La burbuja camper en Málaga tras el desconfinamiento
De media, acondicionar una furgoneta para cuatro personas cuesta entre 18 y 25.000 euros
Málaga/Desperezarse un poco, bajar a los pies de la cama, abrir el portoncillo y estar rodeado de naturaleza. Es la sensación que busca cada vez más gente. Playa o montaña, ya no hay que elegir, “si no te gusta el sitio, arrancas y te vas”, asegura Miguel Martín. Miguel es un diseñador gráfico afincado en Alhaurín de la Torre y que hace cinco años decidió dar el salto al mundo camper. “Hace muchos años que venía pensando en hacerme con una furgoneta, me gustan el surf, la escalada, la bici de montaña y es algo que se adaptaba muy bien a mi estilo de vida”, cuenta Miguel. Ese, junto a la libertad de tener una casa sobre ruedas sin la indiscreción de una caravana son los motivos que llevan a cada vez más gente a querer una camper.
Miguel ha recorrido con ella casi toda España, de sur a norte, además de haber hecho rutas por Suiza, Francia o Portugal con ella, “después del tiempo que he estado en ella sería capaz de estar varios meses viviendo en ella incluso”, asegura Miguel. Su trabajo le facilitaría incluso vivir y trabajar en ella siempre que tenga una buena conexión a internet, otro de los factores de peso para decantar la balanza a favor de la compra de la camper. El otro, que con la camper “el plan de los viajes es no planear nada que no sea el destino”, asegura Miguel.
Una de las que se decidió rondando el confinamiento fue Thalia, ella, como Miguel, también llevaba mucho tiempo rondando la idea de comprarse una furgoneta camperizada. Lo de comprarse una casita sobre ruedas no es una decisión que tomes en una tarde. A ella el confinamiento le hizo tener que retrasar la compra. Con el desconfinamiento “hubo un boom de las furgonetas y me costó mucho encontrar una furgoneta que estuviese bien”, asegura Thalia. Ella se decantó por una autocaravana porque necesitaba un vehículo que también pudiese usar a diario para ir al trabajo.
En Málaga, el decano camperizando furgonetas es José Antonio Delgado Lainez, de Laycamper. En su empresa llevan casi una década dedicándose a convertir furgonetas en vehículos con todo lo necesario para poder pasar un tiempo fuera de casa y dormir en él. Confirma que después del primer confinamiento el mundo camper ha vivido un auténtico boom: “Es una auténtica burbuja, todo el mundo quiere una. Estamos tan hasta arriba que no damos ni presupuestos ahora mismo hasta que en septiembre volvamos a abrir tras las vacaciones”.
Antes de dedicarse a las furgonetas, José Antonio se dedicaba a la carpintería, hasta que vio que había un nicho de mercado en el mundo de las furgonetas camperizadas que había que cubrir en Málaga. Le es muy difícil dar un precio medio al coste de una camper, “esto es para cada cliente según la furgoneta que tengas, el equipamiento que quieras y demás se va a un precio u otro”, asegura. Pese a ello, dice que si tuviera que hacer un precio medio para camperizar una furgoneta para cuatro persona rondaría entre los 18 y los 25.000 euros, “aunque a partir de ahí puedes gastar lo que quieras”.
En Laycamper también alquilan furgonetas, sector que también está en auge en Málaga. Lo confirman Carlos Elmalem y Ángeles Langen, que han creado recientemente una empresa de alquiler de furgonetas camper, Van-Andalus. A finales de junio ya tenían todo el verano vendido para las dos furgonetas con las que han empezado y empezaban a reservar en septiembre. Las camper de Van-Andalus cuestan 155 euros al día y ya están pensando en ampliar la flota. Es difícil, porque hay que esperar entre cuatro y seis meses una vez tienes la furgoneta para terminar todo el proceso, “por eso hay que planear la campaña antes de que acabe el año”, cuentan. Todo sea por poder ofrecer o subirse a la experiencia de no tener que elegir si playa o montaña, de tener tu casita allá donde quieras llevarla.
Camperizarla uno mismo no es tan buena idea
Aunque pueda parecer una aventura, camperizar una furgoneta no es ni tan fácil como parece por los vídeos de internet, ni tan cómodo. Para ello hace falta un espacio en el que tenerla mucho tiempo y donde puedas trabajar con ella y las herramientas y la experiencia necesarias para que el resultado sea óptimo. Es por eso que Thalia acabó optando por un profesional, “no tenía ni el tiempo que hace falta ni las herramientas necesarias, al final nos decantamos por un profesional con nuestro diseño”. Como Thalia muchos clientes van a Laycamper, pero después de haber intentando hacerlo ellos, “cuando ven que no son capaces y que necesitan más de lo que pueden vuelven a que las terminemos nosotros”.
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