El cáncer de próstata en Málaga: tres nuevos casos al día y hombres que se revisan poco

Urólogos instan a los varones a hacerse controles "como las mujeres contra el cáncer de mama" porque “el diagnóstico precoz mejora el pronóstico”

Advertencia de los urólogos en Málaga: El prejuicio al tacto rectal frena la detección precoz del cáncer de próstata

Gonzalo Sanz durante una intervención en la Clínica Premium de Marbella. / M. H.

Dicen los especialistas que en los últimos 30 años han avanzado más los tratamientos y la cirugía contra el cáncer de próstata que la actitud de los hombres a la hora de controlarse para prevenirlo. No es por falta de recursos en la sanidad, sino por desidia y, fundamentalmente, por su reticencia al tacto rectal. “Esto los echa para atrás”, apunta el urólogo y director médico de la Clínica Premium de Marbella, Gonzalo Sanz. De inmediato aclara que con los métodos diagnósticos actuales, más del 90% de los pacientes no necesita esta exploración.

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones. El año pasado se diagnosticaron en la provincia de Málaga 1.187. Ello supone más de tres cada día. Teniendo en cuenta la población total, es el segundo en incidencia (139 nuevos casos por 100.000 habitantes) después del de mama (140 por 100.000), según los datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

Los facultativos llaman la atención sobre el hecho de que las mujeres han dado pasos agigantados en la prevención, mientras que los varones van muy por detrás. “Los hombres se hacen muchísimos menos controles contra el cáncer de próstata que las mujeres frente al de mama. Y hace falta que esa mentalidad cambie porque el diagnóstico precoz es fundamental”, argumenta el urólogo Pedro Torrecillas. Aunque los profesionales admiten que los varones ahora acuden más al médico para estos controles que décadas atrás, coinciden en que deberían ir mucho más. “Los hombres se controlan más que hace 30 años, pero tienen que controlarse más todavía para que se coja a tiempo la enfermedad y tenga mejor pronóstico”, insiste Torrecillas.  

Sanz explica el cáncer de próstata y su evolución con una naranja. Ejemplifica que si solo están afectados los gajos, pero no la cáscara, estos se quitan y “la enfermedad se cura al 100%”. Y añade: “Por lo tanto, se acabó el cáncer”. Siguiendo su ejemplo, el problema está cuando ha pasado a la cáscara o, incluso más, cuando ya ha contaminado otras naranjas del cesto. 

Los especialistas recomiendan un control anual a partir de los 50 años. Una edad que debe bajarse a los 40 en caso de tener antecedentes familiares en padre, hermanos o tíos que hayan sufrido la enfermedad. 

Insisten en que la prevención es muy fácil. Pasa por la prueba del PSA, que es una analítica de sangre en la que se mide este marcador en vez del colesterol o la glucemia. Los especialistas también realizan una ecografía abdominal. Sanz recalca que estos controles permiten además prevenir otros tumores, como los de vejiga, riñón o testículo.   

A diferencia de este último cáncer –que es más frecuente en varones jóvenes–, el de próstata está asociado a la edad. “Si todos viviéramos 100 años, casi todos desarrollaríamos cáncer de próstata”, asegura Sanz. 

El mensaje de los especialistas es esperanzador porque afirman que cuando llegan a tiempo –según su ejemplo, cuando la enfermedad aún está en los gajos de la naranja–, el tumor se cura. Pero incluso en casos en los que la detección es más tardía –siguiendo su comparación, cuando ya está contaminada la cáscara u otras naranjas–, la mayoría de los pacientes “mueren con cáncer de próstata, no de cáncer de próstata”, aclara Sanz. 

Los controles no sólo son importantes para la detección precoz. También para discernir entre los tumores más agresivos de los que no lo son. Explican los especialistas que hay algunos cánceres de próstata en los que no tienen que hacer nada: simplemente vigilarlos y controlar que no cambien. Para aquellos que son más agresivos y peligrosos, hay un arsenal de tratamientos.

Estos incluyen desde cirugía robótica, terapias focales (que destruyen las células cancerosas sin efectos secundarios) y ‘semillas’ de radioterapia localizada (braquiterapia) a pastillas con nuevas moléculas que permiten contener el tumor durante años. Entre los avances más innovadores destacan además los tratamientos personalizados en función de las alteraciones genéticas detonantes del cáncer. 

Los datos del Observatorio de la AECC reflejan el progresivo incremento de la incidencia de esta patología oncológica. Era de 123 nuevos casos por 100.000 habitantes en 2012 y en el último año del que hay datos –2023–, asciende a 139. Aunque esta tendencia es generalizada en todos los tumores. Y se prevé que al igual que los demás, también siga creciendo en las próximas décadas. De hecho, según la proyección del Observatorio, continuará aumentando hasta 2045, cuando la incidencia llegará a 185 por 100.000. Y según la previsión, en torno a ese año comenzará a bajar.  

‘Movember’ es una iniciativa para la sensibilización

Movember es un movimiento por la concienciación contra el cáncer de próstata. Una iniciativa para impulsar la importancia de la detección precoz y animar a los hombres a hacerse controles. Es el resultado de la contracción de las palabras inglesas moustache (bigote) y november (noviembre). Consiste en que los varones dejen crecer su bigote durante este mes.

Nació en Australia en 2003, cuando un grupo de jóvenes de Melbourne se dejaron bigote para apoyar a un amigo con cáncer de próstata. Al año siguiente, la Fundación Movember comenzó a reunir fondos para destinarlos a la lucha contra el cáncer prostático en ese país. Luego, el movimiento pasó a Estados Unidos y se fue internacionalizando. Por eso, durante este mes, las redes sociales se llenan de bigotes e incluso muchos sanitarios se lo dejan crecer para sumarse a la iniciativa. Visibilizan así la importancia de la detección precoz para que algún día sea tan generalizada como la alcanzada frente al cáncer de mama.   

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