El ‘Brexit’ aún no asusta a los británicos residentes en Málaga
El año pasado solo tres británicos residentes en la Costa del Sol pidieron la nacionalidad española pese a la incertidumbre por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea
España no reconoce la doble nacionalidad con Reino Unido y eso supone un freno
Málaga/La salida de Reino Unido de la Unión Europea, el famoso Brexit, no asusta mucho por ahora los residentes británicos en la Costa del Sol. O, por lo menos, no tanto como para renunciar a su nacionalidad y pedir la española para evitar problemas futuros. El año pasado solo tres británicos residentes en Málaga se la jugaron y pidieron la nacionalidad española, mientras que en 2017 solo fueron dos, según la información publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Hay que tener en cuenta que el referéndum en el que ganó el Brexit fue hace tres años, en junio de 2016, y, por ahora, ha habido más ruido que nueces porque no se ha firmado aún el acuerdo entre las dos partes y se desconoce qué pasará.
A 1 de enero de este año había, según el INE, 47.193 británicos censados en Málaga, siendo la colonia extranjera más importante en esta provincia por delante de la marroquí. En total había 252.362 extranjeros empadronados, por lo que los británicos representaban el 18%. Eso sin tener en cuenta los miles de británicos que están en Málaga y que no están censados. Hay dos tipos. Unos son los que los propios británicos llaman los “golondrinas”, es decir, personas que viven en Reino Unido y que en invierno se vienen a Málaga para evitar el frío. Otros son los que se compran una casa en la Costa del Sol, se prejubilan y se quedan a vivir aquí pero no se empadronan porque les da pereza, porque no se enteran del proceso o directamente porque ni siquiera saben que tienen que hacerlo si van a residir en esta zona.
El asunto de la nacionalidad no es baladí. Muchos británicos han preguntado en su consulado sobre la posibilidad de adquirir la nacionalidad española para poder ser considerados españoles y no sufrir inconvenientes con la sanidad o las pensiones en caso de que termine habiendo un Brexit duro. El problema es que España no reconoce la doble nacionalidad con Reino Unido –los británicos sí lo hacen con España– y eso implica que para obtener la nacionalidad española es necesario renunciar a la británica. Obviamente es un paso duro para los miles de ingleses que viven en Málaga desde todos los puntos de vista y no lo harán a no ser que la situación sea realmente extrema para ellos. Por lo tanto, hasta que todas las cartas del Brexit no estén realmente sobre la mesa y los británicos residentes en la Costa del Sol sepan exactamente qué derechos tienen y cuáles no se verá si se piden más nacionalidades españolas.
En diciembre del año pasado, tres asociaciones que representan a británicos residentes en España –entre ellas una llamada Brexpats que está en Málaga– remitieron al Palacio de la Moncloa un documento en el que exponían los problemas que tendrá este colectivo tras el Brexit y, entre otras cosas, pidieron que se abra la puerta a la doble nacionalidad española y británica, una opción que el Código Civil solo contempla para brigadistas internacionales y descendientes de sefardíes. Todo sigue en el aire.
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