Alfonso Guijarro, muerto en el accidente de Casabermeja, era el batería de Másqu3perros
El malagueño falleció el pasado sábado junto a su mujer y otra ocupante de la furgoneta en la que viajaban, tras una colisión frontal con un vehículo de alta gama
El hijo del matrimonio se encuentra ingresado en la UCI del Hospital Regional de Málaga
Una de las jóvenes muertas en el accidente de Casabermeja acudía a las bodas de plata de sus padres
La música y la carretera eran la vida de Alfonso Guijarro, además de su familia, un hombre de 47 años dedicado al transporte de mercancías y a apalear con sus baquetas la batería de su grupo, Másqu3perros, en el que ha estado marcando el ritmo los 2 últimos años.
El pasado fin de semana, un accidente mortal a la altura de Casabermeja terminó con su vida y la de su pareja, ambos de 47 años, cuando se dirigían en su furgoneta a las bodas de plata de unos amigos en Colmenar, tras producirse una colisión frontal con coche de alta gama. En el vehículo siniestrado también viajaban el hijo de 18 años del matrimonio, que se encuentra ingresado en la UCI del Hospital Regional de Málaga, y la hija de los anfitriones del banquete, de 18 años y fallecida horas después del suceso.
“No te lo crees, quedas el martes para ensayar y ya no verlo, no te lo esperas”, relata David Lozano, un amigo de la adolescencia, que ha destacado cómo los familiares y amigos de las víctimas mortales están “destrozados” tras el accidente de tráfico, que “es difícil de digerir”.
Lozano ha descrito a su amigo como “muy familiar y muy responsable. Su vida era su familia, su trabajo y la música”, ya que “desde muy joven se fue a vivir con la novia”, Andreea Lancu, a la que conoció con 19 o 20 años de edad, ha comentado. “No era fiestero, era muy responsable, estaba todo el día con el furgón y se levantaba a las 04:00 horas para ir a repartir”.
Natural de Málaga, Alfonso creció en el Parque del Mediterráneo. “Me críe con él. Yo era de Santa Paula, estudiamos juntos y antes de empezar el instituto ya estábamos con la guitarra dando vueltas por el Parque del Oeste”, ha indicado sobre una afición que ambos habían compartido desde la adolescencia tras conocerse a los 13 años a través de un “amigo común”.
El joven malagueño estudió en el instituto Litoral y posteriormente se cambió a Emilio Prados. Su trayectoria profesional había estado destinada, al menos en los últimos 12 años, al “transporte con su camión”, siendo su último trabajo de “transportista” con la distribución de productos de la fábrica Mondat. También trabajó inicialmente en una gasolinera, de camarero o en su propia “empresa de transportes”, ha señalado.
Una de las grandes pasiones del malagueño fue la música. “Desde chicos tocábamos por Santa Paula en el bar Aguanta. Él empezó con la guitarra porque yo tocaba la guitarra, pero después empezó con los bongos, las congas y la percusión y se pasó a la batería”, comenta Lozano, que en septiembre de 2022 decidió junto con su hermano formar el grupo de rock- pop español Másqu3perros, al que Alfonso se unió para tocar la batería tras “más de 20 años sin tocar” y con el que hacían versiones.
Lozano ha destacado el papel de Alfonso en la formación musical: “Era el que llevaba todo el ritmo en el grupo. Con 3 solo para tocar era complicado y él tenía que hacer los coros y la batería, era el que llevaba el tiempo del grupo, si aceleraba o frenaba. Marcaba el paso y elegía temas”. Los ensayos se producían una vez a la semana en la casa que el matrimonio tenía en el campo en Villafranco del Guadalhorce, una pedanía de Alhaurín el Grande, y en la que la pareja residía junto a su hijo, que a día de hoy permanece ingresado en el hospital tras el fatídico accidente y según ha apuntado está “estable”.
“Alfonso era más roquero, pero entendía que teníamos que hacer música menos extrema y dentro de lo comercial le gustaba mucho Fito o M-Clan. Él aceptaba, era fácil de llevar, era muy noble y siempre estaba dispuesto”, ha relatado. También recuerda con nostalgia sus “salidas a la playa, irme a la casa de sus padres a dormir a Rincón de la Victoria o tomar un café y pegarnos 4 horas en una tetería jugando a las cartas”. “Tocábamos mucho en los parques con la guitarra porque no podíamos llegar muy tarde, yo iba con la excusa de bajar al perro y allí en los bancos la pasábamos tocando en la calle y comiendo pipas”, ha agregado.
El fallecimiento de Alfonso tras el accidente mortal del pasado sábado ha bajado los decibelios y el grupo Másqu3perros “desaparecerá”, ha remarcado Lozano. “Empezó con él y se terminó con él. No tengo ganas, ni pienso, ni tengo fuerzas para empezar nada, ni encontrar a alguien como Alfonso. La familia quiere que sigamos, pero no hay otro como él”.
Accidente mortal
El accidente mortal tuvo lugar el pasado sábado, alrededor de las 14:00 horas, cuando el centro coordinador de Emergencias 112 Andalucía recibió las primeras llamadas que alertaban de un choque entre un turismo y una furgoneta que circulaban por la carretera A-356, una vía de doble sentido que conecta Torre del Mar (Vélez-Málaga) con Casabermeja.
Una fuerte colisión frontal entre los 2 vehículos se cobró la vida de 3 de los ocupantes de la furgoneta, y que también provocó la muerte de la joven de 18 años que iba al volante del otro coche, un deportivo de alta gama en el que iba con dos amigas, de 22 y 30 años. El suceso se ha saldado con la muerte de 4 personas y otras 3 heridas, 2 de ellas de gravedad.
La investigación apunta a un exceso de velocidad como causa del siniestro. Se empiezan a confirmar así las primeras hipótesis, que indicaban que uno de los vehículos implicados –el turismo de alta gama– había invadido el carril contrario cuando circulaba por una curva en la A-356, y habría colisionado frontalmente a gran velocidad con la furgoneta que se dirigía al convite de la boda.
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