El campo de Málaga sufre una nueva "debacle" en la producción, pero el olivar amortigua la facturación
Asaja alerta en su balance agrario del estancamiento de la facturación, a niveles de hace diez años
Los agricultores de Málaga cifran en 30 millones los daños causados por las dos danas
Como cada final de año, Asaja Málaga ha hecho balance de la situación del campo en términos financieros. El presente 2024, que ha estado marcado tanto por la sequía como por las lluvias torrenciales en su último tramo, deja un sabor de boca agridulce a los agricultores en la medida en que se ha logrado mejorar la facturación de 2023 un 3,27% hasta los 672,3 millones de euros, en buena parte gracias al efecto del olivar, cuya bajada en la producción ha propiciado que su comercialización se realice a precios altos, amortiguando la cifra total, que sin embargo se mantiene como una de las más bajas desde hace 10 años.
Al respecto, el presidente de Asaja en Málaga, Baldomero Bellido, ha realizado un recuento de los problemas que afectan a las explotaciones malagueñas, que siguen siendo similares a los de campañas anteriores, especialmente, la ausencia de lluvias y la falta de infraestructuras para almacenar agua y preservar de avenidas, dos caras opuestas de la moneda que han acabado por conjugarse a lo largo de estos últimos doce meses. Ante esto, Bellido ha afirmado que se encuentran trabajando "de forma denodada fomentando juntas de usuarios, constituyendo comunidades de regantes", así como "apoyando la desalación y regeneración de aguas". "Tenemos que cambiar la mentalidad y tener este recurso como algo estable para evitar las irregularidades".
Respecto a la PAC, Bellido ha puesto de manifiesto el "descenso de los ingresos para lo agricultores en Málaga" y ha lamentado que "a pesar de todas las movilizaciones no hemos obtenido una respuesta adecuada". A nivel europeo ha calificado la relación con estas instancias de marcadas por los altibajos, toda vez que se utiliza al sector como "moneda de cambio sin contrapartida" Asimismo, ha criticado el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur, que ha tildado de "nefasto para los agricultores y aún más para los ganaderos" al dejar la puerta abierta a bienes "tratados con productos prohibidos aquí desde hace años". "A nosotros no nos importan que vengan productos de fuera siempre que vengan en las mismas condiciones, las mismas reglas del juego", ha agregado.
En cuanto al balance propiamente dicho, la agricultura concluye el año con una facturación de 541,52 millones, un 6,58 % más; mientras que la ganadería termina con una cifra de 130,78 millones, que representa un descenso del 12,17 %.
Por productos destaca, fundamentalmente, el procedente del olivar, que ha tenido "una producción bajísima" en la que solo han podido sacar adelante la aceituna aquellas fincas que tienen agua para regar. No obstante, la lógica de la oferta y la demanda ha hecho que el aceite de oliva, que ha cerrado el año con la campaña más baja en lo que llevamos de siglo en términos de producción (31.014 toneladas) haya firmado la facturación más alta de la que se tienen datos (227,95 millones); por su parte, la producción de aceituna de mesa desciende de 50.526 toneladas en 2023 a 35.105 toneladas en 2024 ascendiendo su facturación a 40,37 millones.
Una dinámica, ha recordado Bellido, que se ha producido tanto a nivel "andaluz, como nacional e internacional", lo que ha supuesto un precio récord en ambos productos del olivar, desembocando en una facturación con un 22 % más que el año 2023, "pero muy mal distribuida pues hay zonas con más dificultades para el cultivo y altos costes de producción, que no han participado en esta facturación; tenemos numerosos casos de olivareros con cosecha cero, por lo tanto ingresos cero, como es el caso de la comarca del Guadalhorce". De ahí, ha recalcado, la "importancia del agua para normalizar las producciones". Las lluvias de los últimos meses, aunque insuficientes, dan buena cuenta de ello, ya que "en menos de 15 o 20 días de final de campaña ha bajado el precio a 4 euros, el nivel de hace tres años".
Los cultivos hortícolas y tubérculos, ha explicado el responsable de estos bienes en Asaja, Benjamín Faulí, sufren este año un descenso acusado de facturación de un 20% respecto al año anterior con un montante de 113,74 millones, frente a los 142,29 del año anterior. En el caso del tomate, nos encontramos con el peor año de la serie, con 20,65 millones facturados, 13,23 menos que el ejercicio inmediato. "Por desgracia estamos en manos de la producción de países extranjeros. Marruecos y Turquía nos hacen una competencia terrible, con un gran diferencial de precio y costes de producción. Este ha sido siempre uno de los productos estrella de la provincia, pero va bajando". Lo mismo que sucede con el tomate pasa con el pimiento, que también sufre un descalabro con la facturación más baja de la serie situándose en 16,13 millones, un 28% menos respecto al 2023.
La nota positiva la pone la alcachofa al ser un cultivo muy estable en la provincia tanto en producción como en facturación, manteniéndose prácticamente igual que el año pasado, mientras que las judías verdes, vuelven a caer convirtiéndose este año en el peor de la serie, que ha pasado de "ser muy fuerte hace 20 años en Torrox, Nerja o Vélez-Málaga a residual". La cebolla, por su parte, sufre una caída en picado, con un llamativo declive del 83% en facturación, pasando de los 13,09 millones de 2023 a los 2,28 de 2024. En este apartado la patata vive un resurgimiento, pasando de 8,40 millones a 12,58 resarciéndose los agricultores de las pérdidas del año pasado. "Hemos tenido suerte con ella en La Axarquía, el Guadalhorce y Antequera, aunque también es cierto que se siembra cada vez menos por la competencia de Egipto, Nueva Zelanda o Marruecos".
Los cultivos subtropicales de la provincia, con gran presencia en la Axarquía pese a que "se han arrancado árboles por la sequía", han producido una cantidad ligeramente inferior al año 2023, pasando su facturación de ser de 85,08 millones, a los 83,6 actuales. El descenso global en los últimos tres años asciende al 43,46%.
Respecto al aguacate nos topamos de bruces con los efectos de la sequía. "Hace tres o cuatro años superaba en facturación al olivar, ahora sólo queda el recuerdo". En cuanto al mango, se mantiene la tendencia de descenso de la producción alcanzando la cantidad de 10 millones de kilos, con una facturación de 17 millones, pero no estrictamente por la sequía, sino porque "las temperaturas no fueron las idóneas en la época de floración" dejando "pequeño el fruto y sin validez comercial".
En conjunto, los subtropicales han bajado su producción 4.100 toneladas en un año hasta las 22.500 actuales. Esto incide de manera directa en la facturación, que baja un 6,7 % situándose en los 63 millones, frente a los 67,56 de la serie anterior.
Los cítricos malagueños, concentrados fundamentalmente en el Valle del Guadalhorce, vuelven a ser un punto negro al sufrir nuevamente unas cifras de "estrepitosa caída". El sector vive una continuada situación de ruina absoluta debido a la voraz competencia de las importaciones y la "nefasta campaña de limón". "Llevamos dos años seguidos hablando de ruina absoluta que este año se traduce en un nuevo descenso del 12 % respecto a 2023".
La naranja pasa de facturar 15,40 millones en 2023 a los 16,61 en 2024. Por su parte, los pequeños cítricos suben su facturación, levemente, de los 7,02 millones a los 7,84. Con el limón en esta ocasión se llega a tocar fondo pasando de los 14,8 millones a los 8,23, acompañado "de forma incongruente" con un incremento de un 36% en la producción.
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