Las borrascas dejan más de 80 litros en Málaga, pero pasan de largo por los embalses
Las lluvias sirven para regar cultivos y recargar pozos y acuíferos; sin embargo, la ganancia de los pantanos ha sido mínima
Málaga capital sale del nivel de sequía grave: los embalses que la abastecen suben 21 hectómetros cúbicos en un año

La regada de más de 80 litros por metro cuadrado que han dejado las borrascas Herminia e Ivo, como las han denominado los meteorólogos, ha sido de agradecer dado el momento de escasez, si bien más atenuado que hace unos meses, que sigue experimentando la provincia de Málaga. Aunque es conveniente tomar estos números con cautela.
En primer lugar, porque el reparto de las lluvias ha sido irregular, al haberse concentrado en mayor cantidad en la parte occidental del territorio, y dejado otras zonas más castigadas como la Axarquía sin apenas agua, a excepción de los municipios de Vélez-Málaga y Nerja, donde por lo menos han dado un refresco.
Así, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) recoge que desde la entrada del primer frente hasta este viernes 31 de enero a las 13:00 se han recogido generosos acumulados en los pluviómetros oficiales de la zona oeste como el instalado en Gaucín, con 84,2 litros por metro cuadrado; y el de Cortes de la Frontera, con 70,6. Unas cifras que en caso de consultar los equipos de aficionados señalan unos litros más, ya que cubren distintas extensiones de terreno a los del organismo meteorológico.
El segundo motivo por el que hay que tomar estas precipitaciones con cautela es que, aunque hayan servido para regar cultivos y recargar pozos y acuíferos allá donde los haya, casi no se han dejado notar en los embalses, que continúan al 27,53% de su capacidad, con 168,31 hectómetros cúbicos.
Las únicas dos infraestructuras que han logrado aumentar al menos unas décimas su nivel son La Concepción, que ha sumado 0,3 hectómetros cúbicos; y la de Guadalteba, que ha ascendido 0,15, acorde a los datos de la red Hidrosur de la Junta de Andalucía actualizados a las 13:00. Un incremento tan pobre que, al comparar la situación actual de los siete pantanos de la provincia con la que tenían hace una semana, ni siquiera hacen por tirar del cómputo hacia arriba, quedándose prácticamente estancada tras descontar los consumos.
Sí que invita algo más a la tranquilidad el acumulado total al ser comparado con el de hace un año por estas mismas fechas, pues desde entonces se han ganado más de 71 hm3. Esta mejora obedece fundamentalmente a la subida del nivel de las reservas del sistema Guadalhorce, que ha llevado a la Junta de Andalucía a dar luz verde al Ayuntamiento de Málaga (el suministro de la capital procede en buena parte de aquí) para suavizar algunas medidas de ahorro.
Concretamente, el Consistorio ya ha anunciado que se procederá a la progresiva puesta en servicio de las 329 fuentes para beber que hay distribuidas por la ciudad y que se permitirá el riego de supervivencia de zonas verdes públicas y privadas una vez por semana. También se autoriza la limpieza viaria con hidrolimpiadoras de bajo consumo, y el rellenado de piscinas públicas y privadas que dispongan de un sistema de recirculación, así como el primer llenado por nueva construcción u obras de rehabilitación.
Estas cuestiones quedan recogidas en un nuevo bando dictado por el alcalde, Francisco de la Torre, que complementa al vigente desde el 16 de noviembre de 2023 y que se mantendrá en función de la evolución de la situación hidrológica.
De hecho, la autorización autonómica está condicionada a que se siga cumpliendo la dotación máxima de 200 litros por habitante y día para uso urbano instaurada a principios de diciembre por la Comisión de Sequía. Una limitación que, según el Consistorio, se está cumpliendo en la capital, donde el gasto se sitúa en una media de 169 litros, en buena parte gracias a las medidas puestas en marcha por la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) para reducir el consumo.
Estas, es preciso recordar, son la regulación de la presión del agua que se inyecta en las redes de la ciudad, la reparación de conducciones para reducir las pérdidas, la extensión del recurso procedente del freático (no potable) para riego de zonas verdes y limpieza viaria, y el control de los grandes consumidores para detectar posibles fugas en canalizaciones interiores.
También te puede interesar