El campero, comida rápida 'made in' Málaga

de buenos especialistas en esta comida típica.
de buenos especialistas en esta comida típica.
Por Smara Sánchez

20 de julio 2012 - 01:00

CAMPEROS

Si la semana pasada hacíamos un repaso de los diez sabores que no se podían perder de Málaga, hoy le toca el turno a un imprescindible de la comida rápida de la ciudad: el campero. Si le gustan las hamburguesa y los bocadillos este puede convertirse en uno de sus favoritos.

En Málaga se pueden comer camperos en cualquier hamburguesería; sin embargo, como siempre que se habla de comida, hay variossitios en la ciudad donde merece la pena hacer una parada para saborear uno de estos bocadillos en los que el pan deja de ser alargado para convertirse en un círculo.

La primera estación de nuestro tour de camperos se sitúa en el centro de la ciudad. El bar se llama Valdi y lleva 30 años ofreciendo este y otros bocadillos. Según su dueño el secreto está en "la cantidad de los ingredientes", "no nos quedamos cortos". advierte. El campero básico en Valdi lleva jamón, queso, tomate, lechuga y mayonesa. A eso se le pueden añadir otros ingredientes como una hamburguesa de pollo casero, convirtiéndose este en el bocadillo más consumido en este bar, o una hamburguesa de buey de 200 gramos, la especialidad en este momento. El precio de estos bocatas ronda los 3,5 euros.

En Valdi también hay menús en los que el cliente puede combinar una hamburguesa, un perrito o un campero con algún complemento como nuggets de pollo o aros de cebolla, y la bebida por un precio de 4,50 euros.

En Mafalda, se puede, además de comer, disfrutar de la playa, pues está en primera línea. En esta hamburguesería, además de los camperos normales, se puede degustar el Mafaldón, en el que a los ingredientes comunes a todos los bocatas de este tipo se le suma el bacon, una tortilla francesa y un filete de pollo. El precio de este campero es de 5 euros. Además de esto en Mafalda se pueden tomar ensaladas, entrantes y platos combinados en los que todos los ingredientes, según explica Montse, una camarera de este bar, "son naturales y de gran calidad."

En Lasani, bar regentado por una familia marroquí, los camperos se adaptan a la cultura gastronómica de aquel país por lo que la carne de estos bocatas es de showarma. Así se puede tomar un capero de pollo o de ternera acompañado por los ingredientes comunes.

La última parada de esta ruta está de nuevo en el centro de la ciudad. Los amantes de los bocadillos podrán dar otro bocado cerca de la plaza de toros, en El Huerto.

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