Una casa con cien años de historia

Hay edificios que son ciudad; construcciones que, lejos de la alianza del cemento y la piedra, representan la esencia de una urbe. Y eso mismo ocurre con la Casona del Parque, que hoy sigue dando cabida a la representación política de los vecinos de la capital, cuando a punto están de cumplirse los primeros cien años desde que se colocase su primera piedra. Acontecimiento que hoy conmemora el alcalde, Francisco de la Torre, en recuerdo de todos aquellos que un 31 de diciembre de 1911 conformaban la corporación municipal.

De la Torre "redescubrirá" la placa situada en la entrada principal del Consistorio, en la que se recuerda esta efeméride y en la que aparecen grabados los nombres del alcalde, de los tenientes de alcalde, los regidores síndicos y los concejales que un siglo atrás ocupaban el Pleno. La primera piedra del edificio municipal fue colocada por Ricardo Albert Pomata, entonces regidor, a las 15:00 del domingo 31 de diciembre de 1911, en una obra que no culminó hasta abril de 1919, cuatro años más de los previstos. La ejecución supuso una inversión de 1.519.602 pesetas.

En el acto de inicio de la obra, las autoridades firmaron las copias del acta, comenzando por el gobernado civil, una copia de la cual se colocó en una caja de hierro que se introdujo en una zanja y sobre la que se puso la primera piedra. Después de tan señalado hito, los asistentes se dirigieron al chalet situado en el Parque (construido por Manuel Rivera en 1908) y destinado al jardinero mayor, donde degustaron un almuerzo servido por el Círculo Mercantil.

El inmueble es de estilo neobarroco con detalles modernistas, obra de los arquitectos Manuel Rivera Vera y Fernando Guerrero Strachan. En 1911 se convocó un concurso de proyectos para la nueva sede consistorial, que inicialmente también incluía edificios para la Audiencia Provincial y los juzgados de instrucción, aunque los mismos no se llevaron a cabo. Junto al proyecto ganador se presentó otro los arquitectos catalanes Doménech y Guardia.

La Casa Consistorial tiene planta rectangular con un patio porticado central alrededor del cual unas galerías funcionan como elementos de comunicación entre las diferentes dependencias. Se articula en tres plantas separadas por cornisas. En cada una de las esquinas aparecen cuatro cuerpos cuadrados como si fueran torres, cubiertos por bóvedas revestidas con escamas de láminas de zinc.

Antes que esta ubicación, el Ayuntamiento estuvo en Postigo de los Abades, detrás de la Catedral. En el siglo XVI se trasladó a la Plaza de las Cuatro Calles, actual Plaza de la Constitución, y temporalmente se ubicó en el edifico de San Telmo, en el convento de San Agustín, el Palacio de Zea-Salvatierra y la antigua calle Torrijos (actual Carreterías).