Sin pintura

Hoy les contaré una curiosidad al respecto de un moderno barco con apenas cinco años de vida en la mar

El nuevo barco de Virgin Voyages elige Málaga para una larga estancia

El buque ‘Hanseatic Nature’ mostrando el deterioro de su casco atracado. / J. C. Cilveti

Si acostumbran a pasear por el Palmeral de las Sorpresas cuando hay algún buque de crucero atracado en el muelle números dos, seguramente habrán visto algunas de las labores de mantenimiento que los marineros realizan sobre los cascos de los barcos. Centrados estos habituales trabajos en la limpieza o el repintado, ya sea a pie de muelle o en pequeñas embarcaciones, hoy les contaré una curiosidad al respecto de un moderno barco con apenas cinco años de vida en la mar.

Formando parte de un trío de gemelos, el Hanseatic Nature, el segundo de la serie, es un buque de expedición que opera bajo la contraseña de la compañía Hapag Lloyd Cruises. Acondicionado para realizar navegaciones en zonas polares, este elegante barco de 138 metros con una capacidad máxima para 230 pasajeros realizaba su primera visita al puerto de Málaga en marzo de 2022 atracando en el muelle norte de la estación marítima de levante. Tras cumplimentar una segunda visita un mes después, la tercera estancia malagueña de este barco tuvo lugar abril del presente año; una escala que se convertía en el primer amarre de 2024 con una pernoctación incluida.

Completado hasta la fecha su historial en Málaga con una cuarta escala que también se efectuó en abril, la curiosidad que les reseñaré se pudo ver en su tercera visita al puerto de la capital de la Costa del Sol. Procedente de Marbella y con destino a Valencia, nuestro protagonista de hoy que hacía noche atracado en el muelle número dos llegaba mostrando un significativo deterioro en la pintura de su casco; unos desperfectos que se pudieron apreciar con mayor detalle a la mañana siguiente de su llegada.

Debido a una serie de golpes de mar, aunque esta afirmación no la he podido constatar, el Hanseatic Nature había perdido gran parte de la pintura azul que decoraba la zona baja de su proa; una circunstancia que dejaba a la vista el acero del caso. Ante este inusual hecho al que habría que añadir una nada habitual línea de oxido que recorría la línea de flotación y algunos desconchones en la borda también a proa, durante su escala malagueña, un grupo de tripulantes del barco se afanaron en intentar sanear la mayor parte de estas zonas deterioradas.

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