Análisis
Santiago Carbó
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MARÍTIMAS
Este pasado fin de semana, el puerto de Málaga ha sido testigo de la escala del portacontenedores MSC Mara que atracó en la terminal del muelle número nueve. Procedente del Barcelona y con destino a la localidad portuguesa de Sines, este gigante de bandera liberiana mostró en aguas malacitanas sus 364 metros de eslora y sus 51 de manga; unas dimensiones que lo posicionan dentro del grupo de buques de contenedores más grandes del mundo.
Y si bien la terminal malacitana mantiene activas dos líneas regulares de este tipo de barcos, la llegada de grandes portacontenedores constituye toda una novedad; una singularidad que en lo que llevamos de año ya ha permitido ver en el muelle número nueve a cuatro buques que superan los 350 metros.
Iniciado este goteo el 13 de marzo con el Maersk Havana de 353 metros, el 18 de ese mismo mes el MSC Katie lució sus 365 metros; una eslora que quedaba superada en 100 centímetros cuando el MSC Orion amarró el sábado 30.
Frente a estos números que suponen para cada uno de estos barcos una posibilidad de transporte que oscila entre los 12.400 y los 15.900 Teus (contenedores de 6,1 metros de largo, 2,4 de ancho y 2,6 de alto), las cuatro escalas reseñadas entre el pasado mes de marzo y el presente abril atienden a puntuales modificaciones en las rutas que habitualmente efectúan estos buques; unas singladuras que están siendo cambiadas debido a la situación internacional y a la crisis del Mar Rojo. Frente a esta circunstancia, desde hace algunas semanas, la terminal malacitana ha vuelto a retomar su actividad en operativas de tránsito; una mecánica que pasa por el hecho de que grandes buques dejen contenedores para que otros de menor porte los carguen y efectúen su distribución.
Ante esta opción de recuperar el tránsito aunque sea de una forma puntual (habría que recordar que la terminal malagueña comenzó a funcional en marzo de 2004 para operar bajo este tipo de tráfico), el muelle número nueve, convertido y considerado en la actualidad como una terminal multifuncional, además de contenedores gestiona el movimiento de coches, el graneles sólidos y líquidos y el que hace referencia a determinadas cargas especiales.
Y aunque las llegadas de estos grandes barcos no parece que se vayan a mantener de una forma permanente, las visitas de estos gigantes del transporte marítimo están generando alguna actividad más en el muelle número nueve.
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