La aventura malagueña de una gaviota americana
Un ornitólogo del Instituto Español de Oceanografía observa en el litoral malagueño un ejemplara adulto que nunca se había visto en el MediterráneoJ
Málaga/Imaginen una gaviota que habitualmente vive en el continente americano y que, acostumbrada a los fríos climas norteamericanos y canadienses, un día aparece en la costa malagueña. Esta historia que muy bien podría ser el argumento de una de esas películas de dibujos animados en las que un desvalido animal se aleja de su entorno, no hace mucho tiempo ocurrió en realidad en la provincia malacitana. Una vez confirmada la identificación de una gaviota argéntea americana en Málaga, la Revista Catalana d’Ornitologia se hacía eco de este hecho en su número 37, el correspondiente al mes de diciembre de 2021; un significativo caso que señalaba a esta ave como la primera de su especie en haber sobrevolado el Mediterráneo.
Siendo el protagonista de este hallazgo el ornitólogo del Instituto Español de Oceanografía Salvador García, esta gaviota fue observada por primera vez el 18 de febrero de 2019 en el puerto pesquero de Fuengirola. Desde esta fecha y hasta el 14 de marzo de ese mismo año, esta ave se mantuvo en territorio malagueño alimentándose de descartes pesqueros junto a gaviotas patiamarillas, sombrías y reidoras, otras especies que de forma habitual pasan el invierno de Málaga.
Tras ser descritas de una forma minuciosa todas sus características morfológicas, el gris claro del dorso, el color amarillo pálido del anillo ocular y el diseño de las plumas más externas de las alas generaron cierta sospecha sobre la especie; un hecho que también despertó un intenso debate en redes sociales entre los especialistas que investigan sobre estas aves. Con el fin realizar una correcta identificación, Salvador García puso en marcha un operativo dirigido a confirmar la especie con seguridad mediante análisis moleculares.
Monitorizada durante varios días la gaviota a lo largo del litoral malagueño, finalmente se pudieron recoger varias muestras fecales y una pluma del dorso; las muestras biológicas necesarias para clarificar las posibles dudas sobre su origen. Analizadas estas muestras de forma simultánea en la Estación Biológica de Doñana y en el Instituto de Ciencias Médicas de la Universidad escocesa de Aberdeen (el coste de los análisis y el envío del material que ascendió a 400 euros fue sufragado de una forma altruista por numerosas personas residentes de España, Francia y Portugal), los resultados de los análisis fueron concluyentes.
Se trataba de una gaviota argéntea americana, una especie originaria y residente en Norteamérica que está considerada como una rareza en la mayor parte del continente euroasiático, incluso en los territorios más próximos a Norteamérica como Irlanda, donde solamente a veces llegan ejemplares divagantes arrastrados por fuertes vientos y tempestades o siguiendo a barcos de pesca.
El descubrimiento de esta rareza en el territorio malacitano se complicó antes de realizar el análisis molecular; un contratiempo debido a que, al tratarse de aves adultas (nuestra protagonista era mayor de cuatro años), se hacía muy dificultoso diferenciarla de su especie homóloga en Europa, la gaviota argéntea europea por el gran parecido que mantienen.
De esta forma, la gaviota argéntea americana puede pasar fácilmente desapercibida en lugares con gran abundancia de gaviotas argénteas europeas, como son los países del norte de Europa, pero no tanto en países como España y mucho menos en el Mediterráneo. Esa dificultad para separarla de la especie europea hace que todas las observaciones de gaviotas argénteas americanas deban ser homologadas por los distintos comités de rarezas de los países europeos.
Declarada finalmente como una gaviota argéntea americana, esta observación malagueña se convierte en el undécimo registro conocido de esta especie para la Península Ibérica; una circunstancia que participa de algunas particularidades. Atendiendo a la edad del ave, la gaviota observada en Fuengirola y que, con toda probabilidad, afirma Salvador García, debió frecuentar los cielos del puerto de Málaga, es un ejemplar adulto, el primero en territorio español que previamente no ha sido observado como joven o inmaduro.
En lo que hace referencia a sus rasgos genéticos y morfológicos se podría situar su origen, con una alta probabilidad, en las poblaciones centrales de Norteamérica (región de los Grandes Lagos) e incluso de la costa oeste americana, cuando hasta la fecha todas las gaviotas argénteas americanas homologadas en Europa tenían caracteres propios de las poblaciones de la costa oriental norteamericana, más cercana al continente europeo, como podría ser Terranova.
La importancia de la provincia de Málaga en cuanto a ser un área de interés para poblaciones de gaviotas es conocida desde el siglo XIX cuando el reputado naturalista alemán Alfred Edmund Brehm describió a una subespecie de gaviota sombría merced a varios ejemplares invernantes hallados en la bahía malagueña; un hecho ratificado científicamente y que desde entonces ha sido motivo de un gran número de estudios y publicaciones.
En las dos últimas décadas, el puerto de Málaga ha sido el escenario de la observación de varios ejemplares de especies consideradas raras o infrecuentes en la costa malagueña y por ende en el Mediterráneo; especies tales como la gaviota de Delaware, la gaviota del Caspio, el gavión atlántico, la gaviota argéntea europea y la gaviota del Báltico.
El caso de la gaviota argéntea americana marca una singularidad importante en el avistamiento de especies consideradas rareza por haber aplicado análisis moleculares para la determinación de la especie y de su origen. Sin duda alguna, la historia de esta gaviota observada en 2019 y ratificada su identificación a finales de 2021, abre un camino a seguir para la identificación de cualquier otro tipo de ejemplar de gaviota que no pueda ser determinado solamente en base a sus rasgos morfológicos.
Confirmada Málaga y sobre todo el entorno portuario de la capital como un área privilegiada en el Mediterráneo Occidental para la observación de estas aves costeras, el trabajo recientemente publicado en la Revista Catalana d’Ornitologia fruto del incansable seguimiento de este ornitólogo entusiasta de las aves marinas del litoral malagueño confirman el potencial la provincia de Málaga para el estudio y seguimiento de las diferentes especies de gaviotas, ya sean rarezas, aves en paso, invernantes o reproductoras. o rep
Confirmar e identificar la secuencia genética de un ejemplar
Sin haber sido bautizada y sin ser anillada, Salvador García tras observarla priorizó su identificación junto con otros ornitólogos marinos; una actuación que confirmaría su especie y que pasaba por recoger algunas muestras de esta gaviota. Con la firme convicción de que había descubierto a un ave errática; un ejemplar que tras cruzar el atlántico en su juventud ha estado volando desorientada por el continente europeo, la necesidad se centraba en ponerle su correcto nombre y apellidos. Intuyendo que todo apuntaba a que se trataba de una gaviota que sólo vive en Norteamérica y Canadá y que, habituada a climas fríos sólo podría haberse observado en latitudes situadas entre Irlanda e Islandia, la necesidad de diferenciarla de su homóloga europea requería un análisis genético; una tarea en la que se puso a trabajar este especialista en gaviotas. Tras iniciar un seguimiento que se prolongó durante varios días por la costa malagueña, finalmente, Salvador García pudo obtener en el puerto pesquero de Fuengirola las muestras deseadas. Restos fecales sin contaminar y una pluma que se le desprendió del cuerpo en uno de los momentos en que se acicalaba sobre un tejado constituyeron un botín más que suficiente para iniciar el estudio genético de esta gaviota. Empleando un sistema de crowdfunding; una micro financiación que posibilitó el envío y pago de este estudio, los laboratorios independientes del Instituto de Ciencias Médicas de Aberdeen en Escocia y la Estación Biológica de Doñana obtuvieron la secuencia genética de la gaviota. Comparados los resultados de este análisis con otras secuencias genéticas de varias especies de gaviotas del hemisferio norte disponibles en dos bases de datos mundiales de ADN, los resultados fueron concluyentes. La hipótesis planteada por el ornitólogo del Instituto Español de Oceanografía Salvador García junto con otros colaboradores tras sus observaciones se confirmaba. La gaviota vista entre febrero y marzo de 2019 en la cosa malacitana era una argéntea americana que, divagando por Europa desde etapa juvenil había alcanzado su madurez en el viejo continente. Un significativo hallazgo; el de una rareza ornitológica que dejando su frío hábitat vive ahora en climas más cálidos. Una gaviota argéntea americana que tal vez vuelva a visitar Málaga.
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