Los astilleros Mario López dejan el puerto de Málaga

Después de 40 años de actividad las aguas malacitanas se quedan sin la posibilidad de realizar reparaciones navales

El dique flotante de Mario López deja el puerto de Málaga

Obras de desmantelamiento de las instalaciones del muelle cinco.
Obras de desmantelamiento de las instalaciones del muelle cinco. / J. C. Cilveti
Juan Calos Cilveti

28 de octubre 2022 - 18:18

Málaga/Cuando el dique flotante Andalucía dejó el puerto de Málaga en la tarde de 29 de agosto del presente año, la moneda que decidiría si éste volvería o no a las aguas portuarias malacitanas ya estaba en el aire. Y si bien aquel mismo día responsables del grupo Mario López Cernaval, los propietarios del dique, habían declarado a Málaga Hoy que aquella marcha a la localidad sanroqueña de Campamento, el centro de operaciones del grupo, tenía como finalidad realizar un reconocimiento en seco y renovar certificados para su posterior regreso, la realidad es que tanto el dique como la empresa que durante casi 40 años lo ha gestionado, no continuarán sus actividades en el puerto malacitano.

Convertida desde entonces la marcha y el posible regreso del dique en el centro de los corrillos portuarios y con la imagen de camiones que tras la marcha del Andalucía se han estado llevando el material que se almacenaba en la nave situada entre los muelles cuatro y seis, la decisión final de dejar el puerto de Málaga se cerraba hace algunas semanas tras la celebración de una reunión entre responsables de la Autoridad Portuaria y el grupo Cernaval.

Pactado un acuerdo para renunciar a la concesión que tenían en el puerto y anulado el proyecto que, con una duración de 20 años tenía como objetivo fomentar la actividad de las reparaciones navales en aguas malacitanas, el astillero Mario López o lo que es lo mismo, el grupo Cernaval, que según ha sabido este diario no ha querido dar un giro de timón para dedicarse en exclusividad a la reparaciones de grandes yates tal y como pretendían que hiciera los responsables del puerto, han decidido centrar su actividad en sus instalaciones gaditanas, cerrando así de forma definitiva su larga historia malagueña.

Salida del puerto de Málaga en agosto del dique.
Salida del puerto de Málaga en agosto del dique. / J. C. Cilveti

Marcha del puerto amistosa

Y aunque la decisión y gestión de esta marcha ha sido amistosa, según han declarado responsables del astillero a Málaga Hoy, lo que queda claro es que la ausencia de las reparaciones navales en las aguas malacitanas constituye un muy serio revés para el puerto que pierde una muy significativa actividad industrial que generaba tráficos y dividendos. Y si bien en la actualidad el movimiento marítimo internacional tiende al uso de grandes buques, durante décadas por no decir siempre, los trayectos de pequeños y medianos barcos seguirán funcionando y los posibles usuarios de un dique como el Andalucía que puede albergar a barcos de hasta 150 metros pasarán de largo Málaga a la hora de realizar sus reparaciones; unos arreglos que se complementaban, en los últimos años en gran número, con todo tipo de reparaciones a flote en buques de pequeño, mediano y gran tamaño.

Con la significación que supone esta marcha, el paulatino desmantelamiento de las instalaciones del astillero es ya una realidad. Tras ser transportado todo el material que se encontraba en el interior de la nave principal situada en el muelle cinco, la construcción complementaria ubicada junto a la principal ya ha sido desmontada al igual que demolida la base de una de las grúas que asistían a los buques varados. A la espera de que se transporte toda la maquinaria que existe en el interior de la nave principal, el siguiente paso lo constituiría el desmontaje de la grúa posicionada frente al muelle de Heredia y la demolición total de la nave, así como del edificio donde en la actualidad se encuentran las oficinas del grupo Cernaval; unas oficinas que en un plazo de varios meses serán trasladadas fuera del recinto portuario malagueño.

Toda una trayectoria marítimo industrial que termina y que deja al puerto de Málaga huérfano uno de sus atractivos; una opción frente a otros puertos del Mediterráneo que se ha perdido y que obligará a los responsables del puerto malagueño a reestructurar los atraques en el muelle cinco en busca de tráficos que puedan cubrir y hacer olvidar los cuarenta años de reparaciones que allí se han vivido.

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