Asesta 27 puñaladas a su exnovia y la deja al borde la muerte: le piden 29 años de cárcel

El procesado pidió perdón en el juicio alegando que "no quise llegar a ese limite, me arrepentí de inmediato"

El presunto agresor del menor de 16 años apuñalado en Campillos es su entrenador de fútbol

Ciudad de la Justicia.
Ciudad de la Justicia. / Javier Albiñana

Málaga/Un hombre se enfrenta a una petición de 29 años de cárcel al ser acusado de intentar asesinar a su exnovia en una agresión "brutal" en la que le habría asestado 27 puñaladas. La víctima habría sufrido supuestos malos tratos desde casi el comienzo de la relación que duró dos años y tras este último ataque sufrió graves secuelas que casi le costaron la vida. En el juicio, el procesado pidió perdón alegando: "No quise llegar a ese límite. Me arrepentí desde el minuto uno".

Los hechos sucedieron en mayo de 2021. El acusado y la víctima habían mantenido una relación, pero habían roto en enero de dicho año. Ese día, él la llamó para que fuera a su casa en Benalmádena para devolverle un dinero y cuando llegó le dio 150 euros y le dijo "ahora te vas a enterar", según relató la chica este pasado miércoles. Entonces, supuestamente comenzó a agredirla, primero con puñetazos y luego con dos cuchillos con los que le dio 27 puñaladas.

La joven sufrió graves lesiones, con heridas en órganos vitales y el hundimiento parcial del cráneo donde quedó una parte de un cuchillo. Esto hizo que la mujer estuviera al borde de la muerte, según los escritos de la acusación particular y de la Fiscalía, lo que solo se evitó por la asistencia sanitaria. También presenta importantes secuelas, como la extirpación de un riñón.

Las acusaciones consideran que lo relatado por la víctima en su declaración de este pasado miércoles, corroborado por informes psicológicos y forenses, así como por testificales, como la de la madre o el compañero de piso de él, es compatible con los delitos de maltrato habitual, amenazas, dos delitos de malos tratos y asesinato en grado de tentativa. El fiscal pide 24 años de cárcel, mientras que la acusación particular eleva la petición a 29 años de prisión.

Ambas parten han coincidido en la "agresividad brutal" del acusado en su agresión y en la declaración "detallada", "precisa" y "coherente" de la víctima, que "fue muy fuerte al declarar", ha dicho la fiscal, quien considera, igual que la letrada de la acusación particular, Pilar Morales, que la intención del procesado era matar, como así se lo reconoció a un policía que lo custodiaba al que también dijo: "Mi vida arruinada por una puta".

Han indicado que se trató de una acción premeditada, ya que había comprado el cuchillo que "empleó hasta romperlo" y han asegurado que hay alevosía, al tiempo que rechazan el desistimiento alegado por la defensa, desde el momento en que son 27 puñaladas. La letrada entiende acreditado que fue una tentativa de asesinato acabada porque realiza todas las acciones necesarias para ello, con heridas en órganos vitales.

Ambas acusaciones también han coincidido en que el hombre ha cambiado de versiones durante toda la instrucción, con un reconocimiento "sesgado y minimizando los hechos", ha apuntado la abogada.

Por contra, el propio procesado, tras pedir perdón a la víctima y a la familia, ha dicho en su derecho a la última palabra que intentó "hacer todo lo posible para salvarla". Su defensa, ejercida por el abogado Eduardo Zuleta, no ha cuestionado los hechos objetivos de las lesiones de la mujer, pero sí la intención de su cliente, apuntando que llamó a los servicios sanitarios y a la Policía pocos minutos después de lo ocurrido, momento en el que confesó los hechos y que lo hizo "para salvarle la vida".

Así, entiende que realizó todos los actos propios del desestimiento, recogido en el Código Penal para los casos en los que "se haya evitado el resultado inicialmente buscado, es decir, que el desistimiento despliegue su eficacia", como en su opinión es el caso. Por esto, considera que la horquilla es de seis a nueve años de prisión.

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