Así es el centro de innovación mundial de Vodafone en Málaga

Economía

Desarrollan todo tipo de soluciones pioneras para clientes de todo el planeta

Ya hay 130 empleados y serán 600 en marzo, que vienen desde múltiples países

El momento de la inauguración de este centro en Málaga

En este centro de Vodafone en Málaga ya trabajan 130 personas, físicamente o en remoto, y habrá 600 en marzo. / Javier Albiñana
Ángel Recio

19 de junio 2022 - 06:34

Málaga/¿Qué tienen en común el argentino Eduardo Manzur, la malagueña Lucía Núñez, el británico Andrew Gommersall y el madrileño Jesús Amores? Todos forman parte del equipo de Vodafone Innovation Hub, el centro desde el que esta multinacional diseña y construye soluciones innovadoras para todos sus clientes a escala mundial y que está en Málaga. “Es el epicentro de la innovación de Vodafone en todo el mundo”, explica Jesús Amores, director del centro, con satisfacción.

El centro fue inaugurado a finales de enero y, según adelantó Colman Deegan, CEO de Vodafone España, la compañía invertirá 225 millones de euros en los próximos cinco años en Málaga creando más de 600 empleos directos y altamente cualificados. Por ahora ya han contratado a las primeras 130 personas y la maquinaria no para. “Contratamos a un ritmo de una persona diaria”, señala Amores a este diario, quien detalla que la previsión es alcanzar una plantilla de 600 trabajadores para marzo de 2023, “aunque realmente no hay límites y si seguimos creciendo en proyectos habrá más”.

“Mi objetivo es que nos convirtamos en la primera empresa tecnológica andaluza y tenemos el músculo financiero de una gran multinacional para poder hacerlo, lo que da seguridad de que es una apuesta a largo plazo”, indica Amores, y narra que Vodafone decidió concentrar toda su inversión en innovación en un mismo lugar en vez de tener varios centros dispersos y el lugar elegido para hacerlo fue Málaga.

Varios trabajadores en el centro de innovación de Vodafone en Málaga / Javier Albiñana

Es un centro internacional y están atrayendo talento de Málaga y del resto del mundo. De hecho, sobre un panel hay fotografías de todos los trabajadores que ya están allí físicamente –muchos otros están en remoto– y parece la ONU. Un ejemplo de ello es Eduardo Manzur, un argentino de 39 años que trabajaba como diseñador web freelance en su país de origen y se vino a vivir a Málaga en septiembre del año pasado “porque estaba en Bariloche y el dueño de un establecimiento de allí que tiene una casa en Marbella me recomendó que viniera a Málaga porque se estaba convirtiendo en un polo tecnológico y de empresas”. Hizo varias entrevistas de trabajo hasta que le salió la oportunidad de sumarse a este centro de Vodafone. “Estoy muy contento aquí por el trabajo, la gente, el clima, es una ciudad muy cosmopolita y está creciendo”, afirma.

Andrew Gommersall es británico, tiene 52 años y conoce Málaga desde hace más de tres décadas cuando su hermano se casó con una malagueña y se trajo también a sus padres a la Costa del Sol. Es especialista en Análisis de Negocio y ha trabajado en Inglaterra, Italia, Bélgica, Suecia, Dubai, Bahrain, Nigeria y España. “Quería volver a Málaga para estar cerca de mi familia”, expone. Fue contratado por Vodafone hace un mes y medio y afirma que “la calidad de vida que hay en Málaga es de las mejores del mundo y se ha posicionado como una de las ciudades más interesantes de Europa para trabajar”.

Málaga está atrayendo a grandes multinacionales y eso está permitiendo, como dice Amores, “recuperar talento andaluz”, es decir, que grandes profesionales nacidos en esta zona que habían emigrado para obtener mejores oportunidades laborales puedan desarrollar una carrera profesional brillante a escala internacional desde la propia Málaga.

Eduardo Manzur, Lucía Núñez y Andrew Gommersall / Javier Albiñana

Es el caso de la malagueña Lucía Núñez. Tiene 30 años, es diseñadora y, pese a su juventud, ya ha trabajado en Mozambique y en Madrid. Regresó a Málaga para trabajar en remoto para una agencia de marketing de Valencia. “Me estaba planteando irme fuera otra vez hasta que me salió la oportunidad de trabajar aquí como Visual Designer para Vodafone y estoy muy contenta”, explica Núñez, quien recalca que “estar en Málaga ahora es como trabajar en Londres, Madrid o Barcelona pero sin irte”.

“Algunos de los que están trabajando ahora aquí o que lo harán en breve serán gurús de la tecnología en los próximos diez años”, vaticina completamente convencido Jesús Amores. Y eso lleva a preguntarse. ¿Qué hacen en este centro de innovación? Soluciones tecnológicas de todo tipo para sectores tan diversos como la agricultura, la salud, la seguridad vial, la logística y hasta la minería.

Amores es ingeniero y tiene décadas de experiencia, pero se le sigue iluminando la cara cuando relata varios de los proyectos en los que están inmersos. Destaca además que la clave del éxito es que hacen soluciones a medida para cada cliente, independientemente de que sea una micropyme, una multinacional o una administración pública.

Jesús Amores, director del centro. / Javier Albiñana

Varias de esas innovaciones que están poniendo en marcha en Málaga están relacionadas con el Internet de las cosas (IOT).Un ejemplo. Trabajan con Ford en la detección de piezas que tengan defectos. A través de unas cámaras y del propio lenguaje entre las máquinas el proceso se automatiza y “la reducción de costes es drástica”.

Están también combinando sensores con cámaras para identificar en el campo o en las ciudades si aparecen insectos o ratas y evitar la aparición de plagas. De esta forma, los agricultores pueden saber al instante si hay algún tipo de bicho antes de que ataquen a sus plantaciones cuando lo normal es darse cuenta cuando ya se las han comido.

Se han presentado a un concurso público de la Dirección General de Tráfico (DGT), que está a la espera de ser adjudicado, con una plataforma llamada Step. Ahora, cuando hay un atasco, un accidente o cualquier otra circunstancia en una autovía la DGT avisa a los conductores con unos grandes paneles informativos sobre la carretera. Con este sistema que propone Vodafone, esos avisos llegarán directamente a la pantalla del coche con mayor antelación, permitiendo así cambiar de ruta o circular con más prudencia. El director del Vodafone Innovation Hub explica además que este sistema es incluso operativo para recibir mensajes en otro tipo de vehículos como un patinete eléctrico, por lo que tiene múltiples aplicaciones.

Están desarrollando un sistema para que no solo se comuniquen los dispositivos entre sí sino que incluso puedan generarse transacciones económicas entre ellos. Es lo que se denomina la economía de las cosas, un paso más avanzado del IOT. En el caso de Vodafone lo están aplicando a la recarga de vehículos eléctricos, de forma que un coche y un cargador se reconocen entre ellos y se procede automáticamente al pago a través de tarjetas SIM y de tecnología blockchain para que las transacciones sean completamente seguras.

Manejar una excavadora de 300 toneladas de una mina de carbón en Australia con un mando en remoto desde cualquier otra parte del mundo; un sistema para impedir que trabajadores de una refinería de petróleo entren por error en zonas no seguras y puedan sufrir algún daño; sensores en los vehículos que miden los parámetros para una gestión preventiva y evitar averías gordas; la creación de un lenguaje abierto (Openran) para hacer todo tipo de soluciones.. Amores desgrana con pasión todo tipo de proyectos que está desarrollando su equipo sabiendo que dentro de unos meses o años habrá necesidades totalmente nuevas por cubrir. “La tecnología es un agente del cambio y nos permite mejorar la sociedad en la que vivimos. La clave es tener una mentalidad abierta y abrirnos a nuevas ideas inspiradas por nuestros clientes. No elimina puestos de trabajo sino que los transforma”, resalta.

La plantilla combina talento local e internacional / Javier Albiñana

Vodafone es un gigante y podría trabajar perfectamente en solitario. Sin embargo, Amores destaca que no es esa la política que quieren llevar a cabo sino que apuestan firmemente por la colaboración. Ya son patronos de la Fundación Instituto Ricardo Valle de Innovación (Innova IRV), colaboran con el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo (IMFE), van a cerrar un acuerdo con la Universidad de Málaga, están en conversaciones con otras universidades andaluzas y tiene abierto un plan de becas y un programa para recién licenciados.

Amores asegura que “la demanda es alta y no tenemos falta de currículos, pero somos exigentes y sí estamos notando entre los locales dificultades con el inglés, que es nuestro idioma de trabajo al trabajar en un entorno internacional”.

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