La capitana de un equipo que mejoró la sanidad

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La hematóloga que contribuyó a que muchas técnicas pioneras se aplicaran se jubila

Trabajó por el avance en trasplantes de médula y de córnea

María del Carmen Hernández, rodeada de sus compañeros del Centro de Transfusión, Tejidos y Células.
María del Carmen Hernández, rodeada de sus compañeros del Centro de Transfusión, Tejidos y Células. / Fotografías: Javier Albiñana
Leonor García

27 de julio 2018 - 01:35

Málaga/Miles de pacientes y la sanidad andaluza le deben mucho a María del Carmen Hernández. Por su actitud humilde, nadie diría que es una pieza clave en el sistema sanitario. La doctora Hernández ha sido la capitana de un equipo que ha mejorado la asistencia de todos. Sangre para transfusiones, huesos para operaciones, células madre de cordón umbilical para trasplantes de médula ósea, córneas para reparar ojos... Todos estos materiales biológicos se han procesado, en parte, por su tesón en incorporar cada avance médico que podía beneficiar a los pacientes. El 2 de agosto será su última jornada de trabajo de esta hematóloga en el Centro de Transfusión, Tejidos y Células. Ya se le han saltado algunas lágrimas pensando en ese día.

"Esto es el trabajo de mucha gente, de la colaboración en equipo. Sólo no se hace nada", sostiene. Pero desde que empezó en el Centro de Transfusión en 1989 ha sabido engranar los avances médicos, las demandas de los especialistas para aplicar nuevas técnicas, el compromiso de su equipo y el apoyo de la Consejería de Salud.

"Esto es el trabajo de mucha gente, de la colaboración en equipo. Sólo no se hace nada"María del C. HernándezJefa Técnica Banco de Tejidos

Hernández empezó su andadura en una unidad móvil, sacando sangre a los donantes. Por aquella época, cada hospital tenía su propio banco. Cuando se abrió el Clínico, una parte del Civil quedó sin uso y allí se puso en marcha el Centro de Transfusión Sanguínea, para concentrar todos los bancos hospitalarios. Nació así un centro provincial orientado a ahondar en la seguridad de sangre y hemoderivados. Fue un primer paso para mejorar la sanidad. Pero hubo muchos más. En 1992, arrancó el Banco de Tejidos, para almacenar huesos, ligamentos y tendones, imprescindibles para miles de operaciones. Hasta entonces, cada hospital almacenaba este material en un congelador en el último rincón de un quirófano. El Banco, también de carácter provincial, mejoró el procesamiento de los tejidos y, por ende, la calidad de la asistencia. En 1995, se amplió también al almacenamiento de córneas y piel. Con sus modestas instalaciones, el Centro de Transfusión se iba convirtiendo en un almacén biológico logístico imprescindible para el funcionamiento de los centros sanitarios.

Por entonces se descubrió que la sangre de cordón umbilical tenía unas células que podían curar leucemias y otras patologías. Y allí que la doctora Hernández se fue a Barcelona a aprender cómo se procesaban y almacenaban aquellos progenitores hematopoyéticos que podían salvar a muchos pacientes. Así nació el Banco de Sangre de Cordón Umbilical -que luego se convirtió también en el de Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia- y que ha permitido curar a cientos de enfermos en todo el mundo. La hematóloga no se ha arredrado ante ningún reto que le planteaban los médicos y en el que el papel de alacena biológica del Centro de Transfusión era imprescindible para que ellos pudieran desarrollar nuevas técnicas. Y tampoco ante las exigencias legislativas que cada vez iban a más para garantizar la seguridad del paciente.

También en 1995, su equipo abrió la posibilidad de que los varones que iban a someterse a un tratamiento agresivo que podía destruir su fertilidad congelaran su esperma para ser padres en el futuro. En 2010, Hernández puso a parte de su equipo a trabajar en las llamadas terapias avanzadas. Es decir, a multiplicar en laboratorio células con valor terapéutico para curar a personas.

Dos años después, el Centro de Transfusión empezó a congelar también los progenitores hematopoyéticos obtenidos de la sangre periférica que sumaban una posibilidad más de curación para muchos pacientes. Luego comenzó a trabajar en la mejora del procesamiento de tejidos para incorporar avances médicos y exigencias normativas. En 2015, la doctora Hernández y su equipo lograron que sus instalaciones ascendieran de categoría. De provincial, el Banco de Tejidos pasó a ser el de Andalucía Oriental. Y aprovechando el cambio, se creó entonces el Banco de Ojos, también para la parte oriental de la comunidad autónoma, para abastecer de córneas para trasplantes a los oftalmólogos.

El director del Centro de Transfusión y del equipo, Isidro Prat, que la fichó, destaca su profundo conocimiento en todas las áreas, su capacidad innovadora y su facilidad para acometer retos: "Todos hemos colaborado, pero el desarrollo del Banco de Tejidos es gracias a un trabajo muy personal de la doctora Hernández". Además, destaca su faceta humana, su carácter cercano y su empatía para con todos los trabajadores a su cargo, "que ha facilitado el trabajo día a día y con visión de futuro. Si el Centro de Transfusión ha pasado a ser el Centro de Transfusión, Tejidos y Células (CTTC) es en buena medida gracias a su trabajo". Hernández resalta de Prat su capacidad de gestión, organización y planificación a la que atribuye tantos avances. Y se va con otra meta cumplida: la autorización para que el CTTC congele tejido ovárico a fin de que niñas enfermas de cáncer puedan ser madres en el futuro. Deja el listón alto, muy alto.

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