El carril bici es “muy escaso e inseguro” más de una década después de su impulso

Málaga/Durante los primeros días de julio, Dinamarca acogía las cuatro primeras etapas del Tour de Francia. El país se volcó con la organización de esta gran vuelta rindiendo culto máximo al ciclismo y a la bicicleta, como tiene por costumbre. Para colmo, la victoria final para un danés, en este caso Jonas Vingegaard. Y entonces llegó la eclosión. “Yo he visto en Copenhague entierros en bicicletas”. Quien cuenta esta anécdota es José Luis Martín, presidente de la asociación Ruedas Redondas, que denuncia las grandes deficiencias del carril bici de Málaga capital, más de una década después de su intento de impulso, y aspira a que se puedan mejorar para alcanzar a otras ciudades europeas. “Con voluntad política, se puede”.

Tal cual explica Martín a Málaga Hoy, sólo el 4% del carril bici transcurre por la calzada, calzada que abarca un total de 1.200 kilómetros. “Es un porcentaje mínimo”, lamenta. Añade que “Málaga es una ciudad que en absoluto fomenta el uso de otro vehículo que no sea el vehículo a motor privado”.

De todos los datos ofrecidos estos usuarios ciclistas, destilan que las medias tomadas hasta ahora “no pretenden restar el más mínimo espacio a los coches” y que el Ayuntamiento “no puede presumir de haber cumplido con el maltrecho Plan de la Bicicleta, ni con el impulso de la bicicleta, por lo que en absoluto puede sacar pecho”.

Desde Ruedas Redondas denuncian que, además el carril bici sufre desconexiones en todo su conjunto. “Parte de ningún sitio para llegar a ninguna parte”, mientras añade que “no sirve para hacer los quehaceres diarios porque no hay posibilidad de continuidad en la vía ya que no se han fomentado líneas ágiles , así que se convierte en una gymkana llena de peligros y el ciudadano se siente inseguro”.

Con el objetivo de conseguir el 100 por 100 de carril bici por la calzada desde Ruedas Redondas proponen, además, varias líneas de trabajo relacionadas entre sí: retomar el alquiler público de bicicletas, que ahora en Málaga es privado, unido a la bajada del precio del transporte público y crear algo que consideran que “es muy fácil”, una red de transportes con una tarjeta combinada con la que se puedan pagar indistintamente. Además, dotar de facilidades a los posibles usuarios. Por ejemplo, creando infraestructuras para estacionar de forma segura. “Conseguimos –cuenta Martín– que en los aparcamientos de Smassa hubiera algunas plazas para bicicletas vigiladas pero el problema era que el precio era muy alto para disuadir de su uso y teníamos que aguantar encima que nos dijeran que estaban vacíos”.

En conclusión, José Luis Martín se mantiene convencido de que hacer el esfuerzo por favorecer el uso de la bicicleta tiene un triple beneficio. Por un lado, el económico, ya que la bici y su mantenimiento conlleva menos gastos que un coche. Como segundo beneficio, la salud. Expone que al año hay 30.000 muertes por culpa de la contaminación, provocadas en un 80% por las emisiones de los coches.

Además, en Andalucía, el 25% de los niños sufre obesidad infantil “y seguimos obsesionados con llevarlos en coche al colegio”. Esto lo une a que la gran mayoría de las afecciones actuales están vinculadas al sedentarismo: diabetes, cardiopatías o colesterol, entre otros. “Frente a esto, la bici es una fuente de salud”, sentencia.

Como tercer beneficio, constata el medioambiental, argumentando que ante la disminución del trafico de vehículos a motor la calidad del aire mejoraría, a lo que habría que añadir que los ciudadanos disfrutarían de la disminución de la contaminación acústica.