Atención Primaria en Málaga: Las demoras y dificultades para lograr cita con el médico de cabecera continúan

El verano ha acabado, pero no los problemas de los pacientes para conseguir una cita con cierta celeridad con su médico de cabecera. Las demoras siguen existiendo y también las dificultades para obtener hora con el facultativo. La situación no es generalizada. Varía según los centros de salud e incluso, en un mismo ambulatorio, según los médicos. Las quejas de los usuarios afectados por las tardanzas prosiguen. Durante el pasado verano, las demoras se agravaban por la falta de personal, ya que durante los tres meses de vacaciones la plantilla estaba mermada por el descanso anual de los trabajadores. Tras su reincorporación y unas semanas de cierto respiro, ahora al déficit crónico de profesionales se añade el repunte las patologías respiratorias típicas de la época de frío. De modo que crece la demanda asistencial y se incrementan las demoras. 

Diversos usuarios consultados reflejan tardanzas muy variadas: de cuatro a 15 días para una cita con su médico de cabecera. En este cómputo se han contado los días del fin de semana que aunque no son hábiles para los centros de salud, son jornadas de espera para los pacientes.

Los usuarios se quejan. Especialmente aquellos que tienen que aguardar dos semanas para llegar al médico de cabecera (Cabe precisar que cuando es algo urgente, el paciente puede pedir una cita no demorable en su centro de salud). 

Hay personas que también protestan por el consabido mensaje de “En este momento no podemos ofrecerle consulta para el profesional seleccionado”. Esto supone la imposibilidad de obtener una cita por internet; ya sea a través del móvil o del ordenador. Tampoco es fácil conseguirla por teléfono debido a la falta de administrativos. Así que, en estos tiempos de nuevas tecnologías, no son pocos los usuarios que tienen que desplazarse hasta su centro de salud para obtenerla. “Los abuelos madrugan para llegar un poco antes de que abra el ambulatorio. Y si son trabajadores, tienen que perder dos mañanas; una para ir a solicitar la cita y otra para acudir el día que por fin la tenga”, resumía un sanitario. 

Respecto a las demoras, la delegada de UGT en Atención Primaria, Alba Pérez, opinaba:“El problema sigue”. Aseguraba que el déficit de personal afecta a todas las categorías y repercute en sobrecarga para los profesionales y tardanza para los pacientes. Por enésima vez denunciaba que la cobertura de bajas es ínfima. “No se cubren ni las imprevistas, ni las previstas”, señalaba. Eso, protestaba, merma el personal y alarga los tiempos de espera. La consecuencia es que muchos usuarios optan por acudir a urgencias –sea de los dispositivos de Atención Primaria o de los hospitales–, colapsando con cuadros banales estos niveles asistenciales concebidos para casos más graves.  

El presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) en Andalucía, Higinio Flores, afirmaba que en Atención Primaria “sigue habiendo demoras y ahora más con el cambio de tiempo, que agudiza las enfermedades crónicas y ya está provocando un repunte en las patologías respiratorias”. Aclaraba que esas tardanzas son “más acuciantes en unos centros de salud que en otros”. Una afirmación que coincidía con los testimonios de los usuarios consultados, cuyas demoras oscilaban entre los cuatro y los 15 días, con esperas muy diferentes incluso dentro del mismo centro de salud.  

Sobre las tardanzas en Atención Primaria Flores añadía: “Es una situación en la que llueve sobre mojado. Es la tormenta perfecta porque a la falta de personal se suman ahora el repunte de patologías respiratorias y las descompensaciones que provocan en los enfermos crónicos”. Afirmaba que tras una cierta normalización después el verano, otra vez empiezan a incrementarse las demoras. 

Tras indicar que la falta de personal afecta a “todas las categorías”, estimaba que en el caso de los facultativos de Primaria, el déficit tardará casi una década en resolverse. Porque recordaba que en la actualidad, los MIR que acaban la residencia se van a la sanidad privada, a las urgencias hospitalarias, a otras comunidades o al extranjero. Son pocos los acaban su formación y se quedan en un centro de salud. De modo que los profesionales que completan la especialidad no alcanzan para relevar a los que se jubilan. “Los nuevos médicos de familia no suelen quedarse, lo que hace que la situación sea más complicada”, resumía. 

En las grandes ciudades, el problema de los centros de salud es la masificación, con médicos de cabecera que pueden tener hasta 2.000 pacientes asignados, pese a que el acuerdo del Servicio Andaluz de Salud (SAS) con los sindicatos de 2023 fija esa proporción en 1.300. En las zonas rurales, la dificultad es la cobertura de las plazas. Por eso, Flores insiste en que debe haber incentivos “golosos” para que esos puestos puedan cubrirse.

La delegada de Primaria del Sindicato Médico de Málaga, Mariángeles Bernal, sostenía que es difícil hacer “una foto fija” de las demoras porque son diferentes entre los centros y además porque su organización no tiene acceso a esos datos. Pero aseguraba que en el Distrito Sanitario Málaga-Guadalhorce han comenzado a incorporarse unos 25 médicos de familia (desdoblamientos de cupo) que suponen una ampliación de plantilla para los centros de salud más saturados. Son los primeros de un total de 83 (74 facultativos de cabecera y 9 pediatras) comprometidos por el SAS para la provincia. Teniendo en cuenta el déficit de profesionales y el crecimiento demográfico, Bernal cree que “no es suficiente”, pero acota que la incorporación de estos primeros médicos de familia “ya es un avance”. 

Según precisa la Administración, aproximadamente se ha realizado ya el 50% de los desdoblamientos del Distrito y a lo largo del mes se realizará el resto. Actualmente los profesionales contratados están cubriendo huecos de las últimos traslados con motivo de OPE.