Alberto García, un estudiante malagueño con mucho don de palabra
A sus 22 años, representará al país en la final mundial de oratoria que se celebrará en Argentina
Su éxito, asegura, se basa en controlar los nervios, trabajar a diario y prepararse con expertos
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"Me levanto temprano para ir a la universidad y por las tardes doy clases de oratoria". Así es el día a día de Alberto García Chaparro, un joven (con mucha proyección) de Rincón de la Victoria. Es estudiante de quinto de Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas y finalista del concurso mundial de oratoria Esto es debatible que se celebrará el 17 de octubre en Argentina.
La semifinal que se disputará por la mañana y la final que tendrá lugar esa misma tarde forman parte de la tercera fase de una competición que empezó con la participación de más de 500 personas de todo el mundo. "En la primera, el concurso es abierto y los expertos seleccionan a 75 personas que reciben méritos de oratoria", explica.
En la segunda fase, los participantes debieron hacer un discurso de tema libre de dos minutos. "Yo elegí hablar sobre el futuro de los jóvenes", añade. En esta etapa, el Mundial subió sus discursos a Instagram, obteniendo 650.000 reproducciones, 3.600 comentarios y más de 35.500 votos en menos de dos semanas. El voto popular representó el 30% de la decisión final, mientras que el 70% restante fue determinado por un jurado técnico internacional.
El malagueño competirá contra Óscar Rodríguez (Universidad Carlos III de Madrid), Stefanía Fossa (Universidad de Belgrano, Argentina) y Stefanny D. Gamarra (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú). Describe el ambiente como "sano" y, aunque aún no conoce a las chicas, sí tiene una opinión sobre Óscar: "El chico de Lugo es una promesa".
"Las mariposas en el estómago me indican que estoy trabajando bien"
"Este jueves nos dirán qué tema debemos preparar y sortearán el punto de vista dialéctico", comenta Alberto, quien agradece tener tiempo para prepararse: "Normalmente nos lo dicen con un mes de antelación; ahora tengo tres". Semanas de preparación en las que su rutina es hablar con expertos, investigar en internet y leer libros. Destaca la importancia de saber aprovechar el tiempo y controlar los nervios: "Si no me pusiera nervioso, no le estaría dando la importancia que se merece, pero lo primordial es saber controlarlo".
El joven no piensa en si puede haber una recompensa. "Ir a Argentina una semana pagada por Iberia ya es un premio para mí". Para él, no hay mayor honor que ser nombrado el mejor orador del mundo. A pesar de los días de trabajo y preparación que le esperan, también tiene tiempo para descansar. "En agosto me voy de vacaciones a Grecia con mis padres", comenta.
En octubre, además de su talento en la oratoria, Alberto llevará consigo el orgullo de ser malagueño: "Siento que, sobre todo, represento a Málaga. Soy muy malagueño; el colegio, las instituciones y los medios me han arropado. Además, estoy muy orgulloso de representar a mi país."
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