Alfonso Carlos González Pareja y las Matemáticas en Economía

Obituario

Hace unos días nos dejaba nuestro compañero, catedrático en el Departamento de Economía Aplicada, Matemáticas, de la Universidad de Málaga

Creó las bases para la investigación y enseñanza de las matemáticas como materia fundamental de la carrera

El universitario malagueño graduado en Derecho con 15 matrículas que no pudo ir al instituto por una enfermedad

Alfonso Carlos González Pareja, catedrático en el Departamento de Economía Aplicada, Matemáticas, de la Universidad de Málaga. / M. G.
Gumersindo Ruiz

26 de julio 2024 - 12:24

Málaga/Hace unos días nos dejaba nuestro compañero Alfonso Carlos González Pareja, catedrático en el Departamento de Economía Aplicada, Matemáticas, de la Universidad de Málaga. Si Económicas y Empresariales fue el germen de esta Universidad, Alfonso Carlos creó las bases para la investigación y enseñanza de las matemáticas como materia fundamental de la carrera.

Tres aspectos caracterizan su labor; uno, la formación de un grupo prestigioso de profesores, Francisco Triguero, Rafael Caballero, Eugenio Luque, Francisca García Lopera, Ángel Torrico, Analía Cano, y otros colaboradores habituales como Susana Calderón y Beatriz Rodríguez, por citar algunos, pues también están las tesis que dirigió de Francisco Cantalejo y Teodoro Galache, entre otros. En segundo lugar hay que mencionar su dedicación a la pedagogía de las matemáticas en la Universidad, con numerosas publicaciones, y aplicación de nuevas tecnologías. Y un tercer aspecto es el conjunto de trabajos técnicos que realizó, como el análisis del consumo de gasolina, detectando puntos de ruptura en la serie, o la aplicación de redes neuronales para la predicción de ventas con precios fluctuantes, entre otros muchos, estimulando la publicación de artículos científicos en el ámbito de la Asociación Española de Profesores Universitarios de Matemáticas para la Economía y la Empresa (ASEPUMA), de la que fue presidente, fijando la sede en Málaga.

La dificultad de las matemáticas para las personas que no tenemos una visión matemática es un motivo para esforzarse en su conocimiento, y Alfonso Carlos organizó el llamado “Curso Cero” que se sigue impartiendo, donde los alumnos que van a estudiar Economía se entrenan antes de empezar el curso, y familiarizan con los fundamentos matemáticos que deben dominar; es un curso gratuito y un botón de muestra de la generosidad con que se acoge a los estudiantes en nuestra universidad pública. En los comienzos las matemáticas las enseñaban profesores de estadística y econometría, pero las matemáticas tienen en economía una especificidad en aplicaciones, que destacó el profesor González Pareja, como la programación lineal y no lineal, o el álgebra matricial. Todo esto es muy inspirador, y puedo poner tres ejemplos de aplicaciones que he hecho de optimización en temas tan distintos como los factores biológicos y económicos en piscifactorías; asignación de la mayor diversidad posible de activos en una cartera, al amortizar un activo, manteniendo el valor de éste; y maximizar la duración de bonos en una cartera, compatible con las amortizaciones y compromisos contraídos, para pagos en expedientes de regulación de empleo. Incluso hoy con la burbuja de la Inteligencia Artificial, técnicas matemáticas que aprendemos en las facultades de económicas son útiles para la toma de decisiones en economía y empresa.

En el Acta de la reunión de ASEPUMA de 15/09/2005, en la que se eligió presidente a Alfonso Carlos González Pareja, se recoge que las palabras que dirige a la Asociación mostraban su “sencillez, simpatía, cariño, y denodado espíritu de trabajo… en un breve pero maravilloso discurso”. Poco podemos añadir a lo que es un sentir general sobre una persona buena y admirable, cuya pérdida siente hoy su familia, su esposa Francisca, hijos Alfonso y Diego, y sus nietos, compañeros, amigos, alumnos, y cuantos tuvieron oportunidad de conocerlo. De la matemática Sarah Glaz, en la Universidad de Connecticut, traduzco unos versos de su poema Dos puentes, que concluye con la añoranza de un amigo perdido, y dice: “Si solo por un momento/, como desafiando la incesante linealidad del tiempo/ su espíritu generoso que nos unió/, se hiciera presente/, invitándonos a tomar parte en la fiesta de compartir conocimiento…”

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