hídrica, o sea, el volumen que consume cada habitante. "En una provincia de interior, como Córdoba, el agua primero es potable, luego residual, más tarde tratada, se vierte al río y se vuelve usar. No se pierde. En las costeras, acaba en el mar. Eso es lo que intentamos cambiar".
Asimismo, Denis ha realizado un llamamiento a la inversión para poder conseguir un mayor abastecimiento y reducir esta huella."Las infraestructuras llevan tiempo y recursos, pero está demostrado que valen la pena, que son rentables con creces. Cada una de las inversiones que hemos hecho en este sentido nos han dado rendimiento". Aunque el uso de estos recursos, claro está, tiene varios inconvenientes. Uno de ellos es su precio. "Conforme vamos usando agua más procesada, más sofisticada, el precio asciende. Es aquí donde entra en acción la gobernanza, la colaboración entre administraciones para distribuir los costes".
Una cantidad redonda, según ha afirmado el doctor Ingeniero Agrónomo Berbel, serían 10 céntimos por metro cúbico en terciario, es decir, con un último tratamiento para dejarlo en óptimas condiciones, algo que acorde a la ley no paga la empresa de aguas, sino el usuario. "A diez años vista, grosso modo, según la última directiva europea, tendría que pagarlo la ciudad". No obstante, ha añadido, el mayor problema de estos recursos en cuanto al precio no se aplica en la generación, sino en el almacenamiento y transporte. "Se generan las 24 horas del día los siete días de la semana, mientras que hay un tiempo en el que no se riega. Ese almacenamiento costaría unos 20 o 25 céntimos al agricultor", aunque la cifra es variable en todo su conjunto, al ser este bien muy sensible a las economías de escala.
Las aguas regeneradas, en cualquier caso, ha advertido Berbel, deben ser vistas como una solución que se incluye dentro de un mix, no como una herramienta independiente. "Hay que verlas como una posibilidad de sustituir la sobreexplotación de los acuíferos. Estos son un recurso estratégico que hay que mantener para la próxima sequía, para todas las que lleguen pese a que no hemos salido de esta. También tenemos mucho que aprender de otros territorios, como Israel, donde cuando no hay demanda agrícola se usan para recargar las reservas subterráneas. O California: allí se emplean más regeneradas para recargarlas que para riego; las guardan para usarla próximamente", ha relatado.
Por su lado, el director de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Costa del Sol ha hecho hincapié en los efectos que estas tienen en el medio marino, puesto que, según han concluido, están actuando como una barrera efectiva para evitar contagios de enfermedades. "En 2020, cuando llegó la pandemia, controlábamos la calidad de agua del mar para ver si podíamos abrir las playas, y resulta que los tratamientos que se hacían en las EDAR eran adecuados. No encontramos ARN vírico de SARS-CoV-2, el virus que produce el Covid-19, en ninguna playa".
Asimismo, Franco ha recalcado la necesidad de investigar para evitar problemas mayores, ante lo que ha puesto como ejemplo estudios que la UMA ha llevado a cabo en los últimos tiempos, diseñando sistemas para depurar más las aguas regeneradas urbanas usando rayos ultravioletas por si acaso existía una contaminación; o incluso hasta el punto de transformar las toallitas húmedas, que generan un problema en el saneamiento y las plantas, en un material que contribuye a la depuración. "Con las infraestructuras adecuadas las cosas pueden salir mal, pero si no tenemos investigación y desarrollo pueden ir muchísimo peor", ha apostillado.
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