Seguí se desvincula de la torre del puerto de Málaga por discrepancias con los promotores y tras la llegada de Chipperfield

El arquitecto asegura en su carta de renuncia que continuará reivindicando sus ocho años de trabajos profesionales para sacar adelante el proyecto

La torre del puerto de Málaga podrá crecer hasta los 150 metros, "habrá un nuevo diseño"

Pepe Seguí posa con su libro antes de la presentación en Málaga. / Javier Albiñana

Parecía que se habían acabado las adversidades para la torre del puerto de Málaga, al menos en lo arquitectónico, cuando sus promotores firmaron con el Premio Pritzker (una suerte de Nobel u Oscar del sector) David Chipperfield para su rediseño (el mismo que crecerá hasta los 140 metros). Pero ha surgido un nuevo contratiempo, el arquitecto malagueño José Seguí, autor del actual proyecto básico e impulsor de la tramitación durante ocho años, se desvincula del mismo tras no alcanzar un acuerdo con los promotores sobre su futuro papel en la construcción del papel. Esto sucede al haber designado Hesperia (uno de los socios que promueven el proyecto junto a un fondo de inversión relacionado con la familia real catarí) la dirección de obras a un arquitecto de su confianza.

En su carta de renuncia, remitida a los medios, recuerda que el pasado mes de marzo se aprueba el Plan Especial que permite echar a andar el proyecto y comienza un plazo de ocho meses para renovar, a instancias del Puerto, el proyecto básico de Seguí. Este, ante el incumplimiento por parte de Andalusian Hospitality II (como se llama la sociedad entre Hesperia y los cataríes), se prorroga cuatro meses más, hasta marzo de 2025.

Hesperia, una hotelera catalana, se había ocupado ya de la gestión del proyecto y comprometido a la entrega de dicha actualización, pero a pesar de "los rigurosos requisitos ecigidos por la Autoridad Portuaria", afirma Seguí, se produce "una sorprendente inactividad por parte de Hesperia respecto a la realización de dichos trabajos” y, sobre todo, “una notoria falta de comunicación” para definir las características técnicas que se pretendían incluir en la actualización del proyecto básico. Una “inactividad” que, añade el arquitecto, “se plasma en la ausencia de contacto con Estudio Seguí, pese a sus “insistentes advertencias de la necesidad de avanzar en la redacción del documento, consumiéndose así los ocho meses comprometidos para su entrega a la Autoridad Portuaria sin que Hesperia redactara absolutamente nada para cumplir dichos plazos”. 

"Encantado" con la llegada de David Chipperfield

Pero, explica, Seguí, esto se debe a un cambio de rumbo en la gestión por parte de Hesperia, que “impone entonces al grupo promotor inicial sus propias condiciones de gestión, anunciando su decisión de encargar al estudio de David Chipperfield los conceptos arquitectónicos para la presentación mediática del proyecto”. Cuando se anuncia la llegada del laureado arquitecto británico, es el propio Seguí el que se sube al carro y se muestra "encantado" de que un primera espada llegue a "mejorar" el proyecto básico que el malagueño había redactado.

Pero desde Hesperia no le habían reservado ese espacio y encargaron la dirección de obra a un arquitecto próximo a la firma. Las "nuevas condiciones de gestión del proyecto afectan las condiciones iniciales de la participación de Estudio Seguí en el desarrollo de un proyecto del que, hasta entonces, había puesto la cara asumiendo la total responsabilidad para poder llevarlo a cabo desde que se inició su proceso hace más de ocho años”, asegura el malagueño en su escrito. 

El “nuevo planteamiento” que impone Hesperia para la redacción y ejecución del Proyecto, “impide” al estudio de Seguí “mantener no solo la continuidad profesional en el proyecto como hubiéramos deseado, sino también la extrema dificultad de poder asumir la responsabilidad profesional del mismo ante la imposibilidad de colaborar y ni siquiera ser partícipe en su redacción”. 

Pero esta no es la última de las dudas que quedan en torno a la torre del puerto. Si bien Seguí no seguirá y Chipperfield se encargará del diseño, queda en el aire la incognita de cuál será la hotelera de gran nombre que estará tras la gestión. Lo que parece seguro, o así se pidió desde el Ayuntamiento, es que en ningún caso fuera la propia Hesperia. Seguí relata que en marzo de este año se le requirió a la compañía catalana "el nombre de la firma hotelera de alta gama internacional como operador del hotel, algo en lo que se venía insistiendo por parte del Ayuntamiento para garantizar la credibilidad hotelera exigida al proyecto". Sólo hay cuatro o cinco nombres al nivel que exige un proyecto de estas características: Mandarin, Waldorf, Four Seasons... Aún queda esa carta sobre la mesa.

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