El arroyo donde lapidaron a los patronos
Málaga ayer y hoy
Arroyo de los Ángeles: fue embovedado en 1974 y dio lugar a una avenida que mantiene el nombre, donde se ubican el Hospital Materno-Infantil y la Comandancia de la Guardia Civil.
Málaga/El arroyo de los Ángeles es uno de los numerosos cauces urbanos que nacen en los montes que rodean la ciudad y es el último afluente del río Guadalmedina por su margen derecha. Su nombre procede del antiguo convento franciscano de Nuestra Señora de los Ángeles, que el regidor Diego de Torres fundó en su testamento en el siglo XVI, para lo que cedió una finca que poseía en el denominado Peñón o Cerro de Miraflores, en las afueras de la ciudad. El convento quedó inaugurado en 1585 y por aquellos años se extendió la leyenda de que los Santos Mártires Ciriaco y Paula, patronos de la ciudad, habían sido lapidados y enterrados en las inmediaciones del arroyo, hecho que se reflejó en una cruz colocada sobre un pedestal y que derivaría en que en la zona baja del arroyo recibiera el nombre de Martiricos.
Tras la desamortización de 1836, el Gobierno cedió el inmueble a la Junta de Beneficencia, que lo usó como manicomio y, más tarde, en 1893, se transformó en asilo de pobres a petición de la Liga contra la Indigencia, explicó el historiador Víctor Heredia.
A finales del siglo XIX, el entorno del arroyo de los Ángeles empezó a urbanizarse. Primero fue la construcción del Hospital Civil a partir de 1862 como el principal centro hospitalario de la provincia. Según Heredia, "delante del hospital empezó a dibujarse una avenida rectilínea que desembocaba en el río Guadalmedina pero que no tenía continuidad hasta La Goleta". La falta de puentes que salvaran el río en esta parte de la ciudad no se resolvió hasta principios del siglo XX, con la puesta en servicio del puente de Armiñán en 1963.
En esa época, la avenida denominada oficialmente Doctor Gálvez Ginachero en homenaje a este ilustre médico que fue director del hospital durante muchos años, daba al cauce del arroyo de los Ángeles que era un espacio terrizo y seco flanqueado por dos hileras de eucaliptos que delimitaban su recorrido y lo separan, junto a un pequeño murete, de los edificios colindantes.
No fue hasta 1974 cuando se redactó el proyecto impulsado en los tiempos del alcalde Cayetano Utrera Ravassa, por el que se procedió al embovedado del arroyo de los Ángeles, cuyo curso quedó cerrado en una caja de hormigón, lo que permitió crear en su superficie una amplia avenida que mantiene su nombre. Hoy en día es un eje de comunicación de esta zona de la ciudad, donde se construyeron las instalaciones de la Comandancia de la Guardia Civil y el Hospital Materno Infantil, inaugurado en 1981 en los terrenos de la antigua Huerta de Ortega.
El agua que abastecía a Málaga
A principios del siglo XVII se construyó una conducción para traer a la ciudad el agua de los manantiales del arroyo de la Culebra y del Almendral del Rey, situados en los alrededores del Camino de Antequera. Cerca de la ermita de Martiricos se edificó un arca o alcubilla para poder medir el caudal de agua que llegaba, antes de que la cañería atravesara el río Guadalmedina por debajo de su cauce.
El Hospital Civil como eje urbanístico
El barrio de la Trinidad tuvo un desarrollo urbanístico de escasa intensidad durante el siglo XIX, a pesar de que en su periferia se construyó uno de los equipamientos más importantes de la época, el Hospital Civil (1869). En torno a la calle que se dirigía hasta el hospital desde el río surgieron algunas viviendas, como el proyecto de una manzana con doce casas entre las calles Hospital Civil, Alonso Cano y Mazarredo
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