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Educación Un ordenador gigante con pantalla táctil sustituye a las tradicionales pizarras
La escuela digital se está haciendo un hueco en las aulas malagueñas. A la implantación de ordenadores, se une la de las pizarras digitales -conectadas a un ordenador a través de un proyector- que suponen un gran abanico de recursos didácticos para el profesorado y una mayor motivación para el alumnado. Pero, ¿qué son? Estas pizarras digitales son un ordenador gigante con pantalla táctil que, además de poderse utilizar como una pizarra tradicional, permite la interacción. El profesor abre las aplicaciones, mueve las ventanas, navega por internet, escribe, muestra mapas, todo ello, para enseñar a los alumnos a través de las tecnologías. Tiene también rotuladores de diferentes colores y gomas digitales para borrar. Son lápices ópticos que permiten escribir y eliminar la información imitando a la forma tradicional, aunque con la tecnología como herramienta.
Todas estas aplicaciones, además de llamar la atención del alumnado, especialmente el de los más pequeños, aumenta la motivación de los alumnos. "Hemos comprobado con la implantación de estas pizarras que los alumnos viene más motivados a clase y se divierten más, ya que el aprendizaje es más dinámico e interactivo", explicó ayer el jefe de estudios del colegio Pablo Ruiz Picasso de Málaga, Juan Manuel Bermúdez.
Internet es una de las principales ventajas de las pizarras digitales. Los profesores pueden importar fotografías, vídeos y textos para explicar cualquier contenido didáctico. "Es una forma más atractiva de educar. Al alumnado les llama más la atención las imágenes que el texto, ya se sabe una imagen vale más que mil palabras", aseveró el jefe de estudios del centro escolar, quien afirmó que cree en este sistema como "el futuro de la docencia".
Pero no sólo gusta a los alumnos. Los profesores también "están encantados" con la implantación de la escuela digital, puesto que les permite interactuar con los alumnos, aunque reconocen que "hay que ir adaptándose poco a poco" a los cambios. "Todo consiste en un cambio de mentalidad. A algunos docentes les cuesta un poco más de trabajo acostumbrarse a la nueva forma de enseñanza, pero una vez que aprenden a utilizarla, reconocen que ayudan a la compresión de los contenidos", afirmó el jefe de estudios.
Pero internet no es imprescindible para trabajar con estas nuevas herramientas. El delegado de Educación en Málaga de la Junta de Andalucía, Antonio Escámez, explicó ayer que "el ordenador al que está conectado la pizarra cuenta con una serie de aplicaciones y simuladores que ayudan a explicar gráficamente el contenido de las asignaturas". Como ejemplo, Escámez abrió una aplicación en la que se mostraba gráficamente el sistema solar. "Estas imágenes ayudan a los alumnos a comprender mejor la parte teórica de las materias", puntualizó.
A esta nueva herramienta digital se suman otras como los ordenadores portátiles con los que cuentan los alumnos de quinto y sexto de Primaria y primero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Pese a que también pueden conectarse a internet, estos equipos cuentan con un filtro que no permiten al alumnado acceder a ciertos contenidos de la Red. Además, el profesor cuenta con un sistema en el que puede saber en todo momento por qué páginas navega el alumno y si no son adecuadas "puede cortar en un instante la conexión".
En los centros educativos malagueños ya se han instalado 1.088 aulas digitales correspondientes a los grupos de quinto y sexto de Primaria y, ahora, se están distribuyendo otras 537 correspondientes al alumnado de primero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
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