El alto precio de la vivienda en Málaga dispara el interés por las casas móviles: "Cada vez vendemos más a jóvenes"
Las empresas notan un cambio en el perfil del comprador en los últimos años: del jubilado que lo instala en su finca a la pareja mayor de 25 años que no puede sufragar una hipoteca
Una vivienda turística genera hasta 45.000 euros al año en Málaga, cinco veces más que el alquiler residencial
"Antes, hace 15 años, era la opción preferida de los jubilados: las instalaban en sus fincas, en las que tenían un huerto o unas gallinas, para pasar los fines de semana; ahora, son parejas jóvenes las que recurren a ellas ante la imposibilidad de afrontar una hipoteca". Las anteriores palabras son atribuibles a Paco Pacheco, regente de la empresa Mi Casa Móvil, dedicada a la fabricación de este tipo de viviendas desde hace más de dos décadas.
Durante este tiempo, relata, ha visto cómo el negocio al que se dedica ha pasado por diferentes fases coincidiendo con los ciclos económicos y las subidas y bajadas de precio de las viviendas convencionales. Tanto de segunda mano como de nueva construcción. "Pagar 200.000 o 300.000 euros por un piso, aunque puede ser bastante más, por desgracia, no es asumible para muchos bolsillos. No hablemos ya si una pareja trabaja y uno de ellos, por lo que sea, pierde el empleo: no pueden pagarlo".
En términos similares se expresa Eric Heredia, de CasaMóvil Sur, quien igualmente ha apreciado este cambio de tendencia. "Totalmente cierto: hemos pasado del típico matrimonio prejubilado o jubilado que vendía su propiedad porque se le quedaba grande a parejas de 25 años para arriba y familias con o sin niños que no pueden costearse un piso y mucho menos una casa". Aunque también, cuenta, se están abonando a esta alternativa personas solteras o divorciadas, así como otras tantas que tras el confinamiento del Covid-19 quisieron alejarse de la vida en las grandes urbes vendiendo sus pisos y marchando a "respirar un poco" a municipios del interior.
La comparativa de precios, en términos cuantitativos, avala sus razonamientos. Varias empresas de este sector consultadas afirman poner a disposición del usuario casas prefabricadas listas para entrar a vivir desde 5.000 euros, no obstante, la gama de precios es bastante amplia: el coste de la vivienda prefabricada media se sitúa entre los 20.000 y los 30.000 euros, existiendo la posibilidad de hacerlo crecer hasta 70.000 incluyendo otros extras. Sus dimensiones, pese a existir variaciones entre fabricantes, suelen oscilar entre los 30 y 70 metros de superficie habitable, y su vida útil puede estirarse hasta el medio siglo.
Por su lado, el precio del metro cuadrado de una vivienda media en la provincia se sitúa, según los últimos datos del Ministerio del ramo, en 2.400 euros, una cifra un 2% más alta que el pico que alcanzó antes de que estallase la burbuja inmobiliaria, cuando era de 2.348. Mientras que el alquiler medio en la provincia, por lo que respecta a los informes del portal inmobiliario Idealista, alcanza en estos instantes los 14,9 euros por metro cuadrado tras una subida del 10,1% en términos interanuales.
Huelga decir que el bien ofrecido no es el mismo, pero los números y el incremento de la demanda están ahí. Las empresas consultadas señalan alzas en sus ventas que van desde el 50% en los casos más comedidos hasta del 500% en el más elevado, al pasar de comercializar 50 cada año a 300.
La mayoría de los compradores, relata Heredia, opta por acomodar sus casas en municipios distintos a la capital. "Esta semana entregamos una en Colmenar, otra en Moclinejo y otra más en Estación de Cártama". Lo que es un reflejo aproximado de las localizaciones más elegidas, según los fabricantes, que destacan que su implantación se centra sobre todo en las comarcas del Valle del Guadalhorce, en municipios como Álora, Coín, Pizarra y Alhaurín de la Torre o la propia Cártama; a la par que La Axarquía o Antequera.
A nivel legal, a la hora de instalar una casa móvil, pese a su aparente sencillez, es importante tener en cuenta varios requisitos, porque cualquier vivienda, sea prefabricada o no, necesita permisos. Tanto es así que la legislación autonómica aplica a las casas prefabricadas el mismo régimen que las de ladrillo y hormigón tradicionales.
Así, la ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (Lista) permite la instalación de viviendas de este tipo no vinculadas al uso agrícola ni al rendimiento económico del terreno cuando sea autorizado por los ayuntamientos con una licencia urbanística convencional.
Y también siempre que cumplan condiciones como ser ambientalmente sostenibles y que no se realicen reparcelaciones ilegales. Algo que la Junta de Andalucía vigila con especial atención a través de la inspección de un tiempo a esta parte con, entre otros objetivos, evitar la creación de asentamientos.
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