El ‘Callisto’

La Mar de Historias

De barco a yate para navegar finalmente como buque de crucero

Bautizado originariamente con el nombre Marina, fue construido en 1963 en los astilleros alemanes Kremer & Sohn

Para gustos, los yates

Buque 'Callisto' en su primera visita al puerto de Málaga. / J. C. Cilveti

Hoy les contaré la historia de un barco que empezó su biografía como un yate y que en la actualidad navega como un buque de crucero. Bautizado originariamente con el nombre Marina, nuestro protagonista de hoy fue construido en 1963 en los astilleros alemanes Kremer & Sohn para navegar como un buque privado de recreo.

Realizando rutas en régimen de alquiler, este yate de 50 metros de eslora, tras cambiar su nombre por el de Illiria II, mantuvo su actividad hasta el año 2000, fecha en la que tras sufrir algunas reformas interiores se convertía en un barco de turistas. Acondicionado para embarcar a 34 pasajeros y con una tripulación de entre 16 y 18 personas, una compañía dedicada a la explotación crucerista de buques de pequeño tamaño se hacía cargo de él bajo el nombre Callisto. Manteniendo desde entonces esta denominación y luciendo la bandera de Grecia, este barco que en 2005 volvía a experimentar nuevas modificaciones realizaba su primera visita al puerto de Málaga en marzo de 2006.

Disponiendo de cuatro cubiertas y 17 camarotes de entre 11 y 13 metros cuadrados diferenciados en cuatro categorías distintas, el Callisto ofrece unos espacios clásicos donde la decoración de todas las zonas comunes adquiere un muy especial protagonismo. Centrado fundamentalmente en rutas por las islas griegas y el Adriático, este barco realiza en la actualidad cruceros de 3 y 4 noches donde además de la navegación en sí, priman las excursiones en tierra.

Reseñados estos datos y ya centrados en su biografía malagueña, tras su primer atraque en 2006, este buque ha repetido en varias ocasiones, siendo su última estancia la que realizó entre los días 6 y 10 de diciembre en 2011. 

Pero con independencia de esta reseña centrada en las aguas malacitanas y con la curiosidad de que en algunas ocasiones no ha sido considerado como un buque de crucero, lo que de significativo tiene el Callisto es que se mantiene en activo frente a la competencia con otros barcos similares de nueva construcción o menos edad. Tras haber sufrido más transformaciones en los años 2015 y 2016, este veterano ofrece viajes que en nada se parecen a los que realizan en la actualidad los pequeños buques de crucero. 

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