Cartel de Vapores del Atlántico de Pinillos Izquierdo
Cartel de Vapores del Atlántico de Pinillos Izquierdo / M.H

Málaga/Hoy les contaré una historia ocurrida en el puerto de Málaga en diciembre de 1896. Este suceso, que ahora nos podría parecer hasta gracioso, supuso para el protagonista del hecho todo un drama; una circunstancia que aun pudiendo haber tenido un final muy triste quedó tan solo en una simple anécdota.

Entre las muchas compañías que por aquellos años tocaban el puerto malacitano con sus buques, la naviera Pinillos Izquierdo y Compañía de Cádiz, destacaba por efectuar en aguas malagueñas las salidas de varias rutas trasatlánticas; unas navegaciones que también podían iniciarse en Barcelona y Cádiz. Atendiendo a este hecho, les diré que Pinillos, desde el puerto de Málaga comenzaba una ruta denominada Línea Antillas y México; una singladura con salidas quincenales que de una forma alterna efectuaba dos itinerarios diferentes.

Consignada esta naviera por el empresario Joaquín Penalva, el trabajo que generaban las llegadas de estos vapores requería que la casa consignataria tuviera una amplia platilla. Con un buen número de empleados eventuales que realizaban las labores a pie de muelle, en la oficina de esta empresa trabajaban cinco personas, una de las cuales era José Manuel Padilla, un escribiente de 31 años dedicado a las cuentas. Centrado en los números, José Manuel, además del trabajo diario de oficina era el encargado de gestionar los cobros y pagos en mano que su casa consignataria efectuaba a pie de muelle.

Y así, con esta misión, la cercanía de las fechas navideñas implicaba que nuestro protagonista tuviera que, en calidad de pagador repartir una serie de aguinaldos a los trabajadores portuarios; una labor que se hacía extensible a los barcos que de una forma regular visitaban Málaga a cargo de su compañía consignataria. Llegado el 18 de diciembre el vapor Cádiz que ese mismo día salía con destino a la Habana, Cienfuegos, Santiago de Cuba, Veracruz y Tampico, José Manuel salió de la oficina con 4.000 pesetas que tenía entregar al capitán; un aguinaldo que debía repartirse entre la oficialidad del buque. Asaltado de camino al puerto por dos personas, la paga navideña nunca llegó al barco de Pinillos y la pérdida fue repuesta por la casa consignataria.

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